Una chuquisaqueña en La Recoleta de Buenos Aires

La historia de María Guadalupe Cuenca, esposa del patriota Mariano Moreno

Una chuquisaqueña en La Recoleta de Buenos Aires

Una chuquisaqueña en La Recoleta de Buenos Aires Foto: Internet

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Una chuquisaqueña en La Recoleta de Buenos Aires Foto: Internet


    Ing. Hugo Canedo Gutiérrez para ECOS
    Ecos / 04/11/2019 21:30

    En el barrio de La Recoleta, en Buenos Aires, se encuentra el Cementerio de los Héroes, monumento nacional donde descansan los restos de preclaros hombres y mujeres argentinas. Ese camposanto tiene sus orígenes en principios del siglo XIX: construido en lo que fueron los jardines de una congregación religiosa.

    E   n las oficinas administrativas de ese lugar hay un panel con un listado codificado que permite la ubicación exacta de las personas sepultadas y, en una pantalla digitalizada, breves biografías.

    Allí tuve la sorpresa grata de encontrar a una chuquisaqueña, María Guadalupe Cuenca, quien fue esposa del patriota argentino Mariano Moreno.

    El mausoleo se encuentra bajo el nombre de “Mariano Moreno-Mercedes Balcarce de Moreno”.

    Hay varias urnas con restos de familiares allegados a ambos esposos.

    Sin embargo, una resalta por sobre las demás y es la de Cuenca; está ubicada detrás del reclinatorio que forma parte de la cripta.

    En la caja referida se lee claramente “María G. de Moreno”; allí reposa el cuerpo de la insigne chuquisaqueña.

    Moreno en Chuquisaca

    A principios del siglo XIX cuando un joven Mariano Moreno procedente de su tierra natal, Buenos Aires, decide estudiar Derecho en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca.

    Tenía 21 años de edad y se adaptó rápidamente a su nueva urbe. Lógicamente, en los claustros centenarios de la Universidad dio inicio a sus estudios y a su relacionamiento académico-social con la juventud estudiantil de aquella época.

    Se dice que, casualmente, en una joyería de la ciudad encontró una pequeña pintura de una simpática dama chuquisaqueña. Su retrato dejó impresionado a Moreno, quien se propuso buscarla hasta encontrarla.

    Así fue que nació entre estos jóvenes una profunda simpatía y luego relación amorosa que culminó en matrimonio. (1)

    María Guadalupe y Mariano Moreno contrajeron nupcias el 20 de mayo de 1804. Fueron sus padrinos de boda los esposos Manuel Morales y Manuela Azurduy Lobatón (2), tía de Juana Azurduy Llanos, esposa de Manuel Ascencio Padilla.

    Al año siguiente, en la misma iglesia de San Miguel, fue bautizado el pequeño Marianito Moreno Cuenca, siendo igualmente padrinos los esposos Morales-Azurduy. (3)

    Exactamente a un mes del matrimonio, Mariano Moreno visita junto a su suegra a la escribanía del Dr. Marcos Paravicino a objeto de rubricar un contrato de compromiso.

    “En la ciudad de la Plata en 22 días del mes de Junio de mil ochocientos cuatro […] fue presente Doña Manuela Cuenca vecina de esta Corte a quien doy fe que conozco y dijo: Que habiéndose casado Don Mariano Moreno Abogado de esta Real Audiencia con su hija Doña María Guadalupe Cuenca […]”.

    En ese documento, el flamante esposo se compromete a solventar la manutención de su familia, y es así que se remarca que debería “sufragar los gastos diarios y ordinarios de la casa, cuya contrata debe contarse, y correr desde el día veinte de mayo del presente año en que se celebró el matrimonio en adelante por haber dado principio en este día el citado Moreno a la referida manutención”. (4)

    Hacía esta declaración por cuanto al principio al parecer doña Manuela cooperó en los gastos, sobre todo por la seguridad de su hija. Manuela señalaba como domicilio su vivienda ubicada en frente del convento de Santa Clara.

    La solidaridad de Moreno

    Mariano Moreno, en su actividad profesional, fue muy solidario con las personas de Chuquisaca, especialmente con los originarios que sufrían los abusos patronales. Con seguridad que compartió sus profundas ideas revolucionarias con sus apreciados padrinos, familiares y amistades.

    Cabe remarcar que Manuela Azurduy Lobatón fue tía de Juana Azurduy Llanos y esta, a su vez, esposa de Manuel Ascencio Padilla; los dos últimos, luchadores incansables por la independencia. (5)

    Los esposos Mariano y María Guadalupe, profundamente enamorados, en 1805 tuvieron que partir a Buenos Aires; es allí donde, después de pocos años, el doctor Moreno fue partícipe de las ideas revolucionarias.

    En 1810 se constituyó en Secretario de la Primera Junta de Gobierno. Por sus ideas de profundos cambios, no fue muy bien visto por los conservadores, especialmente por el general Cornelio Saavedra.

    Finalmente, Moreno es apartado de la Junta y, so pretexto de requerimiento de armas, enviado a Inglaterra.

    La triste despedida

    La despedida de los esposos fue emotivamente triste, sobre todo para María Guadalupe; después de seis años, seis meses y cinco días de haber gozado de la felicidad conyugal junto a su pequeño hijo Marianito, aquel 25 de enero de 1811 tuvieron que separarse imprevistamente.

    Por circunstancias que depara la vida, Mariano Moreno fallece el 4 de marzo de ese mismo año en altamar, en circunstancias poco claras.

    Sin saberlo, a los diez días de su fallecimiento, María Guadalupe le escribió a su amado esposo una primera carta, y no cesó hasta que en el mes de agosto recibió un sobre procedente de Inglaterra, enviado por su cuñado Manuel, en el que le comunicaba la infausta noticia.

    Manuel acompañaba a su misiva todas las cartas sin abrir que ella le había enviado a Mariano durante todos esos meses. Grande debió ser la tristeza de Guadalupe al enterarse del fallecimiento de su esposo.

    A partir de ese momento, tuvo que enfrentar sola las vicisitudes de la vida. Viéndose desvalida y en necesidad, recurrió a las autoridades para conseguir una asistencia económica.

    María Guadalupe Cuenca envejeció en Buenos Aires y falleció a la edad de 64 años el 1 de septiembre de 1854.

    Su hijo, Mariano, fue militar y falleció en 1876. Sus restos reposan juntos en el cementerio de La Recoleta.

    Homenaje

    Esta fue una breve relación de vida de una mujer que amó entrañablemente a un hombre patriota de nobles sentimientos, que le dio un hijo y que, por amor, migró a Buenos Aires, donde ambos compartieron no solo su vida y sentimientos, sino también ideas revolucionarias.

    Sus restos mortales permanecen en el Cementerio de La Recoleta, mudos testigos de una fidelidad por siempre hacia el padre de su único hijo.

    Honor y gloria a la chuquisaqueña doña María Guadalupe Cuenca •

    BIBLIOGRAFÍA

    1.- Moreno Manuel. 1812: 48. Vida y memoria del Dr. Mariano Moreno. Londres.

    2.- ABAS. PM. Iglesia de San Miguel. Matrimonios 1801-1824. No. 25. f. 30v.

    3.- ABASS. PB. San Miguel. Bautizos 1801-1806. No.7. f. 228

    4.- ABNB. EP-379: 664-664v. Ficha 4002. “Contrato sobre cierta (ilegible). Da. Manuela Cuenca, con su yerno Don. Mariano Moreno. La Plata, 22 de junio de 1804.

    5.- Hugo Canedo G. Las hermanas Azurduy Llanos y su entorno familiar. Sucre 2018. f: 43.

    Cartas de María G. Cuenca

    Transcribimos partes de algunas de las diez emotivas cartas que María Guadalupe Cuenca envió a Mariano Moreno:

    Carta del 14 de marzo de 1811

    Mi querido y estimado dueño de mi corazón:

    Me alegraré que lo pases bien y que, al recibo de esta, estés ya en tu gran casa, y que Dios de acierto en tus empresas, […] se me aumentan los males al verme sin vos y de pensar morirme sin verte y sin tu amable compañía, todo me entristece […]

    Carta del 9 de mayo de 1811

    Cuando estuve a tu lado, ay mi Moreno de mi corazón, no tengo vida sin vos, se fue mi alma y este cuerpo sin alma no puede vivir y si quieres que viva venite pronto, mándame llevar.

    Yo no aspiro más que estar a tu lado, servirte, cuidarte, y quererte cada día más de lo mucho que te quiero, toda mi felicidad se funda en que vivas y yo a tu lado día y noche.

    Carta del 9 de junio 1811

    Mi querido Moreno de mi corazón, me alegrare que la pases bien, yo y toda la familia, quedamos buenos, pero ya te puede hacer cargo estará mi corazón con tu ausencia y cada día se me aumenta mi pesadumbre al ver que se cumplen cuatro meses, dieciocho días, de tu salida y todavía no tengo consuelo de recibir carta tuya, le pido a Dios paciencia para esperar tus cartas y tu vuelta.

    […] De la expedición, escribe Rufino a su padre con fecha 2 de mayo, que sale con su regimiento de caballería otro regimiento de la Paz, seis mil cochabambinos, y el regimiento de Viamonte todo acuartelado seis leguas de Goyeneche, y dicen que dentro de un mes se batirán, Dios les de acierto.

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