“Los transgénicos son un método muy apropiado para mejorar variedades”
El doctor Theodor Friedrich, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia
El doctor Theodor Friedrich, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia, visitó recientemente la ciudad de Sucre donde mantuvo varias reuniones con representantes de instituciones locales y departamentales con el objetivo de evaluar proyectos de cooperación relacionados con el mejoramiento del rubro de la producción de alimentos.
Friedrich abrió un espacio en su apretada agenda para atender el requerimiento periodístico de la revista ECOS:
ECOS. ¿Cuál es el propósito de la FAO en su política de apoyo a los productores del área urbana y periurbana de Sucre?
Theodor Friedrich (TF). Actualmente estamos para iniciar una plataforma de agricultura urbana y periurbana de Sucre y profesionalizar este rubro de producción; que pase de ser algo de subsistencia a un sector de negocios y contribuir al ingreso de la población involucrada, sino también al consumidor, al mercado, con productos sanos, saludables. Es una forma de fomentar el desarrollo local en el sector agroalimentario.
ECOS. ¿Qué instituciones forman parte de esta iniciativa?
TF. Estamos trabajando con la Universidad (San Francisco Xavier), los empresarios en la parte de la comercialización, y con la Municipalidad, que tiene que dar el marco para este programa. Es una parte de lo que tratamos de hacer a nivel nacional: conectar el sector productivo alimentario con el sector de consumo. Ahí entran las compras públicas, para el subsidio, etc.
Entran también los programas de alimentación escolar complementaria y todos estos trabajos que hacemos para mejorar el nivel nutritivo y combatir la subalimentación con nuestro objetivo de ‘hambre cero’ y también combatir la obesidad, que está creciendo en Bolivia.
ECOS. ¿Cómo ve usted el objetivo de ‘hambre cero’ en Bolivia?
TF. El país ha avanzado de un nivel de muy alta incidencia del hambre; en los últimos años se avanzó más que los otros países de la región en la reducción de la malnutrición y subnutrición, que quedó prácticamente reducida a la mitad, conforme a los Objetivos del Milenio. Estamos en un buen paso para los objetivos del desarrollo sostenible.
Sin embargo, en los últimos años recientes —es difícil precisar— no sabemos si este desarrollo continuó a la misma velocidad. Vemos en muchos países de la región que el hambre ha aumentado: en Argentina, por ejemplo, y en Venezuela, para no hablar. Aquí no ha aumentado, pero probablemente no siguió bajando a la misma velocidad que antes.
La otra preocupación es un aumento de las importaciones de alimentos, tanto legales como de contrabando, y esto alcanzó niveles alarmantes. Tenemos un potencial alto para la producción de todo lo que necesita Bolivia, pero vimos que sobre todo el sector campesinado-familiar no recibió apoyo técnico a la extensión rural que estamos tratando de introducir. No hay seguimiento a los sistemas productivos, no se tiene la infraestructura productiva adecuada; el único sector es Santa Cruz, pero para grandes productores; no tenemos la misma infraestructura para los pequeños productores del altiplano y valles.
Estamos comenzando en rubros estratégicos para impulsar tecnologías, asistencia, un enfoque muy particular para el uso de suelos; tenemos programas para la quinua, frutales, algodón, con tipos de agricultura que permita recuperar los suelos degradados. Este es otro sector que preocupa. Importamos alimentos que nos hacen vulnerables a los precios como economías que pueden bajar en su crecimiento.
ECOS. Bolivia viene exportando soya desde hace muchos años y ahora piensa extender sus exportaciones de carne. ¿Es rentable la venta al exterior de estos productos?
TF. El crecimiento de Bolivia en los últimos años fue un poco inflado, y ahora vemos la realidad que es más triste. En los rubros de la soya y la carne, por ejemplo, vemos que los rendimientos son muy bajos, muy por debajo de la media internacional. No me imagino que estos productos puedan ser ofrecidos en el mercado mundial de forma competitiva. Es muy probable que el país esté perdiendo plata exportando estos productos.
Este es un panorama preocupante, pero se puede remediar. Estamos tratando de colaborar con el sector productivo, los ministerios y el Gobierno, para así recuperar los recursos naturales y poner la agricultura en Bolivia al nivel del actual siglo.
ECOS. Se habla de una disminución del ritmo de la eliminación del hambre, ¿a qué se debe?
TF. Probablemente a una multitud de factores, uno de ellos es la oferta local reducida, el otro: el desarrollo económico no alcanzó a las partes más vulnerables. Hemos dejado atrás a los más pobres, que no han participado del desarrollo económico.
Eso lo vemos en las zonas rurales, hay mucha migración a Argentina, Chile; el contrabando, la producción agrícola es escasa y no trae muchos ingresos. Eso muestra una economía que no ha ido creciendo de una forma aprovechable.
ECOS. Al hablar de alimentación viene el debate sobre los productos transgénicos. ¿Cuál es su posición sobre este tema?
TF. Es un tema muy polémico y realmente los transgénicos, como tecnología genética, son un método muy apropiado, y no muy caro, para mejorar variedades. En ese sentido, creo que hay que abrirse a la biotecnología y hay que hacerlo a nivel nacional, para que se encarguen instituciones públicas, no dejando esto solamente al sector comercial.
La otra parte es la existencia de productos transgénicos en el mercado que se debe a la falta de una producción nacional de semilla. Un productor de áreas grandes tiene que importarla y la semilla importada es transgénica, es la que domina el mercado. Aun así, hay que saber distinguirla. Las últimas son las que tienen un gen que las hace resistentes a la sequía, pero provienen de plantas relacionadas, como por ejemplo del girasol; las pusieron en la soya. No veo tanto un problema para la alimentación, salud o medio ambiente.
Pero hay herbicidas que sí tienen problemas, no tanto por la parte transgénica porque los cultivos están expuestos al herbicida. Es cuestionable cuando se usa sobre el suelo descubierto, se erosiona y termina en agua.
De todas formas, hay que tratar el tema transgénico con más calma. Es un tema serio.
ECOS. ¿De qué otras maneras se puede lograr una agricultura y ganadería más eficientes?
TF. Como mencioné, en general, nuestra preocupación es facilitar que el sector agroalimenticio esté preparado para los retos del futuro y, en ese sentido, viene la promoción de la agricultura.
Queremos no solamente recuperar los suelos para mejorar la producción, sino también responder al cambio climático. Buscamos una agricultura práctica, económica, pero al mismo tiempo resistente al cambio climático, y es la única forma de atraer carbono al suelo. Eso se debería hacer no solamente en las áreas forestales, sino en las áreas agrícolas; no quemar biomasa.
El mismo concepto queremos aplicar en la ganadería: aumentar la productividad en vez del área. No extender la frontera agrícola sino aumentar la producción en las áreas ya establecidas, donde se puede llegar a un 300 o a 1000 por ciento en las áreas ya establecidas. Queremos evitar el peligro de la deforestación de la biodiversidad y la pérdida del área boscosa en el país •