El centro histórico de Sucre pierde su carácter residencial
La Directora de Patrimonio-PRAHS dice que “no tenemos un ‘centro histórico museo’”
El casco histórico de Sucre sufre una transformación gradual, lenta e inevitable desde el interior de sus manzanas. Aunque se conservan las fachadas, los interiores sufren una serie de transgresiones: desaparecen las casas de dos o tres plantas, con dos o tres patios y espacios libres para las huertas y, por ende, el centro pierde su carácter residencial.
Esta alerta fue lanzada a ECOS por el director de la Escuela Taller Sucre, arquitecto Domingo Izquierdo, quien considera que el “diagnóstico sobre la actual situación del patrimonio arquitectónico de Sucre es preocupante y con un pronóstico apocalíptico”.
Para la directora de la Unidad Mixta Municipal de Patrimonio Histórico-PRAHS, Yolanda Tirado, los tiempos cambiaron y las normas se flexibilizaron para darles calidad de vida a los propietarios, con la idea de que el centro sea activo económicamente y autosostenible.
¿Una “Florencia” de fachada?
Izquierdo recuerda que en diciembre de 1991 Sucre fue declarada por la UNESCO ‘Patrimonio Cultural de la Humanidad’. “Es considerada la Florencia de Bolivia”, ya que tiene la mayor cantidad de edificios históricos patrimoniales catalogados del país. Son tomados además como monumentos nacionales.
En este contexto, sostiene que si bien hay un conservacionismo “fachadístico”, que respeta la norma, en el interior de las casas se presentan una serie de transgresiones propias de la modernidad y ajenas a toda la estructura histórica de Sucre, que consiste en una casa con dos o tres plantas en torno a espacios libres como patios o huertas.
Nuevas construcciones
El Director de la Escuela Taller señala que propietarios privados, públicos e institucionales comenzaron a construir edificios de altura o grandes estructuras como estacionamientos, supermercados, tinglados y viviendas de planta horizontal de cuatro, cinco y seis pisos que están transformando desde adentro al centro histórico, “así como un cáncer que se está propagando como una metástasis”.
“Me temo que es una transformación gradual, lenta e inevitable porque el municipio (la Alcaldía) no puede hacer gran cosa ante las transgresiones interiores, que, si bien son denunciadas por los vecinos, la Ley de Patrimonio no cuenta con una reglamentación. Así, los propietarios se amparan en el Código Civil, que les permite hacer de su propiedad lo que se les antoje”, agrega el experto.
Como por su trabajo transita continuamente por las bóvedas y cúpulas de las iglesias, Izquierdo indica que puede ver desde las alturas los edificios contemporáneos con hormigón y ladrillo, cubiertos de plástico o estructuras metálicas, que surgen como si fuesen verdaderos hongos y están a tan solo un par de cuadras de la plaza 25 de Mayo.
“Todos los manzanos alrededor de la plaza están siendo transformados de manera negativa”, remarca el arquitecto.
Incluso la Universidad
De acuerdo con sus palabras, varias instituciones no respetan la normativa. “Me apena decirlo, pero la Universidad (San Francisco Xavier de Chuquisaca) es una de ellas”, señala también.
Al respecto, menciona que la Universidad de casi cuatro siglos de existencia levantó una edificación fuera de norma para la Facultad de Farmacia y Bioquímica, y también demolió otra, de buena calidad y con características patrimoniales de arquitectura contemporánea que corresponde a los primeros años de la década del siglo XX. “Lo hizo sin pedir permiso, cuando más bien se pudo haber hecho una buena arquitectura de integración”, lamenta.
El mal ejemplo cunde
Por otro lado, hace notar que construcciones nuevas y ajenas a la tipología residencial del centro histórico perjudican con su altura a los vecinos colindantes.
Además, comenta que el mal ejemplo cunde, generándose un efecto dominó. Advierte que si esta situación continúa, dentro de unos años la calidad de vida se deteriorará y, por si fuera poco, el centro histórico perderá su carácter residencial.
El riesgo está en que los habitantes huyan del centro histórico porque se vuelve inhabitable, así como pasó y sigue pasando en La Paz, Cochabamba, Bolivia y Latinoamérica.
Otra situación que observa el experto y que afecta al patrimonio arquitectónico es el excesivo centralismo de funciones concentradas en el centro histórico, entre administrativas, comerciales, financieras y educativas, haciéndole perder su carácter residencial.
“El municipio debería fomentar la desconcentración del centro histórico, descentralizando funciones. Una de las más nocivas es la presencia de recintos educativos como escuelas, colegios y universidades en el centro histórico que provoca un flujo de tránsito excesivo”, opina.
No es un “centro histórico museo”
La directora de la Unidad Mixta Municipal de Patrimonio Histórico-PRAHS, arquitecta Yolanda Tirado, por su parte recuerda que en el reglamento complementario de las áreas históricas para equipamientos especiales, elaborado en 2004, los profesionales que participaron en él señalaron que la única forma de la sobrevivencia del centro histórico es que se lo active económicamente y se lo convierta en autosostenible.
Si se quieren conservar los inmuebles como vivienda, con tres patios y demás características mencionadas por Izquierdo, en criterio de Tirado, será difícil que el propietario pueda hacer el mantenimiento necesario.
“Las huertas son muy interesantes y atractivas; antes también había otros espacios que se usaban como caballerizas o corrales de animales que ahora no se utilizan porque con el transcurso del tiempo los requerimientos cambiaron”, agrega la profesional.
“Tenemos que dejar en claro que no tenemos un ‘centro histórico museo’. El nuestro es un centro activo y la única forma que se ha conceptualizado para lograr su preservación es que sea activable económicamente y convertirlo en un predio autosostenible”, enfatiza ella.
En ese sentido, reconoce que se están abriendo en el centro histórico principalmente tiendas comerciales, hoteles y centros culturales, para lo cual se aplican mayores impuestos de acuerdo al rubro. Sin embargo, como hacen una intervención autorizada, “tienen su respectivo descuento”, aclara después.
Dice que un reglamento de centro histórico debe ser actualizado constantemente, en consonancia con las necesidades de la gente, con un espíritu de preservación del monumento pero en pro de mejorar la calidad de vida de los habitantes, ayudando a los propietarios a que su predio sea sostenible.
“Somos muy idealistas al querer mantener las características originales de un predio”, sostiene la Directora de Patrimonio-PRAHS. “Debemos darnos cuenta de que es un centro histórico que tiene su realidad, necesidades y, sobre todo, gente viviendo dentro. Me di cuenta que la única forma de poder consolidar el centro histórico, mantener el conjunto urbano, mejorar el tema de cultura y turismo era haciendo un trabajo conjunto con el propietario, aprendiendo a escucharlo”, finaliza. •
El riesgo de perder la declaratoria de la Unesco
La declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la UNESCO no solo comprende a los inmuebles patrimoniales como hitos aislados, sino al conjunto urbano.
En consecuencia, cada construcción clandestina que afecta la imagen urbana, cada elemento arquitectónico perdido, un edificio mal diseñado o mal conceptualizado por un arquitecto, pone en riesgo dicha declaratoria.
La normativa dice que todo elemento de propiedad pública o privada que se haya construido dentro de la ciudad debe tener el visto bueno de la Dirección de la Unidad Mixta Municipal de Patrimonio Histórico-PRAHS.
La directora de esa repartición, Yolanda Tirado, comenta a ECOS que las construcciones clandestinas no son tan graves como las demoliciones de edificaciones patrimoniales, que, asegura, “para mí es un fallecimiento porque su pérdida es irreparable”.
Con relación a la denuncia contra la Universidad San Francisco Xavier, dice lo siguiente: “Cuando yo recibí la Dirección el año pasado, tuvimos algunos problemas con instituciones públicas, especialmente la Universidad San Francisco Xavier. El 100 por ciento de sus edificaciones estaban siendo clandestinas (…) después me llegué a enterar que eran problemas de temas legales, que no tenían su documentación legal completada. Entonces, eso hacía que no podían presentar su documentación de forma regular”.
Con ese antecedente, dice que la Unidad Mixta decidió trabajar en conjunto con la Universidad. Mientras esta tramitaba la documentación legal, Patrimonio revisaba sus proyectos. Luego, asegura que “la Universidad también se ha puesto de nuestro lado y ha decidido hacer sus construcciones previa aprobación”.
Destaca que incluso la Universidad se haya plegado al programa televisivo para colegiales ‘Saberes Patrimoniales’, donde premia a los ganadores con 12 becas de ingreso libre.
iFlexibilidad y rigidez
Tirado asegura que la institución que dirige es bastante flexible con la normativa en áreas de monumentos, donde sí se puede hacer ampliaciones internas.
Tampoco restringen los niveles de altura: se puede levantar hasta tres. Pero en las áreas de preservación histórica son muy estrictos porque, para estos casos, se cuenta con leyes que deben hacer respetar.
Esto, según Tirado, permitió a la Dirección de Patrimonio Histórico llegar a tener el control del centro histórico y, en la actualidad, todas las obras que se ejecutan llevan el letrero de construcción de esa institución.