¡D’Artagnan se va a los Alpes!
La historia de la adopción de un can callejero por parte de una joven turista francesa
Esta no es una historia que surge de la crueldad, como muchas otras; al contrario, encierra bondad. Trata de un perro callejero de Sucre que encontró un hogar muy lejos. Vivió cinco años a la intemperie, deambulando, durmiendo donde podía. Pasaba desapercibido y los pocos que notaban su existencia, según comentan, eran algunos extranjeros. Este can era conocido como ‘Gringuero’, porque tenía preferencia por los turistas. Siempre seguía a los ‘gringos’ en lugares céntricos como las plazas, el Parque Bolívar y el Mercado Central.
¿Será que lo hacía porque tal vez estas personas eran las únicas que le brindaban algo de afecto, comida, una caricia? No era raro que frecuentara alojamientos y restaurantes, adonde se daba modos para ingresar…
Su hogar siempre fue la calle. Bajo algún portón, banqueta o simplemente a la luz de las estrellas improvisaba su refugio para pasar la noche, acurrucado.
Y él, invariablemente, iba en busca de turistas. Hasta que un día de esos tuvo el encuentro de su vida...
Un golpe de suerte
Este perro callejero no podría sospechar cuánto cambiaría todo para él desde el momento en que se acercó a Noémie Desbois, una joven de 27 años que había llegado hace poco a Sucre desde Annecy (Francia), un pueblo conocido como ‘la Venecia de los Alpes’.
La turista cuenta a ECOS que durante su estadía en la capital boliviana acostumbraba ir al Parque Simón Bolívar —donde hay réplicas de famosísimos monumentos de su país, como el Arco del Triunfo y la Torre Eiffel— y que fue allí donde empezó todo.
Apelando a su táctica para conseguir comida, él la siguió sin desprenderse de ella. Daba muestras de estar perdido o de buscar a alguien que lo llevara al hogar que nunca tuvo.
Ella se dio cuenta rápidamente de su situación y se hicieron “amigos”. Anduvieron juntos por más de una semana. Lo llevaba a la Alianza Francesa, a sus diferentes visitas y, cuando estuvo segura de lo que sería mejor para él, le puso una pañoleta verde al cuello. Nunca pensó en una correa.
La pañoleta “es para decir que es el perro de una persona, que no es de la calle”, explica la joven francesa.
Después vendría el nombre; le puso D’Artagnan, como el protagonista de la novela “Los tres mosqueteros” de Alejandro Dumas (1844).
“¿Por qué D’Artagnan? Porque D’Artagnan era un caballero de Francia y muy valiente. Él tiene algo de eso”, dice Noémie al trazar un paralelo con la vida del can en las calles y su forma de ser.
Inseparables
Lo increíble de esta historia es que ahora D’Artagnan conocerá otros paisajes gracias a esta inesperada amistad. Noémie ha decidido adoptarlo y juntos emprenderán un largo viaje, con varios tramos, antes de llegar a Annecy, en septiembre u octubre próximos. Por estos días están en Cochabamba, después irán a Perú, Ecuador y Colombia.
Noémie considera que si bien un perro callejero es un perro libre, este necesita más amor y atención todavía. “Pienso que tiene una vida muy difícil acá en la calle, por eso me lo llevo”, comenta a ECOS.
Sucre está sobre los 2.800 metros sobre el nivel del mar (msnm), donde las temperaturas más extremas en invierno normalmente están por encima de 1 grado centígrado.
Annecy, en cambio, se encuentra a 458 msnm y en el invierno europeo (ahora están en verano) la temperatura llega a 30 grados bajo cero.
Cuando le consultamos sobre su pueblo, cuenta que “es un lugar muy hermoso, con un gran lago, con una montaña de nieve... Yo creo que es bien para los perros, las gentes van al trabajo en bici con los perros, parece que es un buen lugar para los perros y para los humanos también”.
La joven dice que siempre sintió afecto por los animales, como su madre, quien tiene perro, gato, caballo y patos. Noémie trabaja en la compañía francesa de circo Akoreacro, que ofrece al espectador acrobacia y música.
“Es un circo contemporáneo, yo me ocupo de la mediación con los niños y adolescentes que tienen problemas, mi trabajo es crear una relación entre la compañía de espectáculo y la comunidad. Akoreacro es un circo con acróbatas, sin animales”, remarca.
Según la activista Litzy Martínez (en la foto de la derecha, junto a Desbois), el can adoptado es de raza criolla. Tiene un gran parecido al Corgi galés. •
Requisitos para exportación de animales de compañía (perros y gatos)
1.- Fotocopia del carnet de identidad del propietario.
2.- Formulario de solicitud de certificado zoosanitario de exportación otorgado por el Senasag.
3.- Certificado zoosanitario otorgado por el Colegio de Médicos Veterinarios de Bolivia, más una fotocopia.
4.- Cartilla de salud o vacunación más una fotocopia.
5.- El animal debe tener como mínimo tres meses de edad y estar vacunado contra la rabia entre 30 días, seis meses o un año antes de ser introducido al país importador.
6.- Debe aplicárseles antiparasitarios interno y externo en el intervalo de los 15 días previo al embarque.
7.- Depósito bancario individual por mascota más una fotocopia por la suma de Bs 160 a la cuenta del Senasag (Banco Unión 1-1053094).
8.- El animal debe ser inspeccionado en el momento del embarque por un médico veterinario oficial.
Fuente: Apach (Asociación Protectora
de Animales de Chuquisaca)
Noémie Desbois
Turista francesa
“Siento emoción por haber adoptado, aunque lo que más me parece es que él decidió, no yo. Pienso que fue la vida que decidió encontrarnos”.
ADOPTADOS
100
son los canes que esperar una adopción en APACH, cuyos voluntarios cada domingo se instalan en la puerta principal del Estadio Patria con perros y gatos rescatados de la calle.
Canes al exterior
Con D’Artagnan, ya son más de diez los canes que se fueron al exterior en adopción desde Sucre, entre hembras y machos. Seis están en Francia, una en Canadá, dos en Suiza, además de otros en Perú, Argentina, Chile y México, según la Asociación Protectora de Animales de Chuquisaca (APACH), que lleva un registro desde hace diez años.