El poder del Tata Santiago
La imagen icónica, telúrica, religiosa y de culto sincrético de Santiago en América, Bolivia y en gran parte de los Andes tiene una significación trascendental en la historiografía temprana de las naciones...
La imagen icónica, telúrica, religiosa y de culto sincrético de Santiago en América, Bolivia y en gran parte de los Andes tiene una significación trascendental en la historiografía temprana de las naciones postiwanacotas, aimara, qara qara, charca e inca, y mucha incidencia durante y tras el encuentro fortuito y violento que los europeos ibéricos tuvieron con las naciones e imperios del Nuevo Mundo.
Pero para entender la significación telúrica de la figura de Santiago en América debemos remontarnos a sus orígenes y a su traslado al Nuevo Mundo, para pasar luego al sincretismo religioso que perdura hasta hoy.
En este breve estudio vislumbraremos sus remotos orígenes y su incorporación al imaginario popular y religioso de América, Bolivia y de manera particular de la Villa Imperial, pues no en vano se constituyó tempranamente como patrono de la emergente metrópoli más rica del continente y una de las más influyentes del mundo de entonces.
El recorrido de Santiago
La tradición en la Europa ibérica manifiesta que Santiago el mayor, discípulo de Jesús, llegó a las antiguas tierras romanas de Hispania, precisamente hasta Galicia y hasta el llamado “Finis Terrae” o fin de la Tierra. En este aspecto, la historia de Santiago en Iberia está rodeada de mitos y leyendas, entremezclada con hechos y personajes reales históricos.
Ahí dice la tradición que estuvo junto a sus discípulos, Atanasio y Teodoro, llevando la palabra de Dios. Por eso se cuenta que llevó el evangelio hasta Finis Terrae, pues en ese entonces no se conocía más allá de las tierras conquistadas por la Roma Imperial.
Posteriormente, la tradición dice que volvió a Jerusalén y que ahí fue decapitado por Herodes Agripa I. Sus apóstoles, temiendo que su cuerpo fuera profanado por los judíos y romanos, lo llevaron en una barca con dirección a Galicia y desembarcaron en Iria Flavia, en lo que es la actual Padrón (en la provincia española de La Coruña). En algún lugar de ese territorio fue sepultado y sus discípulos se quedaron como custodios y guardianes de su cuerpo y tumba. Todo esto pudo ocurrir hacia el año 44, aproximadamente.
Ya en comienzos del siglo IX ocurre un episodio envuelto en leyenda que, sin embargo, marcará la religiosidad en España y el Nuevo Mundo.
En el reinado de Alfonso II, Teodomiro era obispo de Iría Flavia. Fue en esa época —algunos la sitúan en el año 813— que un ermitaño de nombre Pelayo en varias ocasiones observó luces cerca o dentro del bosque. Al cavar encontraron unas tumbas. Todo esto fue comunicado al obispo Teodomiro, quien se trasladó al lugar. Se dice que allí le fue revelado el milagro de la identidad de los sepultados en las tumbas, manifestando que era el apóstol Santiago y sus discípulos.
Posteriormente se construyó ahí una ermita, capilla y templo que con el tiempo se convirtió en santuario importantísimo para la fe católica, lugar de peregrinaje desde distintos sitios del mundo. A este recorrido de peregrinaje se le conoce como el “camino de Santiago”. Y después se crearía la exclusiva orden de Santiago, a cuyos miembros se les conoce como “caballeros de Santiago”.
Llega a Potosí
El apóstol llegó a caballo, en los estandartes que Colón trajo en su primer viaje a América. Bartolomé Arzáns refiere que uno se quedó en Haití y, después de un largo periplo, otro llegó a Potosí, en el medio de una bandera roja que fue la antecesora de la potosina. Quizás por ello Santiago es declarado primer patrono de Potosí junto al Santísimo Sacramento del Altar y la Virgen de la Concepción.
Debido a su importancia, Santiago tuvo su templo pero este desapareció en un incendio. Curiosamente, la devoción al santo menguó y pareció migrar hacia las provincias.
El Tata de Bumburi
Es necesario mencionar que Pumpuri es una pequeña comunidad ubicada en las faldas del cerro Puncuri, del municipio de Colquechaca, en el norte del departamento de Potosí. La investigadora Tatiana Suárez sostiene que el nombre de Pumpuri proviene de la voz onomatopéyica “pum pum”, que es ocasionada por la caída de los rayos y el sonido de los truenos en esta población. De esta manera, a partir de una deformación lingüística se llega a denominar al apóstol Santiago como “Tata Bombori”, y queda visible la asociación de esta imagen al dios andino del rayo Illapa o Chuquilla, que puede ser bueno al dejar caer las lluvias fertilizando la tierra pero que también puede ser malo dejando caer los rayos y granizos que destrozan los cultivos, matando animales y hasta personas. El Tata Bumburi también guarda esta dualidad, pues puede ser invocado para ocasionar tanto infortunios como dicha y prosperidad.
El Tata Bumburi es una imagen de yeso de Santiago Apóstol pero, a diferencia de otras que son objeto de devoción, este santo no está representado montando a caballo, pisando idolatras y con la espada en alto, como es común encontrarlo, sino de pie, sosteniendo la biblia en la mano derecha y la espada en la mano izquierda, además de llevando sobre el pecho el corazón de Jesús y la luna de la Virgen María hechas en plata.
Según un relato oral de Chaquí, un día en el que dejaron las puertas abiertas de la iglesia de esta región, se vio cómo Santiago Apóstol salió del templo para dirigirse a Huari, y luego a la población de Pumpuri, donde algunos hombres le instaron a visitar un montículo de piedras con extraño brillo. Cuando el santo apreciaba estas piedras, el diablo en forma de serpiente se hizo presente ayuntando al caballo; esta es la razón por la cual el Tata Bumburi es representado sin caballo.
Según los comunarios, la veneración de esta imagen data de la época colonial, perom a medida que se multiplicaron los milagros y favores que recibieron las personas, se fue popularizando su celebración. En la actualidad una gran cantidad de personas no solamente de Bolivia sino de los lugares más recónditos del planeta llegan a este santuario durante todo el año, especialmente los días previos al 25 de julio, fecha dedicada a Santiago Apóstol. La gran cantidad de visitantes ha contribuido de manera ejemplar al desarrollo económico y social de todo el pueblo.
Si bien los visitantes llegan a Pumpuri durante los martes y viernes en todo el año, los días más concurridos corresponden a los precedentes y posteriores al 25 de julio. Ya el 24 se puede apreciar una gran cantidad de gente que pide favores y milagros a este santo, y aunque alguna va por bienes materiales y económicos, la mayoría de los devotos le solicitan salud para ellos y sus familias, pues este santo es famoso por curar, incluso, enfermedades terminales.
La noche del 24, quienes ingresan tanto a la iglesia nueva como a la antigua, hecha de adobe y techo de paja, donde se encuentra la imagen original del Tata Bombori, se realizan las veladas y se celebran novenas. Según la tradición, en las veladas no se debe dormir pues, si eso ocurre, quienes lo hagan serán objeto de calamidades y hasta pueden morir.
El 25 se celebran tres misas en la mañana, la tarde y la noche. Se sube a pie al calvario, donde se encuentra una Apacheta (montón de piedras en forma cónica). Allí, los devotos dan tres vueltas de rodillas y luego limpian su cuerpo con algodones que dejan entre las piedras, eso con la finalidad de cambiar de suerte, de dejar las cosas malas y augurar un mejor mañana. Este día, realizan una serie de ofrendas rituales acompañadas de grandes ch’allas y libaciones. Es común ver que se sacrifiquen corderos blancos y se riegue su sangre en las paredes de la iglesia antigua, razón por la cual conserva un color negruzco, entre otras ofrendas de mesas rituales o quwas.
En este lugar se puede apreciar el gran respeto y hasta el temor que le tienen los devotos al Tata Bombori: tratan en lo posible de no cometer actos que motiven la molestia y la ira del santo, tanto así que al salir de la capilla antigua lo hacen dando pasos hacia atrás, para no darle la espalda. Dicen que muchas personas llegaron a perder la vida por haber provocado su ira. •
* Todos los firmantes son miembros de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP)
El Tata Santiago de Chaquí
Ubicado a tan solo 35 kilómetros de la ciudad de Potosí, el pueblo de Chaqui es la capital de Segunda Sección de la provincia Cornelio Saavedra del departamento.
Según relatos de los comunarios, este santo habría llegado al lugar en la época colonial ingresando a la plaza montado en su caballo con la espada en alto y allí luchó contra el diablo de manera feroz, hasta que su caballo levantó las patas y lo pisó fuertemente.
A partir de esta leyenda, los pobladores tienen una gran devoción a este santo. A diferencia del Tata Bombori, el Tata Santiago de Chaquí se encuentra representado con la figura clásica del santo a caballo, pisando a los infieles y con una espada en alto.
Según la devota Patricia Pimentel, la celebración del Tata Santiago se desarrolla de la siguiente manera:
22- 23 de julio: Se realiza la feria agrícola ganadera, donde se pone a la venta o se procede al trueque o intercambio de productos agrícolas y frutícolas, que son requeridos y apetecidos por una gran cantidad de visitantes. También se desarrolla la feria de ganado vacuno, caprino, bobino etc.
Se degustan los platos típicos, licores lugareños y una serie de alimentos como el pan y el dulce de empanizado, las phasanqallas, algunos frutos como las manzanas, naranjas, maní, yacunis, achiras y ajipas, sin que falten el tostado de maíz y pallki, las pasas de higos y uvas, la qhacha de pera y membrillo.
El 24 de julio, la celebración empieza por la tarde con el paseo de estandartes desde la morada del alférez real hasta la iglesia, donde toda la solemne comitiva asiste al rezo de vísperas.
Acabada la ceremonia religiosa, los vecinos acompañan a su casa al alférez, quien invita una comida en señal de agradecimiento; a la vez, recibe con sumo cuidado el dispositivo del estandarte que deberá ser llevado al día siguiente al templo y paseado en la procesión.
Este día, la imagen del Tata Santiago es paseada por toda la ciudad en total algarabía, con danzarines y grupos de música autóctona, además de los infaltables jinetes sobre briosos corceles ricamente adornados.
Por la noche se realizan la velada y las tradicionales ch’allas al Tata Santiago, que con mucha fe y devoción es visitado por propios y extraños, y la gran peña folclórica con la participación de grupos locales e invitados especiales en el frontis de la Alcaldía.
El 25 de julio, se celebra una misa al mediodía para luego dar inicio a la fastuosa procesión, en la que el Tata Santiago es paseado por las arterias principales a la cabeza de las autoridades municipales y originarias, además de los pasantes y cientos de devotos.
Este día se puede apreciar cómo las personas dejan bultos de ropa por donde va la procesión (según la costumbre local, cuando la imagen de Santiago pasa por encima de las prendas de vestir, la persona es liberada de las enfermedades que le aquejan y es bendecida por la gracia del santo patrono).
Al concluir la procesión, se desarrollan las temerarias corridas de caballos. Según la tradición, si los jinetes no demuestran tener verdadera fe en el Tata Santiago, llegan a sufrir accidentes y hasta pueden morir al caer de sus caballos.
Más tarde, al son de grupos musicales, las acostumbradas ch’allas y libaciones, los participantes de la fiesta regalan a los pasantes los tradicionales pillos de frutas y pillos de papel de regalo, con cintos blancos escritos con los nombres de los invitados.
SANTIAGO, EL GUERRERO
La leyenda que afianza la fe de los ibéricos en la figura de Santiago data del año 844 de la era cristiana, cuando gran parte de la Hispania antigua estaba ocupada por los moros y musulmanes. Y es en la famosa y legendaria batalla de Clavijo que se dice que, estando los españoles superados por los musulmanes, apareció Santiago blandiendo una espada y a trote de caballo blanco redujo cortando, descabezando y aplastando con su bestia a las huestes musulmanas.
A partir de ahí sería venerado como guerrero a favor de la fe católica y la reconquista española.
Probablemente la indumentaria de peregrino con capa fue sustituida por la indumentaria militar, montado a caballo blanco, aplastando moros y blandiendo una espada en actitud guerrera. Por ello se convierte por antonomasia en santo patrón de España, defensor de la cristiandad y el catolicismo.
Ya en el siglo XV, cuando los ibéricos europeos llegan al Nuevo Mundo, las huestes militares traen a Santiago. Así como lo hicieran sus antecesores, siglos antes, contra los musulmanes y otros enemigos de España, trataron de hacer lo mismo en las batallas que libraron en estas tierras, luchando contra las naciones del Norte, Centro y Sudamérica.
La batalla más antigua que se tenga registro es la que describen en sus crónicas fray Bernardino de Sahagún y otros cronistas. Cuentan cómo Santiago, montado a caballo y blandiendo espada o sable, apareció entre los soldados españoles dando muerte a los contrarios, veloz y fuerte como un trueno. Se lo describe gigante, descabezando y aplastando a los guerreros aztecas, a los miles que combatían contra un puñado de bravos españoles.
Esta estrategia y propaganda de que un reducido puñado de españoles combate y vence a miles de indios guerreros se repetirá a lo largo de la invasión y conquista de los imperios y naciones indígenas de América. Un relato parecido es el que cuenta que Santiago, con un rayo que cayó sobre la fortaleza de Sacsayhuamán, ayudó a los españoles a vencer a los indios en Cusco (ver ECOS del 3 de junio de 2018).
LOS HIJOS DEL RAYO
La leyenda que afianza la fe de los ibéricos En el altiplano es posible encontrar una serie de especialistas rituales como yatiris, jampiris, amawtas, kholliris, laikas, thaliris, aysiris, etc. Estos se especializan en la adivinación, la medicina herbolaria, la cura de enfermedades, y también se dice que pueden provocar enfermedades y hasta la muerte (en el caso de los aysiris).
Según Pablo Cruz, aquellas personas que son heridas por el rayo “Illapujatha” obtienen poderes mágicos para la adivinación o la cura de enfermedades. Si analizamos al rayo o Illapa, se constituye en una divinidad que nace en el mundo espiritual de arriba (Janaj pacha) pasa por el mundo terrenal (kay pacha) e ingresa al mundo espiritual subterráneo (Ukhu pacha). En tal sentido, quienes fueron alcanzados por el rayo, “los hijos del rayo”, son capaces de moverse a voluntad en estos tres espacios espirituales andinos.
En la actualidad, muchos de estos especialistas rituales recurren a la imagen de Tata Santiago, que encarna al dios andino del rayo Illapa, para hacer su trabajo. En este caso, el Tata Santiago se constituye en una deidad con un gran poder tanto benéfico como maléfico.