Murales ignorados
Hay dos lugares en Sucre que atesoran obras invaluables de los consagrados artistas plásticos Walter Solón Romero y el Grupo Anteo, compuesto por sus discípulos, quienes, según el investigador de la literatura boliviana
Hay dos lugares en Sucre que atesoran obras invaluables de los consagrados artistas plásticos Walter Solón Romero y el Grupo Anteo, compuesto por sus discípulos, quienes, según el investigador de la literatura boliviana, Luis Ríos Quiroga, pintaron los primeros murales en Bolivia, convirtiendo a Sucre en la cuna del muralismo boliviano.
La ciudad de los cuatro nombres (Charcas, La Plata, Chuquisaca y Sucre) tiene una variada oferta de sitios turísticos para los visitantes.
Además de la Plaza 25 de Mayo, el parque Bolívar y el casco histórico, hay una treintena de recintos culturales, que también son visitados permanentemente.
Sin embargo, pocos conocen o le dan el valor que merecen a los murales (pintura, escultura o decoración que se hace o coloca sobre la superficie de un muro), pintados entre las décadas del 50’ y 60’, ubicados en las oficinas de Rectorado de la Universidad San Francisco Xavier y en el Colegio Nacional Junín.
“Es una cosa que tiene que conocer la gente. En una ciudad turística, es inaudito que no se conozcan estos murales, trabajados por personalidades de renombre, representantes del muralismo en Bolivia. Esto no es posible”, protesta, airado, el investigador de la cultura sucrense y boliviana, el profesor Luis Ríos Quiroga.
Por eso mismo, se realizó una investigación al respecto. El intelectual relata que Walter Solón Romero, al regresar de Chile, fijó residencia en Sucre y se incorporó al grupo cultural Anteo.
“La sección plástica estaba dirigida por el maestro Walter Solón, quien pintó los primeros murales en Bolivia, convirtiendo a Sucre en la cuna del muralismo boliviano”, remarca.
Asimismo, recuerda que Hugo Poppe, personalidad importante de la cultura boliviana, dijo que la sección plástica del Grupo Anteo descubrió su estilo: su concepción de la luz y del color y su valoración de la geometría, en el tratamiento de la composición.
De igual modo, Quiroga evoca que Goyo Meyer, discípulo de Walter Solón, decía al respecto: “La pintura mural es minuciosa y morosa”.
Por esta razón, para ganar tiempo, los jóvenes pintores del muralismo convirtieron en dormitorio el actual salón de Honor en la Universidad San Francisco Xavier, pues trabajaban allí día y noche.
Meyer también dijo que la Universidad escogió como tema lo que sigue: “Jaime Zudáñez y la Revolución Libertadora de Mayo”, abarcando una superficie de 36 metros cuadrados, que incluye estos aspectos: “Los Charcas”, “La conquista”, “La colonia”, “Fundadores de la Universidad, Frías Herrán, Francolí y Villarroel”, “Los doctores alto peruanos” y “Los libertadores de América”.
Meyer también tenía el criterio de que esos aspectos de la historia de Bolivia les obligaron a cada uno de ellos a ejecutar un trabajo fragmentario, pero siempre dirigidos por Solón.
“Desarrollamos el trabajo sobre cartón, que permite corregir errores que la pintura mural no permite. Unidas las confecciones del cartón, sirvieron de molde para el mural propiamente”, detalló Meyer.
Del mismo modo, Meyer señaló que el muro debía estar húmedo, pues empleaban la técnica del “fresco”, procediendo luego al blindado con ladrillo. Para eso, preparaban la masa de pintura con una mezcla de arena, cal y polvo de mármol. Así, a los 29 días estaba terminado el “fresco” del mural.
El profesor Quiroga señala que es imposible dejar de resaltar que los artistas que trabajaron en la pintura desempeñaron el papel de albañiles, artesanos, además de historiadores e investigadores de los trajes y fotografías de la época que representaron.
Walter Solón, con el mismo grupo de artistas de la pintura mural, trabajaron los murales “al fresco” en el salón de actos del colegio Nacional de Junín.
“Mensaje de Patria Libre” es el hermoso mural de Walter Solón Romero que se ubica en la parte central del salón de actos, en cuyo ingreso se encuentran los pequeños murales: “Los Charcas y la Conquista”, de Jorge Imaná Garrón, “Marcha al futuro”, de Gil Imaná Garrón, y “Juana Azurduy y las Guerrillas”, de Lorgio Vaca.
“El conocimiento profundo de la pintura mural de Walter Solón y sus discípulos, permite que hasta nuestros días permanezcan indemnes sus colores y obras de alto valor artístico”, concluye el letrado.•
Otros murales
• Sucre tiene un buen potencial en cuanto a pinturas murales coloniales, republicanas y modernas. Los expertos las califican como obras de arte de gran magnitud.
• Existen pinturas coloniales en el convento Santa Clara, la iglesia Santa Teresa, Santo Domingo y La Recoleta.
• También hay pinturas murales republicanas en La Florida, donde no hay evidencias del autor.
• En el castillo de La Glorieta también hay pinturas murales de la época republicana, pero en menor extensión.
• Asimismo, hay murales modernos en la Universidad Pedagógica Mariscal Sucre, que nadie les da importancia.
• Otros murales están en el segundo piso del edificio de la Gobernación de Chuquisaca.
• En Sucre hubo más expresión mural que se destruyó a consecuencia del terremoto ocurrido en 1948.
FUENTE: ECOS