La primera Casa de Moneda de Potosí
Potosí está de plácemes. Una acción conjunta entre autoridades y la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP) permitió destrabar la transferencia de la primera Casa de Moneda a la Fundación Cultural del Banco
Potosí está de plácemes. Una acción conjunta entre autoridades y la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP) permitió destrabar la transferencia de la primera Casa de Moneda a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB) a título gratuito.
El 60 por ciento del inmueble está en manos del Órgano Judicial, que ya anunció su decisión de no objetar la transferencia, mientras que el 40 por ciento restante es ocupado por la Alcaldía de Potosí cuyo titular, Williams Cervantes, dijo que está dispuesto a ceder esa parte mediante una ley que debe ser aprobada por el Concejo Municipal.
Una vez que la FC-BCB tenga todo el edificio en su poder deberá restaurarlo para devolverle su apariencia original y convertirlo en otro repositorio cultural, bajo un concepto predominantemente museístico.
La sucesión de noticias sobre la transferencia sorprendió a muchas personas porque pocos sabían que Potosí no solo tuvo una, sino dos Casas de Moneda. La segunda comenzó a funcionar en 1773 y en 1940 fue convertida en el museo que es orgullo de Bolivia.
En este artículo resumimos parte de la historia del primer edificio, haciendo hincapié en los documentos encontrados sobre la transferencia que la Prefectura de Potosí ejecutó en 1915 a favor de la entonces conocida como Corte Superior de Justicia. Este resumen forma parte de la fundamentación histórica que la SIHP elaboró para el proyecto de ley plurinacional que dispone la transferencia gratuita del inmueble (**).
Obra de Toledo
La Villa Imperial se convirtió para 1570 en la ciudad más poblada de América: había crecido a un ritmo vertiginoso. Europeos y originarios construían sus moradas sin respetar criterios de urbanismo; mineros y metalurgistas competían por el registro de parajes y por la fundición de metales en huayrachinas. Toda la producción de plata ya fundida debía pagar tributo en la institución más importante del aparato colonial español, las Cajas Reales; luego, las barras recibían un sello que las legitimaba para circular libremente alrededor del mundo.
Para la fabricación de monedas que faciliten el comercio, el rey Felipe II autorizó la creación de una Casa de Moneda en Lima, la que funcionó desde 1568 hasta 1570 con muchas dificultades técnicas como el suministro de materia prima ya que la plata que acuñaba esta ceca era explotada en Potosí y debía viajar alrededor de 2.000 kilómetros para llegar a su destino. Esto determinó que el virrey, con una visión industrial de optimizar la explotación de plata y la fabricación de moneda, decidiera clausurar la ceca limeña.
Potosí era el centro de producción y resultó ser también el lugar ideal para la construcción definitiva de una Casa de Moneda. Por disposición del virrey Francisco de Toledo, y en presencia suya, el 8 de diciembre de 1572 se colocaban los cimientos del primer establecimiento, al lado de las Cajas Reales. Esta primera Casa de Moneda fue construida por el arquitecto napolitano Jerónimo de Leto en la acera sureste de la plaza principal de la Villa Imperial. La obra duró tres años y su costo fue de 8.321 pesos, 1 tomín y 13 granos de plata, según detalla una provisión dada en Arequipa el 27 de septiembre de 1575.
Instalada la primera Casa de Moneda de Potosí, con las maquinarias y oficiales que habían subido de Lima, comenzó a funcionar de inmediato y desde La Plata, el 20 de diciembre de 1573, [el virrey] “pudo enviar al monarca la muestra de la primera moneda que se ha labrado”. A partir del año siguiente empezó la fabricación de monedas a nivel industrial, las cantidades acuñadas en Potosí durante 1574 fácilmente superaron todas las cantidades acuñadas en Lima durante la vigencia de su Casa de Moneda inicial.
Antecedente dominial de edificio
El edificio patrimonial de la primera Casa de Moneda de Potosí fue construido por cuenta del monarca Felipe II a partir del 8 de diciembre de 1572, durante la vigencia del imperio español, con el estatus jurídico de bienes de la corona. El 6 de agosto de 1825, cuando Bolivia alcanzó su independencia y soberanía, este edificio pasó a formar parte de los bienes públicos del Estado con el estatus jurídico de bien de dominio público.
Durante la República de Bolivia, este inmueble se incorporó a los bienes del Estado central y la institución que ejerció su titularidad fue la Prefectura y Comandancia General del Departamento de Potosí. El primer patio de este edificio se convirtió en Aduana Nacional y el segundo patio, en Banco Nacional de Rescates. En su interior se acopiaba todo el rescate de metales de oro y plata para la acuñación de moneda.
Los centros productores más importantes relacionados con este banco fueron: Porco, Colquechaca, San Vicente, Guadalupe, Oruro y, por supuesto, las minas del Cerro Rico. En el caso del oro, había producción escasa en Cotagaita, Amayapampa y Corocoro. Esta actividad de rescate de metales nobles funcionó mientras la segunda Casa de Moneda continuaba acuñando circulante y cuando cerró definitivamente, en 1906, el banco consiguientemente clausuró sus actividades.
La Aduana desocupó el edificio al necesitar una infraestructura más amplia y a partir de 1873 se destina el primer patio para el funcionamiento de la Corte Superior de Justicia. Los vocales y jueces de la Corte ocuparon el predio que ya se encontraba deteriorado por falta de mantenimiento.
Por ley expresa del 19 de enero de 1900, el Poder Legislativo autoriza al Prefecto de Potosí, titular del derecho propietario de este edificio, a realizar una permuta con el Concejo Municipal de Potosí. Dicha permuta se efectuó en virtud de la Escritura Pública N° 40 del 12 de agosto de 1915, en virtud de la cual el prefecto José Aguirre Achá, como autoridad legitimada para hacer celebrar el contrato, permuta el segundo patio de la Primera Casa de Moneda a favor del Concejo Municipal a cambio de una habitación que el mismo concejo ocupaba en el primer patio, contigua a las oficinas que ocupaba la Corte Superior de Justicia.
Otro revelador documento inédito consistente es la Escritura Pública N° 42 de 23 de agosto de 1915, celebrada también entre el Prefecto de Potosí y el señor Esteban Kersul como contratista, quienes realizan el contrato de refacción del edificio de la primera Casa de Moneda de Potosí para que funcione como Palacio de Justicia. El monto total de la obra fue estipulada en 46.950 bolivianos, los cuales fueron íntegramente pagados por el Prefecto como titular del derecho propietario.
La fuente del financiamiento fue la ley del 19 de diciembre de 1912, que establecía descuento a los salarios de los empleados públicos a favor de la realización de obras de necesidad pública autorizadas por el prefecto del departamento en coordinación con el Concejo Municipal, senadores y diputados. La motivación principal para invertir estos recursos en la refacción del Palacio de Justicia fue su estado de ruina inminente, motivo por el cual se aprobó la remodelación y refacción.
Cabe señalar que de la revisión de las escrituras públicas se concluye definitivamente que el dominio del edificio siempre estuvo a favor de la Prefectura de Potosí, hoy convertida en Gobernación. Sin embargo, en 1995, la Corte Superior Justicia de Potosí presentó una demanda de usucapión decenal para intentar adquirir la propiedad por el paso del tiempo y la pacífica posesión del inmueble. La doctrina del derecho civil es unánime al señalar que los bienes de dominio público son inembargables e imprescriptibles; por tanto, dicha acción de usucapión es improcedente y su sentencia, nula de pleno derecho.
(*) Daniel Oropeza es socio de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).
(**) El texto introductorio fue redactado por el presidente de la SIHP, Juan José Toro Montoya.
Una moneda global
En esta primera Casa de Moneda de Potosí se acuñaron enormes cantidades de monedas en las denominaciones de 8, 4, 2,1, 1/1 y 1/4 real de acuerdo al marco legal vigente durante ese periodo que fue la pragmática de Medina del Campo de 1492.
De todas las piezas, la más destacada fue el real de 8 o peso español de ocho reales que transformó la economía global y se convirtió en la divisa favorita en las plazas y mercados más importantes del mundo. De ahí la gran importancia de este monumental edificio que fue la fábrica del dólar de la antigüedad.
La tecnología de la primera Casa de Moneda de Potosí corresponde a la acuñación a golpe de martillo. Sin mucho trabajo daba buen resultado, como se puede ver en las monedas de Lima y Potosí durante el reinado de Felipe II, pero una desmesurada cola de producción ocasionó que esta fábrica prefiriera acuñar más, disminuyendo la estética de las piezas que resultaban ser semicirculares de plata con la leyenda o la impronta de acuñación ilegible o incompleta. Es por eso que estas piezas hechas a mano fueron denominadas “macuquinas”, como castellanización de la voz quechua mackay cuna.
Miles de millones de monedas de plata fueron acuñadas en esta ceca y todas llevan como marca de ceca la letra “P”, que permite distinguir su origen. La cantidad tan alta y sobre todo constante de monedas de plata potosina permitieron que esta ciudad adquiriera prestigio a lo largo de América, Europa, Asía y África, pues la macuquina potosina circulaba libre e irrestrictamente en todos los mercados internacionales. De ahí comprendemos que se acuñara la frase “vale un Potosí”, como superlativo de riqueza, y que esta siga vigente aún en el siglo XXI.
La falsificación
A mediados del siglo XVII ocurre uno de los escándalos más célebres del mundo hispano, con consecuencias para toda la economía mundial, y tiene como epicentro a la primera Casa de Moneda de Potosí.
Este episodio es la falsificación de la moneda en cantidades industriales dentro de la propia Casa de Moneda cuando un alcalde de Potosí Francisco Gómez de la Rocha, en complicidad con el virrey del Perú Marqués de Mancera, con el tesorero de la primera Casa de Moneda Bartolomé Hernández, ensayadores y funcionarios subalternos, organizaron una sistemática adulteración o fraude en la pureza de las monedas potosinas, obteniendo para ellos enormes utilidades. Castigar este crimen se convirtió en política de Estado para el rey Felipe IV.
La moneda falsa acuñada en esta ceca circulaba en mercados tan lejanos como la India, China o Medio Oriente, y por supuesto en toda Hispanoamérica y Europa. Fueron los banqueros genoveses los que dieron la alarma internacional para que las autoridades intervinieran la primera Casa de Moneda y frenaran el delito.
Las consecuencias fueron catastróficas para la economía regional, pues se tuvo que efectuar desde Potosí la primera devaluación oficial de la moneda en todo el continente americano y, como consecuencia lógica, el cambio de diseño de las monedas con una gran transición de circulante.
Recuperada de este incidente, la ceca de Potosí tuvo un renacimiento industrial y su etapa de mayor control de calidad a partir de la reforma que realiza el enviado de la Madrid, Dr. Francisco de Nestares Marín, en 1650.
Después vendrá la fabricación de las bellísimas “macuquinas de corazón”, que son al presente una obra de arte en la numismática internacional y la manifestación de la identidad regional por excelencia, pues ninguna otra ceca, en ningún lugar del mundo, ha fabricado, como lo hizo Potosí, monedas expresamente en forma de corazón.