Neumotórax
El neumotórax es la presencia de aire en la pleura que ocasiona colapso pulmonar. La presión negativa intrapleural es una necesidad fisiológica fundamental para mantener insuflado el pulmón.
La existencia de una solución de continuidad en la pleura expone este espacio a la presión atmosférica (presión positiva); de esta manera, el aire penetra al espacio pleural y se acumula en él, lo que provoca colapso del pulmón.
El trastorno más común en pacientes con neumotórax es el dolor torácico de aparición súbita y punzante, el cual aumenta con los movimientos respiratorios; por lo general es de localización anterior y, en ocasiones, con irradiación al cuello, el hombro, la cara posterior del tórax o el abdomen.
La irradiación hacia la región esternal sugiere neumomediastino. Después del dolor hay disnea y cianosis de aparición súbita y cuya intensidad se relaciona con el grado de colapso pulmonar.
Desde el punto de vista etiológico el neumotórax se clasifica en espontáneo, que a su vez se subdivide en primario (por causa indeterminada, sin evento precipitante y sin evidencia de lesión pulmonar preexistente) y secundario (por las alteraciones en el parénquima pulmonar que en la mayoría de las ocasiones se debe a EPOC, efectos de hiperinsuflación y bulas preexistentes), traumático, que se debe a un pérdida de continuidad en algún lugar del tracto respiratorio (lo que ocasiona pérdida de la presión negativa de la pleura) y yatrogénico, debido a procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
El neumotórax espontáneo o primario es más frecuente en varones jóvenes de 20 a 40 años de edad, longilíneos, sin enfermedad previa. Estos sujetos tienen gran tendencia al neumotórax recurrente. La relación varón-mujer es de alrededor de 5:1, aunque esta proporción se equilibra conforme aumenta el tabaquismo en las mujeres.
La causa principal es la rotura en el interior del espacio pleural de una o más “ampollas” pulmonares o bulas subpleurales; estos sacos periféricos dilatados aparecen en pulmones normales desde un punto de vista clínico y radiológico.
Alrededor de 10% de los casos de neumotórax aparecen en forma bilateral alterna o recidivante, situación grave que requiere atención inmediata; suelen localizarse en el vértice del pulmón, tal vez por la mayor presión plural negativa alrededor de este sitio.
Está demostrado que el tabaquismo incrementa el riesgo de sufrir el primer episodio de neumotórax, y que al interrumpirse este hábito disminuye la frecuencia de las recidivas.
El neumotórax secundario ocurre en sujetos cuyos pulmones no están sanos, y hay factores que favorecen el atrapamiento de aire y condicionan sobredistensión, como: cavidades, bulas, quistes, ampollas o alteraciones de las vías respiratorias.
Las causas más frecuentes son: a) infecciones; b) degenerativas; c) inmunitarias y d) por otras circunstancias (fibrosis, enfisema, asma, infarto pulmonar, enfermedades intersticiales, alveolitis fibrosante, neoplasias, radiaciones, esteroides, síndrome de Marfan y enfermedades del tejido conjuntivo).
El tratamiento depende de la extensión del neumotórax: cuando es pequeño solo requiere vigilancia cuidadosa con administración de oxígeno suplementario a dosis altas, pero un neumotórax extenso debe aspirarse o tratarse con toracotomía cerrada y sonda de drenaje. Debe tratarse en forma urgente en caso de inestabilidad hemodinámica.
Fuente: El internista, de Manuel Ramiro, Alberto Lifshitz y José Halabe Cherem