Cardiopatía isquémica
La definición de cardiopatía isquémica (CI) incluye las alteraciones que tienen lugar en el miocardio debido a un desequilibrio entre el aporte de oxígeno y la demanda del mismo. Puede manifestarse de diversas formas. La isquemia debe entenderse en términos relativos como un desequilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno al músculo cardíaco.
Es conveniente recordar que el lecho vascular coronario tiene la capacidad de reducir su resistencia periférica a un 20% de su nivel basal, aumentando de esta forma el riego coronario unas cinco veces (es la llamada reserva coronaria). Este es el motivo de que se necesiten obstrucciones muy importantes para que tenga lugar isquemia miocárdica en reposo, del orden del 80-85% del calibre de la luz.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de mortalidad en todo el mundo. Comprenden el accidente cerebrovascular, la cardiopatía isquémica y la arteriopatía periférica. En la mayoría de los países desarrollados se produjo un descenso de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en los últimos20-30 años.
La estrategia poblacional, basada en la educación sobre medidas higienicodietéticas generales, es la que permite una mayor reducción de la mortalidad, ya que la mayor parte de las muertes ocurren en individuos con un perfil de bajo riesgo.
El principal marcador de riesgo para las enfermedades cardiovasculares es la edad. Otro marcador importante es el sexo masculino. Sobre estos dos factores no es posible ningún tipo de acción.
El ejercicio físico evita la elevación de la colesterolemia y mantiene altos los niveles de HDL. El tabaquismo es un potente factor de riesgo de aterosclerosis, constituyendo el más importante de los factores de riesgo modificables por su prevalencia y porque cuando se reduce o elimina, disminuye claramente el riesgo de desarrollo de aterosclerosis.
Existe un riesgo de CI tres o cuatro veces mayor en un varón que fuma un paquete al día con respecto al que no fuma, existiendo una clara relación dosis-respuesta. Esta relación es menor para las mujeres.
Los pacientes que dejan de fumar muestran una rápida disminución del riesgo de CI, pudiendo alcanzar el mismo riesgo que los no fumadores en unos años, tras el abandono del tabaco. La HTA es un importante factor de riesgo. El riesgo de CI aumenta en los diabéticos insulino y no insulinodependientes.
Otros factores de riesgo coronario más dudosos o menos importantes son la elevación de la lipoproteína, la hipertrigliceridemia, el sedentarismo, la obesidad, el estrés psíquico, la historia familiar, los antecedentes de accidentes cerebrovasculares, la hipercoagulabilidad (hiperfibrinogenemia, hiperhomocisteinemia, etc.).
Los estrógenos en las mujeres ejercen un papel protector. Sin embargo, hasta el momento no se demostró que el tratamiento con terapia hormonal sustitutiva en la menopausia disminuya el riesgo de cardiopatía isquémica.
El consumo de alcohol tiene un efecto en “J”. Consumos reducidos parecen ser protectores, mientras que consumos elevados son perjudiciales (parecen elevar el riesgo de CI y el de miocardiopatía alcohólica).
Fuente: http://www.ebah.com.br