El coloso Malmisa
El Malmisa, con sus 4.887 metros sobre el nivel del mar, es la segunda montaña más alta de Potosí. Está ubicada en la cordillera de los Frailes, una de las más hermosas e impresionantes del país.
El Malmisa, con sus 4.887 metros sobre el nivel del mar, es la segunda montaña más alta de Potosí. Está ubicada en la cordillera de los Frailes, una de las más hermosas e impresionantes del país. El paisaje andino que se observa desde la cumbre es extraordinario y el aire que se respira, pareciera el más puro de todos. Es un lugar digno de visitar y de “conquistar”.
ECOS no lo tiene previsto, pero igual se atreve a una inolvidable aventura: el ascenso a la cima del coloso Malmisa, gracias a la gentil invitación de la vicepresidenta del Concejo Municipal de Potosí, Elizabeth Ugarte, una tinquipaneña de pura cepa, siempre dispuesta a mostrar los atractivos de su tierra.
El cerro
El cerro Malmisa se encuentra al noreste del departamento de Potosí, provincia Tomas Frías, en el municipio de Tinguipaya.
Al este, limita con el municipio de Tacobamba; al oeste, con el municipio de Belén de Urmiri; al norte, con el municipio de Colquechaca, y al sur, con el municipio de Yocalla. Al este, también colinda con el Cerro Yana Khakha, y al suroeste, con el Cerro Chiacoya.
De acuerdo con los datos proporcionados por el jefe de Distrito del Instituto Geográfico Potosí, el mayor DIM. Weimar Cuestas Salguero, el Malmisa tiene una elevación aproximada de 4.887 metros sobre el nivel del mar.
Según Cuestas, el titán de roca en cuestión está situado a una distancia aproximada de 55.26 kilómetros de la ciudad de Potosí y a 53.01 kilómetros de la ciudad de Sucre.
Pese a que ese dato es oficial, la altura del cerro, según otras fuentes consultadas por ECOS, es mayor. El mapa orográfico de Potosí, por ejemplo, la fija en 5.453 metros.
El sitio getaMap.net, por otro lado, dice que el Malmisa tiene 4.429 metros de altura, y el portal de internet Matcarta afirma que el cerro tiene una altitud de 4.900 metros.
¿Qué dice la gente del lugar? El sereno de la Estación Malmisa, Martín Ticona, asegura que la altura es de 5.220 metros, y la responsable del área de Turismo y Cultura del Gobierno Municipal de Tinguipaya, Magali Mendoza, que alcanza a los 4.975.
Como sea, el Malmisa sólo es superado en tamaño por el coloso Lípez, con sus 5.929 metros de altura, asentado en la cordillera que lleva el mismo nombre. Es la montaña más alta del departamento de Potosí.
Leyendas
Sin duda, el tamaño y la extensión de la cumbre, con un pico nevado la mayor parte del año, impresionan. Tanto que, desde tiempos remotos, provocaron que se tejieran algunas leyendas a su alrededor.
De acuerdo con la leyenda “El Malmisa y el Potosí”, del libro “Chiwanwayus y Achankaras, Flores de Leyendas Qeswas”, del escritor Vicente Terán Erquicia, el Malmisa era compañero de la bella Sumac Orcko.
Un día, ambos, al enterarse de que el espíritu del mal iba para apoderarse de la plata que llevaba Sumac Orcko, huyeron despavoridos para ponerse a salvo. Corrieron en medio de polvorientas trombas y remolinos, que agitaron la atmósfera y produjeron un gran ruido y espanto entre todas las montañas de la región.
Sin embargo, como Sumac Orcko no pudo más y desfalleció de cansancio, se quedó resignada a morir en el camino.
Finalmente, Malmisa, cansado de suplicar que siguieran su ruta, se alejó en busca de ayuda.
Malmisa pasó por el Pilcomayo y por Tinguipaya, pero como también estaba casi desfallecido se quedó muy cerca del último pueblo, para vigilar a su compañera, que desde entonces está situada cerca del Kari Kari…
Hay otra historia que se encuentra en la memoria del “Encuentro Taller Ecuménico Latinoamericano de Teología India”, denominado “En busca de la tierra sin mal: mitos de origen y sueños de futuro de los pueblos indios”, realizado entre el 6 y 10 de mayo de 2002 en Ikua Sati, Asunción, Paraguay.
En el capítulo seis (Relatos Andinos), hay un aporte de una delegación potosina. Ellos cuentan que el cerro de Potosí (mujer) y el Malmisa (varón) eran dos hermanos. Ambos, dicen, caminando, llegaron un día hasta las inmediaciones de lo que hoy es la Villa Imperial de Potosí.
“…Entonces, Potosí quiso orinar, se sentó y, luego, ahí se quedó. En cambio, su hermano se fue a Malmisa, tomando ese nombre para él. Demasiado suben al cerro de Potosí y le hurgan. Ella es lisa, coqueta, arrecha y bandida, porque todos los mineros entran y salen buscando vetas. En cambio, el Malmisa es varón, es largo, delgado y no se deja hurgar. En la punta nomás tiene mineral. Más abajo no hay…”, relataron los miembros de la delegación.
Otra leyenda sostiene que cuando los conquistadores llegaron a la imponente montaña, acompañados de un cura, los nativos del lugar los acogieron bien. Sin embargo, señala que, en un descuido, el religioso violó a una de las adolescentes.
Cuando los padres de la joven se enteraron del hecho, fueron a buscar al hombre. Lo encontraron en la celebración de una misa, en un lugar improvisado para ese fin, a campo abierto. Ahí mismo vengaron el ultraje de la exdoncella, quitándole la vida.
Desde entonces, los nativos plantaron ahí mismo la cruz del cura y llamaron al lugar “mal misa”, para que el ultraje se recuerde por generaciones. Con el tiempo, la montaña se llamó Malmisa.
La aventura
La hazaña comienza a las 8:00 en la ciudad de Potosí. Partimos en una camioneta y pasamos por la Cueva del Diablo y el municipio de Yocalla.
Luego ingresamos a las comunidades Vilcuyata, Kaikapampa, Sayasta, lugares donde los vientos pasan soplando fuerte. La concejala Ugarte nos invita coca para acullicar. Así se evita el “sorojchi” (mal de altura).
Seguimos por Piquira, Kawisa, Sienegoma, comunidades donde hay inmensas planicies pobladas de humedales y cientos de llamas, que pastan apaciblemente.
El clima cambia abruptamente. Se nubla. El cielo está encapotado y cae una leve llovizna. Mientras seguimos por el serpenteante camino, en uno de los giros, nos encontramos con picachos abruptos. Por allí divisamos a una tímida y solitaria vizcacha, que claramente muestra que se adaptó a la altura.
Pasamos por Kari Mayu, donde silva la paja de las breñas. Seguimos por Torkori hasta llegar al Malmisa, que nos da la bienvenida con la caída de suaves copos de nieve.
El pico macizo, en pocos minutos, se cubre con un suave manto blanco. Todos estamos encantados con la nevada y el hermoso paisaje de puna, a pesar del vértigo.
El piso es resbaloso. Está lleno de piedra caliza oscura. El coloso está rodeado de montañas de diferentes dimensiones y colores.
Algunas veces, cae tanta nieve que puede alcanzar alturas peligrosas. En agosto de 2013, por ejemplo, murieron sepultados dos comunarios de la tercera edad.
Al parecer, en ese sector alguna vez la nieve llegó a una altura de 50 centímetros, ocasionando incluso la perdida de cultivos y ganado.
El Malmisa puede ser visitado durante todo el año, pero debido a las bajas temperaturas y nevadas intempestivas que reinan por allí es preferible hacer la visita entre septiembre y mayo.
Hay que llevar una buena chamarra, calzados cómodos, gafas de sol y protector solar.
Estación Malmisa
Ticona, el sereno de la Estación Malmisa, de 43 años, nos recibe sorprendido. Trabaja allí cuidando las torres de las antenas que hay desde hace diez años. Vive solo. Se levanta entre las 8:30 y 9:00. Su familia vive en Sucre, a la que visita cada 15 días.
Compra sus alimentos en Potosí, los transporta en un vehículo hasta cierto lugar. Después, debe ascender el cerro, cargándolos a pie. Dice que a veces se indispone, pero controla sus males con mates, especialmente de coca.
“Tengo miedo del tiempo. A veces, nieva más de un metro de alto y me tengo que quedar en cama por el frío”, le cuenta a ECOS.
En el pico del Malmisa hay instaladas seis antenas de telecomunicaciones: dos de ENTEL, una de VIVA, otra de TIGO y dos de COTES. Las últimas están fuera de servicio, según Ticona.
Cuando el día está despejado, se pueden ver desde la cima las ciudades de Sucre y Potosí. Es un lindo espectáculo.
La Cooperativa
Pasamos a visitar las ruinas de los campamentos de Puca Kocha y Yampara. El exminero Armando Salazar Mamani, de 62 años de edad, oriundo del municipio de Tinguipaya, cuenta que el yacimiento minero Malmisa perteneció a los hermanos Andrés y Antonio Kukoch y Antonio Vidovi?.
Posteriormente, pasó a su descendiente, el diputado y senador por el MNR, Yerko Kukoc, quien también fue exprefecto de Potosí y exministro de Gobierno. Falleció el 26 de junio de 2011 en Estados Unidos.
Antes, la explotación de los minerales y su transporte se realizaban de manera precaria, pero todo mejoró después con la construcción de unos caminos, cuenta Salazar.
Dice que las cosas cambiaron cuando llegaron los mineros relocalizados de Oruro de la Cooperativa K’ara Zapatos para asentarse.
Se fundó la Cooperativa Santa María Limitada de Malmisa, con tres campamentos mineros, a los que llamaron Yampara (porque se ubicaba en una hoyada), Puca Kocha (por estar en una laguna grande de color verde) e Ichu rupasqa (porque allí quemaron la paja que había para la fiesta de San Juan).
Los tres campamentos nacieron con un solo directorio y con más de 500 socios. La gente provenía de Llallagua, Uncía, Tinguipaya y Catavi. Extraían estaño de baja y alta ley. Últimamente, están explotando zinc.
Salazar recuerda que llegaron a tener tres escuelas. Los mineros les pagaban a los profesores por la enseñanza a los niños. Además, tenían cancha de fútbol, posta sanitaria, pulpería bien abarrotada, viviendas prefabricadas de madera y cancha de pelota de mano o k’ajcha. Empero, con la caída del estaño, todo quedó abandonado.
Ahora, solo quedan algunas ruinas de todos los lugares en cuestión, que Salazar evoca con mucha nostalgia, porque allí vivió los mejores tiempos de su vida.
Según los datos proporcionados por Martín, el chofer, entre Potosí y Tinguipaya hay 78 kilómetros. Entre Potosí, Malmisa y Puca Kocha, 165 kilómetros. Entre Puca Kocha y Yampara, diez kilómetros. Entre Potosí y la punta del Malmisa, 167 kilómetros.
El viaje de ida vuelta entre Potosí lleva ocho horas, ida y vuelta, pero vale la pena. •
Cuando el día está despejado, se puede ver desde la cima las ciudades de Sucre y Potosí. Es un lindo espectáculo.