La perversidad del gaslighting
Manipuladores, sociópatas, mentirosos, vampiros psicológicos. Así también se les conoce a los “narcisistas abusadores”, expertos en enredar con palabras a sus víctimas para hacerlas presa de sus peores intenciones.
Manipuladores, sociópatas, mentirosos, vampiros psicológicos. Así también se les conoce a los “narcisistas abusadores”, expertos en enredar con palabras a sus víctimas para hacerlas presa de sus peores intenciones.
El gaslighting o “abuso narcisista” es más común de lo que parece, y tiene efectos nocivos en las víctimas, alerta a ECOS la psicóloga Isabel La Fuente Taborga, para quien es muy importante saber reconocer las estrategias que utiliza esta clase de manipuladores.
Se trata de un “abuso emocional sutil”, describe la profesional a la hora de referirse al tipo de manipulación más común que existe entre sociópatas y psicópatas. Uno de sus principales comportamientos es que “no hacen las cosas de frente”.
En realidad, el gaslighting (“hacer luz de gas”, en su traducción literal del inglés) es una sociopatía, especifica después, porque “está dentro de las patologías psicológicas, pero de orden social”. Dentro de los tipos de sociópata está el narcisista abusador.
“No tienen escrúpulos”
La Fuente explica que la psicopatía a veces tiene un componente biológico, pero este no es caso. El narcisista abusador lo es por razones tales como la educación, la crianza, etc., “no tiene que ver con funciones cerebrales sino con patrones de comportamiento”.
Lo más preocupante de todo es que las personas con características del gaslighting son muy peligrosas porque, en criterio de la psicóloga, “no tienen escrúpulos para actuar”.
Una “persona tóxica”
Este cuadro perverso se circunscribe también en lo que se conoce como “persona tóxica”. “Hay varios tipos de personas tóxicas; por ejemplo, gente negativa. Pero este tipo de toxicidad es el más peligroso porque hacen acciones deliberadas con el fin de dañar al otro”, añade la especialista.
Este abusador —lo mismo que sus víctimas— puede ser varón o mujer. Un novio, un marido, una esposa, una madre, un padre, un hermano, un amigo, un compañero de trabajo; en este último caso, generalmente un jefe o una jefa. En la experiencia de La Fuente, lo más común es que el abusador narcisista sea una pareja o un jefe.
La “cortina de humo”
Meredith Marie Miller, de Inner Integration, en un video de YouTube se dirige a las posibles víctimas de estos manipuladores de manera directa, sin ambages, para tratar de convencerlas de que deben alejarse lo antes posible de ellos.
Allí, narra cómo la víctima, cuando reclama por sus formas dañinas al narcisista, al sociópata o al psicópata, suele recibir, por ejemplo, la siguiente contestación: “yo nunca hice eso, estás loca, lo estás imaginando”. O: “eres muy sensible, qué te pasa, fue un chiste nomás”.
Con esto, “planta esa semilla de la duda en la mente de la víctima, que sabe cuál es la verdad pero intenta creer al manipulador y empieza a dudar sobre sus dichos”, explica Miller. “Como que entrena a la víctima y esta deja de confiar en sus pensamientos, en sus sentimientos, en su percepción de la realidad”, cayendo en la trampa de lo que se denomina “cortina de humo”.
Agrega que “el abusador va enloqueciendo a la víctima. Incluso puede humillarla. Eso va degradando más y más su autoestima, su confianza”.
Después, da un ejemplo más: “Puede obligar a la otra persona a tener sexo bajo la amenaza de que no volverá a tener algo. Y la mujer piensa que ella no está bien y que tiene que hacer lo que él le pide para complacer al hombre”.
“Algo no está bien”
La peligrosidad radica en que la persona afectada, al aceptar la percepción de otra, puede ser víctima de una forma de “lavado de cerebro”.
“Nunca tendrás la prueba porque el abusador siempre te mentirá, te manipulará. Tienes que confiar en ti misma, no puedes confiar en la otra persona. Si empiezas a creerle, vas negando tu propia percepción de la realidad… Confía en tus sentimientos: si tú sientes que algo no está bien, algo no está bien”, afirma Miller en su video.
Dirigiéndose a las víctimas del gaslighting, prácticamente desahucia al narcisista abusador: “Nunca asume su responsabilidad, siempre es tu culpa. Si sospechas que alguien está manipulando tu realidad, no trates de confrontarlo, deja esa relación. Eso va a continuar y va a ser peor. ¡Huye! No trates de convencerle, nunca va a asumir la responsabilidad de sus hechos. Confía en ti misma”.
“Estrés postraumático”
El gaslighting es tan sutil que la sociedad no sabe reconocerlo. La psicóloga Isabel La Fuente advierte que “hay muchas víctimas de personas así, solo que estamos acostumbrados a pensar en los sociópatas o psicópatas como asesinos, y a estas personas las vemos solo como ‘egoístas’. Pero las consecuencias son complicadas, hay estrés postraumático después en las víctimas”.
Le preguntamos si un abusador narcisista se puede recupera. “Es difícil”, responde ella. “Primero, no ven a las personas como personas sino como fichas útiles para sus objetivos. Segundo, no tienen empatía, por eso no ven que el otro está siendo dañado en su integridad. Y tercero, la mayoría no siente afecto verdadero por el otro (son narcisistas); solo les importa que ellos queden bien”.
Por último, agrega, “pueden recuperarse, el problema es que entiendan que no está bien lo que hacen. Que logren ver la importancia de ser distintos”. •