Manuel Rodríguez de Quiroga y la Revolución en Quito
El nuevo aporte bibliográfico del historiador Norberto Benjamín Torres es destacado en el exterior
“Los dramáticos eventos de 1808, 1809 y 1810, transformaron la cultura política del mundo hispánico. La crisis de la monarquía en 1808 fue fundamentalmente política, e inició un proceso rápidamente intensificado.
Al principio los dirigentes de España y América respondieron a la desintegración de la monarquía oponiéndose a los franceses y haciendo hincapié en los derechos de Fernando VII. Pero casi de inmediato, la noción de que, en ausencia del rey, la soberanía se revertía al pueblo, se convirtió en el centro del discurso político.
Imperceptible pero rápidamente la soberanía del rey retrocedió a medida que la soberanía del pueblo cobraba relevancia. Un nuevo actor político, el pueblo, emergió y adaptó conceptos y prácticas políticas tradicionales a objetos nuevos e incluso revoluciones”, manifiesta el investigador Norberto Benjamín Torres en una parte de su libro “Dr. Manuel Rodríguez de Quiroga (1771-1819) y la revolución en Quito en 1809”.
La obra de Torres fue presentada en días pasados por Ciencia Editores y la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre en el Salón del Senado de la Casa de la Libertad. Luego, también, en la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional en La Paz y ayer, sábado, en la Casa de Gobierno de Santa Cruz.
Rodríguez de Quiroga y Quito
El historiador salteño de origen, con nacionalidad boliviana y radicado en Sucre, que tiene 33 libros escritos, dice que comenzó a trabajar en esta investigación a inicios del año que está concluyendo, sobre la base de algunos documentos de la Revolución de Quito.
Esperaba que su obra viera la luz para el 10 de agosto, una de las fechas más importantes del calendario histórico ecuatoriano por establecerse el inicio del proceso independentista de la Audiencia de Quito, pero finalmente lo consiguió unos meses después.
Torres comenta a ECOS que escogió a Rodríguez de Quiroga porque no conocía una biografía o un estudio que permitiera enterarse de la vida familiar y el aporte político que realizó este personaje de la historia sudamericana.
“Se decía que participó en la Revolución del 25 de Mayo de 1809 y que después se fue a Quito, se lo tenía como un emisario, pero ahora se sabe que este abogado chuquisaqueño acompañó a su padre a Quito siendo un adolescente”, sostiene Torres.
Con su obra, el historiador permite conocer la vida familiar de Rodríguez de Quiroga y destaca el pensamiento y el aporte político del personaje chuquisaqueño considerado uno de los pilares más importantes del movimiento revolucionario quiteño.
También pondera su valentía, porque vivió en una época en la que los documentos anónimos eran frecuentes, pero aun así decidió colocar su rúbrica a sus escritos y asumir las consecuencias de sus ideas.
El colegio Rodríguez de Quiroga
Según Torres, la publicación de este libro tiene varios objetivos. Uno de ellos es convertirlo en una fuente de consulta para que las estudiantes del colegio Manuel Rodríguez de Quiroga puedan conocer mejor a la persona cuyo nombre fue tomado como denominativo para ese establecimiento educativo.
Dice que consiguió reproducir el retrato original, en tamaño natural, de Rodríguez de Quiroga. Lo ubicó en Quito y anuncia que entregará un ejemplar a quien desee tenerlo.
“Con el apoyo de un genealogista de primer nivel, como es Fernando Jurado Naboa, se logró elaborar el primer libro para continuar uniendo a Sucre con Quito, esta vez a través de un personaje histórico”, manifiesta el estudioso.
Josef Benito Rodríguez
El doctor Fernando Jurado Naboa, miembro de número más antiguo de la Academia Nacional de Historia de Ecuador, afirma en la página de presentación del libro de Torres que por primera vez los estudiadores ecuatorianos conocen en detalle la vida del doctor Josef Benito Rodríguez de Quiroga, que fuera primero vecino de lo que se llamaba Chuquisaca y luego de Quito, padre además de uno de los más ilustres próceres de la independencia de Quito y Ecuador, el doctor Manuel Rodríguez de Quiroga.
“El aporte absolutamente inédito, se añade de esa constancia de un puente cultural muy importante entre la actual Bolivia y Ecuador, puente que remontaba sus orígenes a la época en que varios vecinos de nuestro país —entonces Audiencia de Quito— tenían intereses en las minas de Potosí, que de hecho hacían competencia a las minas de Zaruma en el actual Ecuador y a las célebres de Barbacoa, al sur de la llamada Nueva Granada.
El maravilloso mundo que nos cobija debe ser repasado con enorme profundidad: ya en el siglo XVII, Gaspar de Villarroel nos honró a las dos patrias; más tarde las mismas figuras que dieron libertad política a Ecuador, fueron también parte de la historia boliviana empezando por Antonio José de Sucre y continuando con Andrés de Santa Cruz, vecino que fuera de Guayaquil y de Quito y quien se alojara en nuestra capital, en casa de los Bilbao y luego en la quinta de Añaquito, según su correspondencia.
Tuvimos diplomáticos que honraron en grado superlativo a las misiones de dos países, basta citar a Gustavo Adolfo Otero y a Alberto Crespo Montes, desde Bolivia; y al escritor Hugo Moncayo desde Ecuador.
Esta obra del investigador Norberto Benjamín Torres, resulta sin duda el mejor regalo que un historiador boliviano hace al Ecuador. A nombre de mis compatriotas, una felicitación en extremo calurosa y el deseo de que siga adelante en su enorme y fructífera labor, comenta en la presentación que hace en el libro Fernando Jurado Noboa”, manifiesta el comentarista. •
Rodríguez de Quiroga en el libro de Torres
- Manuel Rodríguez de Quiroga nació en La Plata (hoy Sucre) en 1771. Acompañó a su padre Josef Rodríguez de Quiroga a su nuevo empleo como fiscal de la Audiencia de Quito.
- En Quito estudió hasta obtener el título de abogado. Por su oposición a las disposiciones realistas y sus críticas, Manuel Rodríguez de Quiroga fue apartado de su empleo.
- En el tiempo en que el conde Ruiz de Castilla ocupó la presidencia de la Audiencia de Quito, Rodríguez de Quiroga abrió la esperanza de ser reintegrado a la profesión de abogado, pero no ocurrió así.
- Esta contrariedad quizá influiría en el ánimo de Quiroga, quien cinco meses después animaba la conjura que a partir del 25 de diciembre de 1808 iba tramándose en la hacienda del marqués de Selva Alegre.
- Delatado y preso en marzo de 1809, Rodríguez de Quiroga toma la defensa de su propia causa.
- El punto central de su alegato fue que para un americano no constituía delito separarse de la monarquía de España caída ya en poder de Napoleón.
- Puestos en libertad los conjurados volvieron a la carga y dieron el golpe de agosto de 1809, cuando el santoral recordaba a San Lorenzo. Rodríguez de Quiroga fue uno de los líderes.
- El 2 de agosto de 1810 se perpetró el mayor crimen que registran los anales americanos de la época. A las 14:45, los presos del Cuartel Real fueron masacrados por la tropa llegada de Santa fe, mientras la de Lima castigaba en la calle a los quiteños. Doscientas personas fueron asesinadas esa tarde de agosto.
- El Virrey recibió un reporte que decía: “En el aposento tres (del Cuartel Real)… se hallaba el de don Manuel Rodríguez de Quiroga quien no murió en él, sino en el corredor haciendo frente porque estaba armado…”. Fuente: Historiador Norberto Benjamín Torres