Infieles…
El amor en tiempos de divorcio
En tiempos en los que pareciera más “fácil” separarse que casarse, es inevitable pensar en la relación de la infidelidad con el divorcio, aunque por supuesto no todo engaño amoroso desemboca en el rompimiento de una pareja.
Por diversas investigaciones, la infidelidad tiene motivaciones diferentes en el hombre y en la mujer. En ellos, se da más por la búsqueda de una involucración sexual. En ellas, en cambio, se produce más una infidelidad emocional al ocupar tiempo, atención, romanticismo, complicidad y expresiones de afecto con alguien que no es su pareja.
Es decir, se nota con mayor frecuencia en los hombres la tendencia a engañar cuando buscan el deseo sexual perdido por el apremio erótico, mientras que las mujeres se implican en el amor romántico, de la conquista y el cortejo. Pero, cuando hay amor real, ¿la infidelidad no existe?
A la hora de responder a esa pregunta, las opiniones están divididas…
Sí y no
¿Una persona que ama a su pareja puede ser infiel? La psicóloga y docente universitaria Noelia Rodríguez Cortez dice que no, porque la infidelidad es una decisión que toma una persona a partir de situaciones que vive y siente con su pareja. Cuando existe una infidelidad puede coexistir algún tipo de afecto, cariño, gusto, encaprichamiento u otra configuración, pero para hablar de “amor completo” hay que considerar otros componentes.
En su criterio, cuando una pareja vive un amor consumado, supone que su relación tiene los componentes fundamentales que, según Robert Sternberg, son: la intimidad (alusiva a la conexión dentro de la relación que promueve el acercamiento, el vínculo, las vivencias y los secretos compartidos); la pasión (referida a la atracción física, sexual, es el estado intenso de deseo de unión con la otra persona); y el compromiso (siendo la decisión de amar a una persona y la de cultivar y mantener la relación amorosa en el tiempo).
“Cuando alguno de estos componentes no se encuentra en equilibrio en la pareja no se puede hablar de amor completo”, sostiene la psicóloga.
Pero no todos están de acuerdo con que la persona que ama no puede ser infiel. Por ejemplo Ana Villarrubia, del Gabinete Psicológico Aprende a Escucharte, dice en su página web www.anavillarrubia.com que no es cierto que si se es infiel es porque no se ama a la pareja. “Por desgracia, la infidelidad puede ser la vía de escape ante los conflictos no resueltos, sin que ello implique que haya desaparecido el vínculo de afecto unía a ambos”, afirma ella.
Crisis
La infidelidad no siempre es la causa de una crisis de pareja. Al contrario, es un síntoma (o una consecuencia) de que algo anda mal, de que existe un problema en la relación. Finalmente, el resultado de un conjunto de problemas.
Estudios indican que la mayoría de los infieles engañan porque buscan en otra persona expectativas personales, emocionales o intelectuales que no encuentran en su pareja, según explica a ECOS la psicóloga y docente universitaria Noelia Rodríguez Cortez. “En nuestra sociedad se entiende a la infidelidad como la ruptura del pacto que ambos miembros de la pareja hicieron sobre mantener un vínculo de exclusividad sexual y afectiva. Al romperse o incumplirse dicho pacto, se cuestiona la confianza y se daña la relación”, explica la especialista en Psicología Forense, Educación Superior y Recursos Humanos.
Miradas
Las miradas frente a este tema varían de acuerdo al género. Mujeres y varones, en general, difieren respecto a los límites que separan a la pareja de una infidelidad, según estudios realizados a nivel internacional (VER RECUADRO EN LA PARTE INFERIOR: "LA INFIDELIDAD MODERNA...").
No es algo concluyente, pero con frecuencia lo que para unos es infidelidad, para otros no lo es. Son, en definitiva, diferencias de criterio.
Divorcios
Lo cierto es que la infidelidad, como ruptura de ese pacto es, muchas veces, causal de divorcio.
El Servicio de Registro Cívico (SERECI) contabilizó 41 divorcios diarios en Bolivia.
Según la abogada Cecilia Ordóñez, la mayoría de estos casos se debe a la infidelidad de uno de los miembros de la pareja. Aunque para el trámite de la disolución de un matrimonio se presentan otras causales porque, de acuerdo con las leyes nacionales, se exigen muchas pruebas para confirmar una infidelidad.
“Existen parejas que son capaces de salir adelante, mitigando el sufrimiento y recuperando la confianza en el otro con el paso del tiempo.
Otros deciden terminar la relación o su matrimonio mediante el divorcio. Sin embargo, todo depende de la forma en que se comunica la pareja”, dice la psicóloga Rodríguez.
Por último, recuerda que “no hay que olvidar que las decisiones tienen que ser beneficiosas para ambos”. •
Preguntas y repuestas clave sobre la infidelidad
1. ¿Cuáles son las consecuencias del engaño?
Según la psicóloga Noelia Rodríguez, la infidelidad es considerada una de las trasgresiones más importantes dentro de la pareja.
Descubrir la traición de la persona amada siempre es una experiencia dolorosa y hasta humillante para la parte engañada.
Esa es, muchas veces, una razón de ruptura, porque pone en juego los valores que fundamentan una relación: confianza, sinceridad y respeto.
La persona traicionada experimenta una serie de emociones desagradables como angustia, ansiedad, enojo, autorreproche y celos.
Además, es probable que tenga pensamientos recurrentes sobre lo sucedido al punto de afectar su concentración y rendimiento diario.
“Puede aparecer la hipervigilancia (mayor sensibilidad sensorial acompañado de una exageración en la intensidad de conductas cuyo objetivo primordial es detectar amenazas, lo que vuelve al sujeto más irritable de lo normal), buscando con esto comprobar que la relación de su pareja con ese tercero sigue o terminó”, explica la profesional a ECOS.
2. ¿Se puede perdonar una traición?
Todo depende de los valores personales, el tipo de infidelidad y la complejidad de la misma.
Aparentemente es más fácil perdonar aquellas llamadas casuales que se dan en una situación y no suelen repetirse, pero las más difíciles de perdonar son aquellas donde ya existe un vínculo afectivo entre los amantes, es decir que comparten emociones y hay complicidad.
“Recuperar la confianza en el infiel es el desafío más importante para la persona que fue engañada. Solo después de experimentar el impacto inicial podrán recuperar, lentamente, la confianza. Pero para ello se requiere de condiciones adecuadas, como el deseo de querer recuperar, ambos, la relación”, explica Rodríguez.
3. ¿Genio y figura hasta la sepultura?
“Si bien existen ciertos predisponentes para que una persona sea infiel no olvidemos que somos seres flexibles, adaptables, que día a día aprendemos y podemos modificar ciertas conductas. Esto dependerá de las vivencias personales, el entorno donde nos desenvolvemos y la motivación que es fundamental para cualquier cambio”, dice la profesional.
4. ¿Nunca metas a tu hogar a un hombre o a una mujer porque lo destrozará?
“Creo que esto tiene que ver mucho con la madurez de la pareja y con el nivel de compromiso, intimidad, afectividad y confianza que se tenga, pues sin estos la subsistencia de la relación peligra dentro o fuera de la misma, independientemente de los factores que predispongan a una infidelidad”, responde la psicóloga Rodríguez.
5. ¿Se puede prevenir una infidelidad?
Rodríguez dice que sí. Mejorando la comunicación de pareja, compartiendo tiempo juntos, generando experiencias, vivencias y momentos agradables; estableciendo reglas claras en la pareja; llegando a acuerdos para resolver los conflictos por medio de la negociación.
Buscando maneras para fortalecer la autoestima personal y de la pareja; estableciendo un proyecto de vida conjunto a corto, mediano y largo plazo. Fomentando y practicando la tolerancia; aprendiendo a controlar las emociones de enojo o enfado.
“Es importante tomar en cuenta que la fidelidad también es un acto de convicción”, finaliza la psicóloga.
Causales de la infidelidad
Existen varios motivos que pueden desencadenar una infidelidad. Tienen que ver los rasgos de personalidad, la historia personal e incluso transgeneracional, y las situaciones propias de la pareja en sí. Resaltan los siguientes:
- Ideales o expectativas muy altas respecto de las relaciones de pareja. Se da mayormente cuando culmina la etapa del enamoramiento y nos enfrentamos a la pareja como realmente es, con virtudes y defectos; muchas veces se manifiestan diferencias importantes entre expectativas y realidad.
- Problemas que no se hablan, se niegan e ignoran. Generan ciertos resentimientos o rencores que al principio de una relación pasan sin mayores inconvenientes, pero el efecto acumulativo de estas distancian a la pareja.
- Gran tensión entre las dos personas. En este caso, se tiende a buscar un tercero para disipar esa opresión.
- Aburrimiento y riesgo de rutina. Las personas, cuando se sienten poco estimuladas por su pareja, pueden buscar una relación externa para disminuir la inercia o el aburrimiento.
- Necesidad de estímulos constantes. Estas personas están acostumbradas a vivir con muchas emociones y cambios. La tranquilidad y la rutina son, para ellas, algo monótono y aburrido.
- Una vida íntima deficiente. Es un elemento esencial y el que se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción que no encuentra con su pareja.
- Sentimientos de inseguridad e inferioridad. Se siente en inferioridad de condiciones respecto a su pareja: más viejo, más feo, con menos dinero. Así, la infidelidad le sirve para reafirmar su valor, siendo los vínculos un factor preponderante para la autoestima.
- Frustración. La pareja también cumple la función de validar al otro, aumentar su autoestima y permitir cubrir sus necesidades afectivas. Si esto no ocurre, la persona puede sentirse insatisfecha y desvalorizada, así es que busca esa validación y contención en otra persona.
- Venganza, sentimientos de soledad, falta de amor, amor por compromiso, carencias afectivas… Todo esto puede llevar a alguien a tomar la decisión de ser infiel.
La infidelidad moderna: Sexo, emociones y redes sociales
Hay cierto consenso en la existencia de dos tipos de infidelidades: una de índole sexual y otra emocional. La primera implica contacto físico y la segunda, aunque puede tenerlo, se basa principalmente en una relación más platónica. De hecho, no todos consideran infidelidad a esta última. Pese a esto, hay quienes dicen que la infidelidad emocional es todavía más peligrosa para la pareja.
La modernidad y la tecnología trajo cambios importantes respecto a este tema. Una encuesta denominada ‘Second Annual State of Dating in America’ y publicada hace tres años ponía de manifiesto la gran variedad de criterios que existen sobre este tema, especialmente en lo que atañe a las diferencias entre hombres y mujeres: si el 92% de ellas consideraba que hacer el amor repetidamente con otra persona es ser infiel, el porcentaje descendía hasta el 86% en el caso de los hombres. En todos los casos, ellos tenían el listón más bajo.
En la encuesta, citada por el periódico El Confidencial, destaca un dato llamativo: ¿Flirtear con otra persona a través de las redes sociales o servicios de mensajería instantánea como WhatsApp se puede considerar una infidelidad?
También en esto hay diferencias de criterio: Mientras que el 68% de las mujeres cree que sí, el porcentaje, una vez más, desciende en el caso de los hombres.
La principal conclusión que se puede sacar de esto es que si no hay acuerdo respecto a los límites en la pareja, no sorprenda que luego se presenten conflictos.
En un estudio publicado en la revista ‘Cyberpsychology‘, la palabra “Facebook” aparece en el 75% de los casos de divorcio en los que se ha producido una infidelidad con el sexo opuesto.
La falsa seguridad
El doctor Zack Carter, experto en comunicación y terapia familiar, en ‘Psychology Today’ explica cómo se acostumbró a ver parejas en las que uno de los dos (habitualmente, el hombre) entabla una relación amorosa con una tercera persona a través de esta clase de tecnología.
El problema se encuentra en la “falsa seguridad” que caracteriza estas comunicaciones y que provoca que aquello que nunca se diría cara a cara a una persona del sexo contrario se comunique por texto. Lo que provoca que “se divulgue información personal y vulnerable que de otra manera no habría sido revelada”.
Esto, según Carter, conduce a una peculiar conexión emocional con terceras personas mientras pensamos que no se trata más que de palabras y números en una pantalla.
Pero no es así, según se aclara en El Confidencial, sino que sus efectos pueden ser los mismos que si quedásemos con esa persona en una cafetería o un bar para quejarnos de nuestra vida sexual (uno de los temas preferidos por estos infieles ‘light’, según el terapeuta).
El artículo del periódico digital español es muy interesante y puede ser consultado en su integridad en www.elconfidencial.com bajo el título de “El punto oscuro de la infidelidad moderna: qué está pasando hoy en los matrimonios”.
¿Qué hacer ante la infidelidad?
Busca ayuda profesional y no dependas de los consejos de las amistades.
Haz una evaluación de los objetivos de la pareja y los personales.
Analiza qué tipo de infidelidad es la que te afecta y lo que existe detrás de ella.
Ve si el engaño fue circunstancial, sin premeditación, o si ya había un involucramiento emocional por parte del otro.
Analiza las alternativas de solución, los pros y contras.
Pregúntate si la relación de pareja aún se puede salvar.
Fuente: Noelia Rodríguez Cortez