¿Actividades extracurriculares?, ¡adelante!

El problema muchas veces no pasa por la falta de voluntad, sino por la escasez de tiempo, si no de los padres, de los mismos involucrados, que se ven obligados a cumplir con excesivas tareas en algunos colegios.

¿Actividades extracurriculares?, ¡adelante!

¿Actividades extracurriculares?, ¡adelante!

¿Actividades extracurriculares?, ¡adelante!

¿Actividades extracurriculares?, ¡adelante!


    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 04/02/2019 19:13

    El problema muchas veces no pasa por la falta de voluntad, sino por la escasez de tiempo, si no de los padres, de los mismos involucrados, que se ven obligados a cumplir con excesivas tareas en algunos colegios.

    La importancia de las actividades extracurriculares es tal que ha sido asumida por diferentes instituciones de reconocida trayectoria mundial como requisito fundamental de ingreso a ellas.

    Por ejemplo, la Universidad de Harvard, considerada como la mejor del mundo, al punto de contar con 45 premios nobeles entre su profesorado, establece como un requisito que el estudiante haya tenido un excelente desempeño en actividades extracurriculares.

    Esta afamada universidad programa oportunidades ilimitadas para que sus alumnos disfruten de una experiencia extracurricular. Por ejemplo, cuenta con 41 equipos que participan en diferentes disciplinas deportivas, al margen de 400 organizaciones estudiantiles y de profesores que dedican muchas horas a desarrollar hábitos fuera de las aulas.

    Una evidencia de ello es la Sociedad de Anime de Harvard cuyos estudiantes llevan a cabo actividades relacionadas con la animación, como exposición de comics y otras.

    Diferencia cualitativa

    En este tema, el psicólogo clínico Jaime Gonzáles, que tiene varios años de trabajo en colegios y universidades de Sucre, llegó a la conclusión de que existe una diferencia cualitativa entre aquellos niños y jóvenes que participan en actividades extracurriculares y los que no lo hacen.

    Los primeros carecen de miedo frente al mundo, su autoestima es saludable, tienen un gran deseo por seguir aprendiendo y su rendimiento académico es superior respecto a sus pares que no pueden participar de alguna actividad de este tipo, según la experiencia profesional de Gonzáles.

    Base científica

    Para la ciencia de la psicología las actividades “después de clase” también proporcionan beneficios a nivel mental.

    De acuerdo con la Universidad Autónoma de Barcelona, “la práctica de deporte o la realización de actividades fuera de las académicas reduce los conflictos entre iguales, disminuye la hiperactividad, la sintomatología depresiva o ansiosa y repercute positivamente en el rendimiento escolar”.

    El Aula de Papel Oxford (un blog dirigido a la comunidad docente donde se comparten recursos pedagógicos, recomendaciones de material y entrevistas a profesionales de la educación entre otros), también señala que las actividades extraescolares aportan de manera significativa a que los hijos mejoren su nivel educativo.

    Fomentan las relaciones interpersonales e incrementan la motivación.

    En otros casos, estas actividades fueron utilizadas por los progenitores para mejorar el rendimiento escolar, pues al contrario de lo que se cree comúnmente, ayudan a controlar y gestionar el tiempo de ocio de los menores.

    Gonzáles dice que en muchas asociaciones de psicólogos, a nivel mundial, consideran que cualquier actividad bien orientada, fuera del horario de clases, mejora la autoestima y promueve mejores métodos de convivencia en las nuevas generaciones.

    Elección por gusto

    En criterio del experto consultado por ECOS, cada niño debería realizar una actividad que le guste para desarrollar algunos aspectos que los psicólogos creen importantes.

    Esos aspectos son: hábitos positivos, autoestima, pasión y dedicación, tolerancia a la frustración, y acceso a experiencias de éxito.

    “No podemos olvidar que si se fuerza al niño a hacer alguna actividad, la misma puede resultar contraproducente y perjudicar su realización personal”, alerta.

    Una actividad extraescolar puede consistir, por ejemplo, en ser parte de un equipo de fútbol o de los scouts, jugar al tenis, practicar baloncesto, tomar clases de música, pasar talleres de dibujo o clases de baile, teatro, jarate, informática, robótica, inglés, etc.

    ¿Complicado?, ¡no es imposible!

    Se podría enumerar una serie de razones de peso para involucrar a los hijos en una actividad extraescolar.

    aNo obstante, el problema muchas veces no pasa por la falta de voluntad, sino por la escasez de tiempo, si no de los padres, de los mismos involucrados, que se ven obligados a cumplir con excesivas tareas en algunos colegios.

    “Lo cierto es que no es fácil, pues demanda a los padres un nivel de organización que sorprendería al mejor estratega. Pero los beneficios que proporciona a los hijos valen la pena”, subraya Gonzáles.

    Si bien las actividades extraescolares generan un gasto económico y de tiempo, producen satisfacción por la integración de los miembros del núcleo familiar.

    “La mayoría de nosotros conoce o participó de alguna de ellas, somos los psicólogos o pedagogos quienes debemos dar a conocer sus grandes beneficios para los niños, padres e incluso profesores”, sostiene.

    Dependiendo de la edad (preescolar, escolar y colegial) o la necesidad (física, intelectual y artística), estas actividades son un apoyo y un complemento en la vida y educación de los niños y adolescentes.

    Beneficios de las actividades “después de clase”

    • El horario de los padres permite a los niños involucrarse en una actividad “productiva” mientras ellos cumplen su jornada laboral.

    • Aprender otras habilidades, como por ejemplo el teatro o el judo, ayuda a fomentar la formación del estudiante.

    • Después de clases realizar ejercicios trae beneficios en el rendimiento del niño o niña y en su desarrollo físico.

    • Si la actividad es de naturaleza artística o formativa será más beneficiosa para sus aptitudes y actitudes intelectuales.

    • Nada mejor que un espacio donde “gastar” la energía, jugar y disfrutar con los compañeros después de un día de clases.

    • Una actividad extraescolar es menos estructurada. Perfecta para usar dinámicas en aras de la socialización de los niños.

    • Ayuda a desarrollar habilidades sociales, además de una buena autoestima personal y social.

    • En las escuelas y colegios el trabajo es más individual, mientras que en las actividades extraescolares suele ser en equipo.

    FUENTE: Psicólogo Jaime Gonzáles

    Psicólogo Jaime Gonzáles

    - Tiene una maestría en Psicología Clínica, mención en psicoterapia integrativa, con Roberto Opazo, Premio Mundial de Psicología.

    - Posee una especialidad en Psicología Forense, que le ayuda a intervenir en casos judiciales en las ramas penal y familiar.

    - Es docente de la Universidad del Valle (UNIVALLE) y psicoterapeuta de la Fundación “Equilibri”.

    - Los interesados pueden contactarlo al teléfono (4) 64-41612 o acudir al Centro Médico Alba Lucía (calle La Paz # 986), en Sucre.

    Una actividad extraescolar puede consistir, por ejemplo, en ser parte de un equipo de fútbol o de los scouts, jugar al tenis, practicar baloncesto, tomar clases de música, pasar talleres de dibujo o clases de baile, teatro, karate, informática, robótica, inglés, etc.

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