Huanchaca-Pulacayo

Después de ser un “pueblo fantasma”, como el ave Fénix, renace Pulacayo. Esto será posible gracias a la implementación del Museo Minero Huanchaca-Pulacayo que realiza el Archivo Histórico de la Minería Nacional de la COMIBOL en la Casa Gerencia de Pulacayo. Este lugar, en su época de auge, tuvo 60.000 habitantes.

Desde la creación del Sistema de Archivos en 2004, el Archivo Histórico de la Minería Nacional de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), por decreto supremo, tiene la misión y visión de recuperar la documentación y los lugares donde se generó esa documentación, es decir, en las casas gerencias, casas patrimoniales, oficinas y otros espacios donde se quedaron bienes, muebles, maquinaria y herramientas.

Los museos deben estar emplazados en los sitios donde se generó la historia minera. De esa manera, el Archivo Histórico de la Minería Nacional de la COMIBOL tiene la intención de generar la Red de Museos Mineros, mostrando en cada uno de ellos su propia identidad para que no sean repetitivos.

“Cada lugar tuvo una razón de ser, un protagonista, una acción, un proceso importante que aportó no solo a la economía nacional sino internacional y generó personalidades en la historia que son muy importantes, además del conjunto de la población que vio de cerca todo ese desarrollo”, manifiesta el encargado del Archivo Histórico de la Minería Nacional de la COMIBOL, Regional Pulacayo, Rodrigo Plata.

El objetivo es tener museos en La Paz, Oruro, Potosí, Catavi y Pulacayo, con salas de exposición permanentes. En Potosí, el Archivo Histórico de la Minería Nacional proyecta la apertura de tres: uno en la ciudad de Potosí, otro en Catavi y uno en Pulacayo.

En 2017, el trabajo comenzó en el centro minero Pulacayo, donde está la mina Huanchaca (que en quechua significa “Puente de penas”) cuya historia se inicia a finales de la Colonia, pasa por la República y recorre todo el proceso moderno contemporáneo.

Pulacayo

Es un cantón ubicado en el municipio de Uyuni de la provincia Antonio Quijarro, en el departamento de Potosí.

Está a 22 kilómetros de Uyuni y hasta allí se llega en 20 minutos. El viaje entre Potosí-Pulacayo dura tres horas a través de un camino asfaltado en muy buen estado.

Implementación

El Museo Minero Huanchaca- Pulacayo se encuentra en pleno proceso de implementación. Solo faltan algunos detalles para su culminación, como paneles de información.

En la época republicana, en 1833, el español Mariano Ramírez se adjudicó la mina y junto con otros tres socios fundó la “Sociedad Mineralógica de Huanchaca”.

En 1856, Aniceto Arce, pariente de Ramírez, le compra sus acciones y organiza una sociedad con accionistas bolivianos. Pero tiene problemas económicos y técnicos, por lo que decide asociarse con capitalistas chilenos e ingleses.

En 1873 se funda la “Compañía Huanchaca de Bolivia” y despega con fuerza, se modernizan los socavones y los ingenios, se instala nueva maquinaria y la organización del trabajo, así como su administración, se vuelve más científica.

En 1888 se construye la línea férrea entre Uyuni y Huanchaca.

Un año más tarde empieza a funcionar la vía férrea que unía a Uyuni con Antofagasta.

En 1892, en el gobierno de Arce la línea ferrocarrilera se prolonga hasta Oruro. Posteriormente, la empresa inglesa The Bolivian Railway se hace cargo de todo el transporte ferroviario del país.

En la época republicana la Compañía Minera Huanchaca fue la segunda en importancia en cuanto a producción de plata del mundo, después del Cerro Rico de Potosí. Poseía también yacimientos de plomo y zinc.

Casa Gerencia

“También conocida como la ‘Casa Arce’, actualmente es considerada casa patrimonial. Fue residencia exclusiva de administradores nacionales y extranjeros, como Mariano Ramírez, quien fue uno de los primeros que trabajó la mina durante la República”, comenta Plata.

Posteriormente tuvieron presencia allí Aniceto Arce y Mauricio Hochschild, además de gerentes y administradores chilenos, argentinos, alemanes y franceses, hasta 1952. Todo ese proceso histórico está registrado en la Casa Gerencia.

Plata dice que no se tiene muchos datos sobre su construcción ni de quién fue el arquitecto, pero se presume que la edificación haya comenzado con Mariano Ramírez.

Esta amplia y lujosa construcción tiene estilo europeo. Sus muebles fueron importados exclusivamente para la Compañía Huanchaca de Bolivia.

Dividida en dos áreas activas y respetando la estructura original, en la planta alta se encuentra el área residencial y en la baja, la administrativa.

Ha sido recuperada y restaurada por el Archivo Histórico de la Minería Nacional de COMIBOL. Está emplazada en un espacio que parece perdido en el tiempo. Allí los ejecutivos de la Compañía efectuaban reuniones, pero en ese espacio también hubo vida social.

Tiene salones de baile, salas de reuniones, espacios de juego, biblioteca, dormitorios, bar, cocina, alacenas, caja fuerte y chimeneas hechas con mármol importado: todos con paredes finamente empapeladas, muebles de madera con lujoso acabado y espejos biselados.

Aquí se custodia celosamente toda la documentación que se generó en la Compañía Minera Huanchaca y la que sigue produciendo la Planta Industrial de Pulacayo.

“Es una casa que no está flotando en el espacio, está integrada con el conjunto histórico del pueblo de manera importante, que en su momento fue una industria masiva de un proceso económico impresionante”, agrega el Encargado del Archivo Histórico.

Otros atractivos

Entre 1879 y 1970, Pulacayo llegó a tener más de 60.000 habitantes gracias a su movimiento económico.

Allí sucedieron procesos sindicales y revolucionarios importantes como la firma, hace 72 años, de la Tesis de Pulacayo, el manifiesto político-ideológico fundamental del sindicalismo boliviano.

Cuenta con otros espacios atractivos como la hilandería, la maestranza, la fundición y el acceso a la mina que pasa por debajo de la Casa Gerencia.

Además, en el ingreso de la población siguen los antiguos trenes y locomotoras, y el vagón que fue asaltado por Butch Cassidy & Sundance Kid, los legendarios ladrones más buscados de Estados Unidos que fueron abatidos hace 110 años por una patrulla del Ejército boliviano en un largo tiroteo en la boca de la mina San Vicente.

Éxodo y retorno

El lugar pasó por dos procesos de éxodo importantes: el primero fue en 1959 y el segundo, en 1986, después del Decreto Supremo 21060.

Mucha gente se marchó y Pulacayo quedó prácticamente como un pueblo fantasma. Actualmente, tiene unos 400 pobladores y la gente empieza a volver.

“Con la presencia del Museo Minero Huanchaca- Pulacayo, se genera un movimiento de rescate cultural, histórico y patrimonial del lugar para que el pueblo recupere su identidad”, afirma, esperanzado, Plata.

“Estamos haciendo una lectura museográfica muy interesante. La población siempre vivió de la minería, pero esta vez estamos tratando de darles una nueva alternativa de vida a través del turismo”, concluye el Encargado del Archivo Histórico.