Disfunción eréctil

Disfunción eréctil Disfunción eréctil

Dr. Joel Gutiérrez Beltrán
Ecos / 20/05/2018 10:44

La disfunción eréctil o impotencia se define como la imposibilidad de mantener la erección del pene con suficiente rigidez para llevar a cabo el coito. La prevalencia de la disfunción eréctil se incrementa con la edad, tanto en la población general como en los individuos con diabetes mellitus; en los diabéticos es más frecuente e inicia más temprano (5 a 10 años antes) que en los no diabéticos.

La disfunción eréctil es dos veces más frecuente en los individuos con síndrome metabólico, aun sin diabetes, que los individuos sin este síndrome. Aproximadamente 5% de las personas con diabetes, menores de 25 años de edad, tienen disfunción eréctil, 50% a los 50 años y 75% después de los 60. Su prevalencia es mayor en los diabéticos de larga duración que en los de corta duración y es mayor en los peor controlados que en los mejor controlados.

La importancia de la impotencia es doble: por un lado afecta negativamente la calidad de vida; por otro, puede considerarse como un marcador de enfermedad cardiovascular ya que se ha observado una relación estadística directa entre la disfunción eréctil y la cardiopatía isquémica.

La erección se inicia por el deseo sexual que depende de factores psicológicos, hormonales y físicos. La erección del pene depende del funcionamiento normal de los nervios somáticos y autonómicos, de la musculatura lisa y estriada de los cuerpos cavernosos y piso pélvico, así como del flujo sanguíneo de las arterias pudendas. La contracción de los músculos bulbocavernosos e isquiocavernosos acentúa la rigidez. Los transmisores químicos involucrados son principalmente el óxido nítrico, el péptido intestinal vasoactivo, la acetilcolina y las prostaglandinas.

La erección inicia y se mantiene por el aumento del flujo arterial, la relajación activa del músculo liso de los sinusoides de los cuerpos peneanos mediada por óxido nítrico y aumento de la resistencia venosa.

El óxido nítrico es el vasodilatador más potente, que se sintetiza a partir de la L-arginina por la óxido nítrico sintetasa endotelial; causa relajación del músculo liso vascular del pene a través del aumento de GMPc intracelular, lo que permite que los sinusoides cavernosos se llenen de sangre y se produzca y mantenga la erección. La fosfodiesterasa-5 es la encargada de degradar el GMPc intracelular.

Las circunstancias que afecten en cualquier paso al mecanismo de erección del pene pueden causar disfunción eréctil: alteraciones psicológicas (principalmente depresión y ansiedad), hipogonadismo, neuropatía autonómica que afecta la respuesta neurovascular, reducción del flujo sanguíneo por ateroesclerosis y la disfunción endotelial típica de la diabetes que reduce la producción de óxido nítrico en los cuerpos cavernosos.

Todos estos factores son más frecuentes en los individuos con diabetes mellitus. La neuropatía diabética es uno de los aspectos determinantes: cerca de 100% de los pacientes con neuropatía diabética clínica tiene disfunción eréctil. Además, existen factores exógenos como ciertos medicamentos empleados frecuentemente en los enfermos con diabetes mellitus. Las circunstancias que afecten en cualquier paso al mecanismo de erección del pene pueden causar disfunción eréctil.

En todos los casos de impotencia debe considerarse la posibilidad de que esta sea psicogénica.

Fuente: “El Internista. Medicina interna para internistas”

 

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