La sorprendente tuna

Al margen de sus ventajas medicinales y económicas, una buena opción contra el cambio climático

La sorprendente tuna

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    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 11/03/2018 07:24

    Expertos en la producción de tunas califican a esta planta como “una bendición de Dios” y una excelente opción para encarar los problemas generados por el cambio climático, pues no es exigente en suelos ni requiere de mucha agua.

    Pese a que la fruta se remonta a tiempos ancestrales, el año pasado se destapó una especie de boom de la tuna en el país, gracias a la difusión de los beneficios de este cultivo que desarrolla la empresa Tunas Bolivia.

    Tunas Bolivia trabaja desde hace 15 años en el país con la producción de tunas para forraje, fruta y verdura. Son los promotores de difundir su cultivo y actualmente apoyan a 18 municipios bolivianos.

    El objetivo es introducir este cultivo en los municipios como una alternativa para enfrentar el cambio climático y conseguir una mejor situación socioeconómica para los productores, explica a ECOS uno de los representantes de Tunas Bolivia, Marcelo Sainz.

    Trabajan con 100 productores en Chuquisaca, 80 en Santa Cruz y 95 en Cochabamba. Todos ellos se dedican a la producción intensiva de fruto y forraje.

    La tuna es una planta “mágica, noble y fuerte”, según Sainz, ya que se desarrolla en cualquier condición climática y no es exigente en agua ni suelo. Se aclimata y adapta desde los 400 hasta los 4.000 metros sobre el nivel del mar.

    Luego, indica que a diferencia de los cultivos tradicionales, la tuna no requiere de grandes cuidados de parte del agricultor.

    No obstante, si se quiere obtener una penca buena, con frutos de aspecto físico sano y calidad organoléptica (es decir, que provoque una excitación sensorial), hay que vigilar las enfermedades.

    Chuquisaca, en la cima

    Actualmente, Chuquisaca es el primer departamento productor de tuna a nivel nacional, tomando en cuenta la calidad del fruto y la extensión de los terrenos. Tiene una superficie cultivada de 300 hectáreas, con lo que obtiene 2.000 toneladas de tuna mensuales.

    El 60% de la producción nacional —100 mil cajas anuales— corresponde a Chuquisaca. Le siguen Cochabamba, La Paz, Santa Cruz, Tarija y Potosí, en ese orden.

    El municipio chuquisaqueño de Yamparáez ocupa el primer lugar en producción de tunas con 150 hectáreas en las comunidades de Katana, Potreros, Karama y Tiro Huacana. En segundo lugar está Camargo.

    Logros

    Tunas Bolivia utiliza 1.000 plantas por hectárea, con dos riegos anuales: cuando se abre la temporada de brotación y en pleno desarrollo de la fruta.

    Produce tuna amarilla, blanca cristalina y blanca pintona. La morada recién comienza a ser introducida en Chuquisaca; en cambio La Paz es uno de los primeros productores de esa variedad.

    “Con el municipio de Yamparáez se ha demostrado que se logró un impacto socioeconómico. Está documentado que en las regiones donde se introdujo la tuna, se logró incrementar la producción: los productores quintuplicaron sus ingresos con relación a los que tenían antes”, manifiesta Sainz.

    Así, Tunas Bolivia demostró que la tuna sí es rentable, no está en riesgo frente a las adversidades climáticas y tiene una perspectiva sostenible de 100 años. Comienza a producir a los tres años de vida. “La tuna siempre fue tradicional, los tatarabuelos y bisabuelos siempre han tenido una pequeña huerta donde no faltaba la tuna", comenta el experto.

    Se cosecha una vez al año, sin embargo Tunas Bolivia está introduciendo técnicas de manejo para que la fruta sea cosechada ocho meses al año.

    Comercialización

    La tuna se comercializa por caja y cada una contiene 200 unidades de primera calidad (por su tamaño) y la de segunda, 250 unidades.

    La tuna blanca o tempranera es la primera en estar lista en diciembre. Este año se llegó a vender a los mayoristas hasta en 200 bolivianos la caja, pero el precio promedio suele ser de Bs 150.

    La tuna roja o la amarilla llegó a venderse en Bs 140 y Bs 100. Cuesta menos porque su tiempo de vida es corto: desde que se cosecha, la fruta puede conservarse una semana a una temperatura promedio de 12 grados sin refrigeración. La tuna blanca, en cambio, puede durar hasta 20 días a temperatura ambiente y sin refrigeración.

    Lo normal es obtener entre siete y ocho toneladas de tuna por hectárea, pero con un buen manejo se puede llegar a 15 o 20 toneladas. Es decir, un productor puede obtener entre 25.000 y 30.000 bolivianos por hectárea de tuna.

    “Una bendición de Dios”

    Ramón Ramos, técnico de Tunas Bolivia, dice que el cultivo de tuna está presente en todos los valles del país, aunque no a escala mayor.

    También se produce en varios municipios de La Paz y, últimamente, en los valles cruceños. La especie se adapta a condiciones extremas, incluso es tolerante al estrés hídrico, o sea que puede desarrollarse con poca precipitación pluvial. Pero si se riega, la producción mejora.

    Ramos dice que hoy en día en Bolivia la tuna toma mayor importancia para forraje. Por ejemplo, en el Chaco, donde hay escasez de agua, el forraje de tuna es muy beneficioso para el ganado, pues un 90% de su contenido es agua. “Una excelente alternativa”, resalta.

    El experto agrega que en Brasil hay 500 mil hectáreas de tuna para forraje y piensa que en Bolivia se debería hacer lo mismo, desde las zonas bajas hasta las cabeceras de valle.

    “Esta fruta es grandiosa y mucha gente no le da la importancia que merece. Es una bendición de Dios que exista la tuna, es una plantación del futuro. Con el cambio climático, la gente debe optar por esta especie que requiere de suelos marginales y precipitaciones bajas. Es una respuesta favorable para la familia”, concluye Ramos.

    El apoyo de Tunas Bolivia

    Tunas Bolivia es una empresa privada que apoya a iniciativas privadas. “Estamos dispuestos a asesorar a la gente que quiere ingresar a esta actividad desde el momento de la preparación del suelo, la implantación, como se hace la poda, el manejo posterior y la comercialización tenemos el material vegetal, la tecnología y experiencia necesarias”, dice su presentación.

    Comparte su experiencia en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, México y Perú. Pertenece a una red de productores de tuna a nivel de Latinoamérica, donde se comparte información para superar problemas de plagas o para mejorar la calidad del fruto u organizar una feria internacional. •

    Beneficios de la tuna

    La tuna o penca es una planta de la familia de las cactáceas. Por sus innumerables beneficios para la salud, se emplea en la cocina y en la medicina natural desde la época precolombina.

    Los ancestros empleaban esta fruta para curar y cicatrizar heridas. Con la raíz trataban hernias, úlceras estomacales e irritación del hígado.

    Con la pulpa hacían cataplasmas para aliviar la piel seca y la irritación por el sol. También quitaban la fiebre bebiendo su jugo.

    De acuerdo con su contenido nutricional tiene vitaminas A, C y K, carbohidratos, cenizas, complejo B1, B6, B12, calcio, hierro, potasio, sílice y magnesio.

    Según sus cualidades medicinales, tiene poderes curativos y preventivos para la gastritis, úlcera y actúa contra enfermedades como la diabetes.

    Es desinflamante del hígado y los riñones. Además, elimina células cancerígenas del tubo gastrointestinal.

    FUENTE: Tunas Bolivia

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