Svonko Cano, un fuera de serie
El adolescente que comparte micrófonos con su abuelo octogenario y su amigo sexagenario
En un programa radial de Sucre, un joven locutor comparte los micrófonos con su abuelo octogenario y con uno de sus mejores amigos, un sexagenario. Tres generaciones unidas con un solo objetivo: rescatar, preservar y difundir la cultura chuquisaqueña.
Svonko Cano Valenzuela es un adolescente multifacético de 17 años cuya vida está regida por la fe en Dios. Es miembro activo de la Iglesia católica, mejor alumno de su clase, músico, compositor, productor y conductor de tres programas en la radio Global.
Nació en 2000, según su punto de vista, un año importante que marcó historia no solo por el paso a otro siglo sino por la difícil coyuntura política y económica de ese momento en el país.
Al conversar con él pareciera que lo hiciéramos con alguien mayor, por su madurez espiritual, sus conocimientos y por la seguridad con la que habla.
Los padres de este adolescente de cautivantes ojos entre verdes y azules son Yerco Cano e Ivanka Valenzuela, a quienes agradece por permitirles a él y a su hermano Branko tener una niñez y una juventud tranquilas. “Uno tiene el plato de comida sobre la mesa cada día, pero hay otros que no”, reflexiona.
Fiel devoto de Dios, canta en las misas de la parroquia de La Recoleta desde niño. “Tengo 17 años y hace nueve que no fallo un domingo. La fe es determinante para mi vida, me ayuda mucho en todo lo que hago”, sostiene.
Mientras los padres de muchos adolescentes deben estar permanentemente tras ellos insistiendo para que cumplan con sus tareas, los de Svonko tienen que exigirle que deje de estudiar hasta altas horas de la noche y descanse. Está en la promoción del colegio Pestalozzi y es el mejor alumno del curso: el año pasado concluyó con 94 de promedio.
“El colegio es muy exigente, tener un promedio alto demanda mucha dedicación.
No voy a fiestas, nunca tuve enamorada y tampoco quiero saber por el momento de eso. Todo mi tiempo lo divido entre la parroquia La Recoleta, donde canto en cuatro o cinco misas los domingos, el colegio, la radio y la música”, dice él.
Nieto del “Tío Peletín”
Gilberto Valenzuela, orgulloso abuelo de Svonko, es periodista diplomado, dramaturgo, director artístico de teatro, guionista, conductor de programas de radio y televisión, gestor cultural, investigador, poeta, compositor y cantautor. Dedicó gran parte de su vida al teatro y personificó al famoso “Tío Peletín”, que alegró a varias generaciones de niños sucrenses.
Valenzuela cuenta a ECOS que Svonko poco a poco fue cultivándose en diferentes áreas del conocimiento, como historia, geografía o cívica. Que constantemente le pedía explicaciones y desde pequeño gustó de la lectura del diccionario; juntos sacaban conclusiones de los significados de las palabras. Su abuelo le enseñó las primeras notas musicales en la guitarra.
Cuando se le pregunta a Valenzuela si Svonko es su hechura, responde: “en parte sí porque lo lleva en la sangre, es de familia”. Los padres de Peleto fueron los actores de renombre nacional Guillermo Valenzuela y Maruja Monroy. A su abuelo materno, Wenceslao Monroy, lo nombraron “Patricio del Teatro Nacional” en 1958, y su abuela materna, Adriana Ortiz de Monroy, fue una excelente actriz de teatro.
Incursión en la música
Svonko empezó a tocar la guitarra a los tres años. Su padre mandó a hacer una para que pudiera cantar con su abuelo y juntos formaron el dúo “Antaño y hogaño”, aunque el niño no sabía ni escribir.
Recuerda que su primera nota fue mí mayor y que su primer tema, “La pícara”, de los Kjarkas. Leandro, de la parroquia La Recoleta, también le enseñó a tocar este instrumento.
“Antaño y hogaño” participaba en las guitarreadas familiares. En febrero de 2015, cuando llegó de visita a Sucre Adolfo Cano, un tío que vive en España, organizó una parrillada e invitó a sus amigos Víctor Paz, Willy Cabezas y Edgar Guidi para amenizar la reunión con cuecas, kaluyos, zambas y bailecitos.
Como Svonko también tocaba y cantaba no tardó en unirse al festejo. Tenía 14 años y sorprendió a los presentes con música folclórica. “Los jóvenes no tenemos por qué avergonzarnos de nuestra cultura a nombre de la globalización, el problema es que nosotros nos dejamos globalizar y no globalizamos lo nuestro”, dice al respecto.
En ese encuentro Paz, Cabezas, Guidi y Svonko decidieron formar el grupo “Los Casuales”. Querían sorprender a Valenzuela el día de su cumpleaños con una actuación.
“Después continuamos juntos en las lides musicales, recopilando música chuquisaqueña e investigando para recuperar cuecas, bailecitos, kaluyos, carnavalitos y huayños”. Como prueba de ello, Svonko muestra a ECOS un nutrido cancionero hecho por ellos.
Con el tiempo, el grupo se redujo a Svonko y Víctor Paz. “Salimos del cascarón gracias al impulso de Víctor Hugo Solís y Jorge Almaraz, quienes nos animaron a actuar en algunos eventos y programas radiales”.
Este talentoso joven también compone: tiene 15 canciones con la temática de Dios, Sucre, Bolivia, el mar y radio Global, entre otras.
En la radio
Siente por la radio una atracción que se explica con la herencia de su abuelo. Desde temprana edad sintonizó la radio Panamericana para informarse. Era raro que un niño esté al tanto de todo el acontecer político, social y económico del país. “Yo creo que una persona bien informada es una persona culta”, sentencia con seguridad.
“Muchas veces llamé al programa ‘Voz popular’ para opinar sobre diferentes temas. A todos les daban dos minutos para opinar y luego les cortaban; cuando llamaba, me pedían mi nombre y edad, yo les decía que tenía 12 años y me daban tres o cuatro minutos”.
El muchacho reconoce que alguna vez jugó a ser locutor. Imitaba a algunos periodistas, sobre todo a Juan José Hidalgo, con el apoyo técnico de su hermano Branco en la grabación. También practicó locución en el colegio: relataba los partidos de fútbol y hasta se inventaba publicidad.
El año pasado, “Los Casuales” buscaron al director de Global, Favio Porcel, para actuar en un programa especial por el 25 de Mayo. Porcel aceptó y le abrió al dúo las puertas de su emisora.
Por esas cosas de la vida, el locutor de la radio justo ese día no se presentó. Entonces, Svonko decidió encarar la situación y pese al nerviosismo que sentía junto con Víctor Paz, improvisó y salió al aire tocando para los radioescuchas, sin ningún anuncio pero con el visto bueno de Porcel.
Aunque salieron airosos, la experiencia le dejó “sabor a poco” a Svonko. Quería más.
Para su sorpresa, Porcel les invitó a conducir un programa musical los sábados: a Paz le aterró la idea, porque no sabía nada de radio, y Svonko se sentía incapaz de hacerlo. Los pensamientos bullían, se decía “la edad no marca la actividad de una persona, pero tengo 17 años y hasta el operador es mayor que yo, y no me hará caso…”.
Sin embargo, Porcel, reconocido hombre de radio, le infundió confianza y el rubio joven decidió romper esquemas e ideas conservadoras.
Tesoros chuquisaqueños
“Tesoros chuquisaqueños” salió al éter el 24 de junio de 2017. “Le colocamos ese nombre porque todos los que hacen algo por esta región en las áreas de literatura, música, danza, cultura, historia, turismo y tradición, son tesoros invaluables para el departamento”, explica.
El programa tiene varios sectores: Reseña histórica (aniversarios de provincias, municipios y pueblos); Un viaje imaginario (turismo); Leyendas chuquisaqueñas; Poesía chuquisaqueña (entrevista a poetas) y uno para promocionar grupos y de actuaciones en vivo.
De casetes y discos de vinilo rescatan temas musicales del acervo chuquisaqueño. Ellos están seguros de que tienen una gran audiencia porque el teléfono no para de sonar durante el programa. “La gente llama, comenta y escucha, por eso nos damos cuenta que somos útiles para la sociedad. Hacemos un programa con la gente, no para la gente”, aclara Svonko.
A un principio no percibían ganancias, pero ahora se volvió fácil para ellos conseguir auspiciadores y publicidad. En realidad, Svonko trabaja en tres programas sabatinos de radio Global: de 9:40 a 11:00 conduce solo “Voces y Canciones”, en el que difunde zambas, taquiraris y cuecas chapacas. De 11:00 a 12:00 en “Agenda del mediodía”, junto con Peleto Valenzuela y Víctor Paz, aborda temas históricos universales, curiosidades y oficios que enorgullecen. Y de 12:00 a 14:00 con Víctor Paz lleva adelante los “Tesoros Chuquisaqueños”.
“Mi mayor alegría es compartir el micrófono con mi nieto, una persona muy cultivada y con una personalidad bien definida. Es un excelente católico, sabe mucho de historia y arte, también actúa, declama poesía y escribe con propiedad. Además, canta en el coro de la iglesia La Recoleta, su voz ya está definida, y toca guitarra. Su mérito es que sabe cultivarse solo”, manifiesta, orgulloso, Gilberto.
Por su parte, Svonko agradece a su abuelo por ser su guía desde niño. “Yo vivo con Peleto todos los días de mi vida, incluso salimos juntos a comprar pan”, cuenta él. También recuerda el cariño del resto de su familia, de la parroquia, de los padres franciscanos y de Víctor Paz. •
Svonko y Víctor Paz invirtieron los papeles
El chuquisaqueño Víctor Paz Sifuentes nació en 1953, está casado y tiene cuatro hijos que viven en La Paz junto a su esposa. Es músico, trabajó en la Fuerza Aérea y posteriormente en una constructora, donde se jubiló.
Dice que nunca pensó hacer radio, pero siente que todavía tiene la fuerza y las ganas de aportar a la sociedad para hacer algo positivo por ella.
“Amo mi tierra, vivo por ella y tengo que darle lo que le corresponde. El ser humano siempre está aprendiendo, es una etapa muy linda la que estoy viviendo”, asegura.
Paz, influido por Svonko Valenzuela, siguió sus pasos: se invirtieron los papeles y aprendió de un jovencito. “Me siento feliz por haber conocido a alguien de quien estoy aprendiendo”, enfatiza.
Paz admira a Svonko, de quien destaca su madurez espiritual. “No siento la diferencia de edad cuando estoy con él, me doy cuenta de que tenemos muchas similitudes. A Svonko lo tengo en un lugar muy alto por los valores y principios que tiene. Con él aprendí cómo se mueve la radio y el sistema de comunicación. Estoy feliz, chocho de la vida”.
Ahora Paz investiga casi todos los días sobre diferentes temas en las bibliotecas. “Tenemos la responsabilidad de hacer un programa que supere nuestras expectativas”, finaliza.