Debut sexual

Un tema tabú en pleno siglo XXI: ¿A qué edad se inician los bolivianos?

Debut sexual

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El psicólogo Iván Salinas, aconseja a los padres de familia hablar abiertamente sobre la sexualidad con sus hijos.

El psicólogo Iván Salinas, aconseja a los padres de familia hablar abiertamente sobre la sexualidad con sus hijos.

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    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 28/01/2018 09:40

    Las edades de la iniciación sexual de las personas difieren según los países y sus respectivas culturas.

    En noviembre de 2016, el Ministerio de Salud dio a conocer que la edad promedio del inicio de la vida sexual en Bolivia era de 12 años. Ese mismo año, un estudio reveló que en Tarija se producía entre los 12 y 15 años de edad.

    De acuerdo con información proporcionada a ECOS por el gerente regional Sucre del Centro de Investigación, Educación y Servicios en Salud Sexual y Salud Reproductiva (CIES), Jaime Montero, y por el psicólogo clínico Iván Salinas, en nuestro país el debut sexual de los adolescentes se concretaría mayormente entre los 13 y 15 años. Pero estos son datos estimados, no oficiales.

    A nivel mundial, la edad promedio, tomando en cuenta a 44 países, era de 18,4 años en 2014, según una publicación de Infobae que cita un mapa de ChartsBin.

    En febrero de 2017, una publicación de la BBC Mundo indicó que niñas de América Latina presentaban la tasa de iniciación sexual temprana más alta del mundo: más del 22% tuvieron relaciones sexuales antes de los 15 años. Allí aparecen las niñas de Bolivia.

    Montero dice que los datos son preocupantes porque, pese a los esfuerzos que se realizan en cuanto a prevención y educación, los embarazos no deseados siguen aumentando.

    Debut sexual

    “En nuestro país la mayor parte de los adolescentes inician sus primeras relaciones sexuales entre los 13 y 15 años de edad, aunque es una estadística muy variable porque el hecho de que una persona empiece precozmente no necesariamente asegura que tendrá una vida sexual activa. También hay gente que inicia su vida sexual tardíamente”, aclara el psicólogo Salinas.

    En su opinión, la sexualidad en general es un tema escabroso para tratar porque acontece un doble discurso: por un lado está lo que se dice abiertamente acerca de lo que se hace o no y, por otro lado, la vivencia particular de cada uno. “Y como es un tema tabú, hay muchas cosas que quedan en el territorio de lo dudoso”, enfatiza.

    El especialista explica que el debut o la primera experiencia sexual se entiende como el primer encuentro de la pareja con características físicas, con roces, caricias en tono sexual que podrían terminar en el coito.

    La cuestión de género

    Además, cuando se habla de iniciación sexual generalmente se asocia a la cuestión de género.

    Para los hombres la primera experiencia de este tipo conlleva un significado distinto del que tiene para las mujeres. “Para los hombres la ‘primera vez’ está relacionada con la virilidad, la valía con el grupo de amigos y con la búsqueda de tener experiencia, porque vivimos en una sociedad machista; aunque se niegue y se intente tener una mentalidad abierta, es así”, indica el psicólogo.

    En cambio para las mujeres, desde el punto de vista de los estereotipos, la sexualidad está vinculada con los afectos y el enamoramiento. Aquí también aparecen las creencias culturales, que mandan al hombre a acumular más experiencia que la mujer.

    Otros tiempos…

    Según Salinas, hoy en día se debe hablar de sexualidad en un sentido más amplio. Para empezar con los primeros devaneos sexuales no hace falta tener una experiencia sexual física porque esto ahora puede ocurrir a través del celular, las redes sociales o el WhatsApp.

    “Los medios de comunicación les permiten a los chicos vivenciar su sexualidad de una manera indirecta, un poco jugando, un poco en serio. Por ejemplo, está de moda el ‘sexting’, que consiste en tener conversaciones ‘calientes’, mandarse fotografías y todo lo que se relaciona con un acto sexual a través de las redes sociales”, agrega él.

    “Mándame el pack”, es una frase que se repite mucho en ese tipo de situaciones. Los chicos solicitan fotografías del cuerpo de su pareja. En este sentido, hay una enorme diferencia entre las anteriores y las actuales generaciones, que se muestran más atrevidas. “Al no tener a la persona en frente, se animan a hacer más cosas con mucha facilidad”, dice Salinas.

    Al respecto, aconseja a los padres de familia usar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), para que puedan controlar las páginas de internet a las que acceden sus hijos, ver sus contactos y normar sus horarios de uso del celular.

    ¿Cuándo es el momento?

    Salinas dice que una pregunta que se hacen los adolescentes es: “¿cuándo estaré listo/a para tener mi primera relación sexual?”. Según la ciencia entre los 14 y 15 años, pero es muy difícil saber cuándo se está preparado emocionalmente.

    “Conozco muchos adultos que no están listos para manejar una relación de pareja en el sentido emocional; ese es el gran riego para los quieren involucrarse en una vida sexual precoz”, reflexiona el profesional.

    Un problema extendido desde siempre es el relacionado con la falta de recaudos. “Al calor del momento pueden olvidarse de cuidarse y cuidar su propio cuerpo”, agrega Salinas.

    Iniciarse en la vida sexual de manera precoz puede generar más dificultades que aspectos positivos para los adolescentes.

    Por ejemplo, cuando un adulto decide tener una vida sexual activa, con una o varias parejas, su madurez le permite ser consciente de lo que hace y pensar en que debe cuidarse. Esto con los adolescentes no siempre ocurre.

    Entre la vergüenza y el tabú

    “La mayor parte de las chicas y chicos que tienen su primera relación sexual no utilizan profilácticos por vergüenza, porque no se animan a comprar en la farmacia, porque las chicas no están habituadas a pedir que se las cuide”, afirma Salinas al sostener que “este tema no se trata en la escuela o en casa”.

    Aquí entra en escena la responsabilidad, tanto de los adolescentes como de los mayores. Porque existen riesgos inherentes que muchas veces no se toman en cuenta.

    En criterio de Salinas, una pareja debe tomar ciertas precauciones como cuidarse físicamente y saber hablar con amplitud. “No sé cuántos adolescente podrán hablar abiertamente con su pareja sobre qué les gusta o no les gusta, o qué les hace daño físicamente en una relación sexual. Si muchos adultos no lo hacen, menos los adolescentes. Y hasta pueden quedar traumas de la primera vez”, advierte. •

    Ranking de la edad promedio del debut sexual en 10 países

    El sitio web ChartsBin realizó en 2014 un mapa sobre la edad de iniciación sexual de los adolescentes, tomando en cuenta a 44 países del mundo. Estableció que la edad promedio era de 18,4 años. En orden de precocidad, estos son los diez primeros países de esa lista —que no incluye a Bolivia.

    Nº País Edad de iniciación

    1) Islandia 15,6 años

    2) Dinamarca 16,1 años

    3) Suecia 16,2 años

    4) Noruega 16,5 años

    5) Finlandia 16,5 años

    6) Israel 16,7 años

    7) Bulgaria 16,9 años

    8) Portugal 16,9 años

    9) Bélgica 17,2 años

    10) Chile 17,2 años

    Fuente: Sitio web ChartsBin (2014)

    Dimensiones de la sexualidad

    La sexualidad tiene varias dimensiones: la erótica (relacionada con el placer de los sentidos); la dimensión lúdica (reír y disfrutar en un sentido casi como de juego); la dimensión reproductiva (lo que menos buscan la mayoría de las parejas, y de la cual deben cuidarse) y la dimensión íntima (en la que predomina el conocerse y conocer al otro, la comunicación).

    La realidad indica que generalmente los adolescentes y jóvenes solo prestan atención a la dimensión erótica.

    Según el psicólogo Iván Salinas, los medios de comunicación juegan un rol muy importante en este tema porque “venden” al público una imagen distorsionada de la sexualidad, empezando por mostrar cuerpos perfectos y sin grasa, o la pornografía que además de cosificar al otro, lo segmenta mostrando solo partes del cuerpo.

    “La educación sexual tiene que tratarse de una forma más integral y discutir varios temas, no debería tomarse como una lección con capítulos “a, b, c y d”, en la que hay una persona que lo sabe todo”, recomienda.

    Salinas dice que los primeros que deberían aprender de todo esto son los directos involucrados, o sea la pareja en conjunto.

    Juegan un rol fundamental los padres y otros agentes sociales que están dentro del proceso de la educación, como los maestros, pero también los medios de comunicación como la prensa, el cine y otros.

    “Me pregunto: ¿cuántos padres hablan de esto con sus hijos?”, cuestiona el psicólogo.

    Embarazos no deseados e ITS

    En 2017 el Ministerio de Salud reveló que en Bolivia 116 mujeres de cada 1.000, de entre 15 y 19 años, estaban embarazadas o ya tenían hijos.

    En criterio del psicólogo Iván Salinas los embarazos precoces y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) son los temas más abordados por diferentes instancias de salud y educación y la excusa más frecuente para hablar de sexualidad debido al temor. “Pero, es necesario volver a hablar sobre ese tema sin cansarse”, aconseja él.

    Dice que los padres no pueden tener la idea ingenua de que sus hijos no iniciarán una vida sexual porque hablaron con ellos sobre sexualidad, o porque les prohibieron hablar de ese tema, o porque les taparon los ojos cuando en la televisión había una escena erótica.

    “Lo que recomiendo es que se hable abiertamente sobre sexualidad. Los varones tienen que cuidarse y cuidar a su pareja, y las mujeres cuidarse y exigir que las cuiden”, recomienda.

    En su experiencia profesional, los padres por lo general solo dan un discurso sobre sexualidad, pero ese mensaje no les llega a sus hijos. “Lo mejor”, según su criterio, “es hablarles desde la propia vivencia”.

    “Debemos tratar de tener una perspectiva más sana de la sexualidad y para eso deberíamos cuestionarnos nuestras propias procesos de aprendizaje, preguntarnos qué tan saludable fue nuestra primera experiencia sexual, qué tan coherentes hemos sido con el manejo de nuestra sexualidad a lo largo de nuestra vida”.

    Pide no convertir la iniciación sexual en un “pandemonio” o como algo trivial. Sugiere tratar este asunto con más libertad, pero manteniendo los valores y la moral, porque no pueden estar ausentes en la vida de una persona y en una sociedad.

    “Hay que buscar información en libros, en internet, hablar con la familia, conversar sobre esto abiertamente y aprender juntos”, propone el especialista.

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