Otitis media aguda y sus secuelas

El oído permite escuchar todo lo que se encuentra alrededor y mantener el equilibrio corporal, por eso es importante cuidar este sentido del ser humano. La otitis media aguda (OMA) es una inflamación que afecta a gran parte de la población por lo menos una vez durante la infancia y si no se atiende adecuadamente, puede derivar en graves secuelas.

María Moreno León, pediatra con subespecialidad en hemato-oncología infantil (ambas realizadas en el Hospital Nacional “Profesor Alejandro Posadas” en Buenos Aires, Argentina), explica a ECOS que la OMA es la inflamación del oído medio, comienza súbitamente y tiene corta duración.

Se caracteriza por la presencia de un líquido seroso, mucoso y purulento en la cavidad media del oído y se constituye en una de las principales infecciones respiratorias agudas en la edad pediátrica.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cientos de miles de personas padecen de otitis media cada año, siendo los niños menores de cinco años y los habitantes de países en vías de desarrollo los que corren más riesgo de contraer esta patología.

Tras evaluar los datos obtenidos de 15 de las 21 regiones de la OMS, un grupo de investigadores del Instituto de Salud Materna e Infantil de Trieste, Italia, descubrió que se diagnostican 709 millones de casos de otitis media aguda al año. De ellos, el 51% son niños de hasta cinco años.

En cambio la otitis media supurativa crónica afecta cada año a 31 millones de personas, de las cuales el 22% son niños de hasta cinco años.

Las poblaciones de países en vías de desarrollo corren un mayor riesgo de padecer otitis, tanto media aguda como crónica.

Es decir, más del 50% de los 709 millones de casos de otitis media aguda al año tienen lugar en países en vías de desarrollo.

Causas y síntomas

Según la doctora Moreno, existen factores de riesgo para tener una OMA como ser: lactancia materna ausente o menor a tres meses, niños que acuden a guarderías o con reflujo gastroesofágico, paladar hendido, síndrome de Down, antecedentes de OMA repetitivos.

Los niños mayores son los que se quejan con mayor frecuencia de dolor de oído (otalgia), molestia que interfiere con sus actividades normales.

Los lactantes por su parte se vuelven irritables, lloran constantemente, a cada momento se jalan la oreja afectada o se rehúsan a tragar. Además presentan tos, rinitis, anorexia, vómitos, cefalea, alteraciones del sueño y fiebre alta.

Los padres deben sospechar que sus hijos tienen algún problema en el oído cuando el dolor los despierta por las noches.

“La OMA puede presentarse en cualquier edad, en niños, jóvenes y adultos, pero los más afectados son los pacientes en edad pediátrica, sobre todo los menores de dos años”, alerta la especialista a ECOS.

Sin embargo, es más frecuente en pacientes varones y durante los meses de invierno y de verano, también en aquellos que acuden constantemente a las piscinas. De esta forma la mayor parte de la población sufre por lo menos un episodio de OMA en algún momento de la infancia.

Complicaciones

Moreno sostiene que si no se trata esta patología correctamente pueden surgir complicaciones como OMA recurrentes, perforación timpánica, hipoacusia conductiva (sordera), mastoiditis, infección del hueso temporal, meningitis, absceso cerebral y otras secuelas.

La otitis media es una de las causas más comunes para acudir al médico y obtener medicación.

En este tema, los resultados de un estudio realizado por la OMS muestran la frecuencia con la que la otitis media deriva en una pérdida de audición.

La investigación revela que aproximadamente 31 personas de cada 10.000 en todo el mundo desarrollan una discapacidad auditiva como consecuencia de la otitis media.

Ese porcentaje aumenta si el afectado es menor de cinco años o vive en países en vías de desarrollo. En estos casos, la incidencia de la pérdida de audición por otitis media prácticamente se duplica entre los niños de uno a cinco años en el sur de Asia.

Además, cada año 21.000 personas en todo el mundo mueren de complicaciones relacionadas con la otitis media o enfermedades derivadas.

Tratamiento

En tratamiento tiene dos objetivos fundamentales: el primero la resolución de los síntomas, sobre todo el dolor de oído y el segundo la reducción de las recurrencias.

Además, para aplicar un tratamiento hay que considerar diversos factores como la edad del paciente, estado clínico, tiempo de evolución, si recibió antibiótico previo.

“Cabe aclarar que los antibióticos no se deben prescribir rutinariamente, ya que solo se justifica su uso en niños con compromiso bilateral y que presentan otorrea”, explica Moreno.

Padecer graves secuelas debido a la otitis media puede evitarse, si esta inflamación se trata de forma rápida y adecuada. “Por tanto, es imprescindible acudir al médico si se sospecha que el niño o usted sufren de otitis media”, aconseja la especialista. •

Cuidados con los oídos

En caso de resfriado y otras afecciones respiratorias, acudir de forma inmediata a un médico pediatra.

No introducir objetos al oído (cotonetes, agujas, cabellos u otros).

No automedicarse.

Evitar ruidos fuertes (bocinas, audífonos, micrófonos).

Evitar traumatismos al nivel del oído.

No aplicar sustancias ajenas al oído que no sean óticas, salvo prescripción médica.

Utilizar tapones y gorra para los oídos a la hora de nadar.

FUENTE: María Moreno León, pediatra.

Prevención

La prevención comienza con una población bien informada sobre esta enfermedad.

Evitar el consumo de tabaco en el hogar.

Estimular la alimentación con la leche materna.

Evitar dar el biberón cuando el lactante esté en decúbito.

Un niño puede estar cursando un derrame en el oído y estar asintomático.

Ante la sospecha de hipoacusia (sordera) se debe realizar un estudio audiológico apropiado para la edad de que se trate.

Si la patología persiste pese al tratamiento médico adecuado, el paciente debe ser derivado al otorrinolaringólogo.

Todo paciente con más de tres cuadros de otitis en seis meses o cuatro en un año debe ser atendido por un especialista.

Todos los casos crónicos también deben ser canalizados a un médico en el momento de su detección.

FUENTE: SciELO - Scientific Electronic Library Online