De Savia Nueva a Canto Vital
La Asociación de Periodistas de Potosí (APP) y otras instituciones de la Villa Imperial organizan un homenaje póstumo al cantautor potosino Carlos López Araujo,
La Asociación de Periodistas de Potosí (APP) y otras instituciones de la Villa Imperial organizan un homenaje póstumo al cantautor potosino Carlos López Araujo, privilegiada voz, quien fuera uno de los últimos trovadores bolivianos que dejó una huella profunda en la historia musical contemporánea. Esta actividad, prevista para la última semana de enero, pretende destacar su aporte al desarrollo de la producción musical, además de sus actividades como gestor cultural y buen amigo.
Se conoce que Carlos López programó un concierto de homenaje para recordar los 45 años del llamativo proyecto que denominó Savia Nueva; debía ser el pasado 22 de noviembre, en el Teatro Municipal de La Paz, con el denominativo “Savia Nueva 45/70”. Los conflictos sociales de aquel luctuoso mes frustraron sus buenas intenciones. Luego de los acontecimientos por todos conocidos, su afinidad con el expresidente indígena terminó por descartar esa iniciativa; sin embargo, por sus propios medios, inició el periplo de homenaje y solo pudo tocar en La Paz, puesto que su lamentable deceso se produjo antes de su presentación en Cochabamba.
La savia vital
Los viejos potosinos, aquellos que se acuerdan de todo, mencionan que conocieron al “Lopeco” en su actividad musical a mediados de la década de los 60, aún de colegial, con pelo largo y bigotes, formando parte del dúo (a veces trío) “Amistad” con otro destacado músico potosino, Gerardo Arias. Interpretaban canciones melódicas de profundo contenido social, destacando la entonación de una segunda voz, intensa y profunda; así lo recuerdan sus contemporáneos. Horas cívicas, audiciones radiales y presentaciones esporádicas cobijaron su emotivo repertorio.
Lo cierto es que oficialmente se lanzan al mundo musical el año 1974 bajo el singular denominativo de “Savia Nueva”, pulsando solo guitarras y a dos voces. Un disco con el sello de Discolandia, con cuatro temas recopilados, dan testimonio del estilo trovadoresco que impuso a su propuesta musical. La iniciativa quedó truncada un año después, cuando ambos amigos optaron por sus propios proyectos: Gerardo se fue con Savia Andina y Carlos prosiguió con Savia Nueva.
Indudablemente el proyecto Savia Nueva llegó a su máxima expresión interpretativa y de popularidad con la incorporación de los hermanos Junaro (Jaime en primera instancia y posteriormente César) con quienes, según sus propias palabras, hizo una “época de oro” que alcanzó la década de los 70 e inicios de los 80. En este tiempo pasan a formar parte del movimiento continental de músicos comprometidos en la resistencia popular a las dictaduras y editan tres discos fundamentales: “Deja la vida volar” (1977); “El cóndor vuelve” (1979) y “Paloma quiero contarte” (1980). Fue toda una lección de vida revolucionaria que marcó el estilo artístico de Savia Nueva que, según la percepción de su creador, “recorría desde Cabo de Hornos al Río Bravo, combatiendo las cruentas dictaduras militares y la injusticia social”.
Por entonces, la nueva trova cubana rompía los esquemas tradicionales con su propuesta artística, ideológica y combativa, de la mano de los eximios músicos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Los versos de Violeta Parra ya inspiraban a los jóvenes cantautores latinoamericanos; Víctor Jara recordaba a Amanda en las insufribles fábricas de Chile, en su cruzada por la justicia social, mientras los chilenos Quilapayún imponían el lema “El pueblo unido jamás será vencido” y sus coterráneos Los Jaivas innovaban el repertorio folclórico latinoamericano.
En Argentina, las protestas contra la dictadura se fortalecían con la elegía “Sobreviviendo”, interpretada a todo pulmón por Víctor Heredia, su autor, en coro con miles de argentinos insatisfechos que transitaban por la colina de la vida coreando su esperanza junto a León Gieco y Mercedes Sosa.
En Bolivia, en los aciagos días de la dictadura militar, la rebeldía se reflejaba en las canciones de Savia Nueva, que irradiaba melodía combativa latinoamericana: del folclore ecuatoriano. Quién no escuchó o cantó a viva voz “El Canelazo”, o el emotivo ritmo peruano “Rosaura Lindaura”; cómo olvidar el poema hecho canción “Deja la vida volar” (Víctor Jara) o “Coplas para la Pascua” del folclore boliviano. “El cantar tiene sentido” con su emotivo ritmo venezolano; cómo olvidar el wayño “Paloma” de César Junaro o “Qué palabras te dijera” de Violeta Parra. Sin duda, el proyecto Savia Nueva, gestado por el “Lopeco” fue un aporte indiscutible a la producción musical social boliviana, aunque luego derivaron por distintos caminos.
Canto vital
Pasaron los oscuros días de la dictadura hasta el advenimiento de la democracia (1982) y recordamos que Carlos López se alejó de Savia Nueva (1983), dejó el país y asumió la determinación de seguir su carrera musical en solitario, mientras que los hermanos Junaro asumieron el nombre del proyecto para seguir con el mismo sin su creador.
La primera propuesta como solista tiene el sello de Urgente y el título de su producción es “Canto Vital” (2000), en cuya presentación el poeta Ricardo Ballón sintetiza el carácter y sentimiento del autor: “Carlos López tiene en su alma música y en su palabra poesía, empuña su guitarra para luchar por una nueva armonía, donde el pan y el canto sean lo nuestro de cada día”.
La producción, grabada en vivo en Quebec (Canadá), cuenta con 12 temas de su autoría y el central, del mismo nombre, reflexiona: “La vida es una canción para el corazón libre/ y aunque esto no te sirva te lo voy a decir/ a la vida hay que cantarle cada día al despertar/ dispuestos para el vuelo matinal/ y en bandolera el amor cargarán/ de su trinchera el corazón saldrá”. Esta primera estrofa refleja el ideal de su propuesta, que de ser una canción estrictamente contestataria, asume un tinte humanista, solidario y cotidiano y se atrinchera en los sentimientos a flor de piel, la esperanza y los sueños de un hombre nuevo. Posteriormente grabó “Cantos de guerreros” (2016), “Ghandarba” (2017) y “Gabriela” (2018). Se suman a esta producción dos canciones dedicadas a la democracia (2004) y la cueca “Mensajero de la Paz” (2017), dedicada al Cerro Rico de Potosí.
La última tocada
Suspendida la gira oficial por los conflictos sociales, Carlos optó por presentarse y celebrar sus 45 años de trabajo musical en el café cultural “Mestizo”, ubicado en la tradicional calle Jaén de la urbe paceña. Fue el viernes 6 de diciembre.
Esta presentación fue la última que tuvo. “La tranquilidad de la calle Jaén daba paso a momentáneos estallidos de aplausos, gritos y silbidos de festejo y entre medio de ellos, la voz grave y profunda del maestro Carlos López rebotaba con la fuerza poética de su poesía entre las paredes de las casas coloniales encontrando eco libertario a lo largo y ancho de la callejuela empedrada de Historia e historias”, escribió a propósito el organizador del evento, Carlos Sivila, al recordar emocionado la tradicional “k’oa” previa a su presentación y luego el ramillete de canciones acompañado de otro insigne músico, Juan Carlos Cordero, quien fue su amigo entrañable y productor de sus discos.
El melodioso poema del folclorista argentino José Pedroni “Mamá angustia” fue el primer tema que interpretó el maestro y luego, ante la algarabía generalizada, hizo el recorrido musical que transportó a los presentes de los temas de Savia Nueva a la propuesta de Canto Vital, acotó Sivila.
Según la crónica de su última actuación, los asistentes tuvieron la oportunidad de compartir temas de sus más recientes producciones. En su participación, el entrañable “Lopeco”, recordando a Savia Nueva, argumentó: “Nosotros éramos parte de las barricadas defendiendo la democracia en los tiempos de las dictaduras militares y ahí estábamos en todas las barricadas a las cuales nos convocaban y los teatros estaban colmados porque la conciencia de los jóvenes por entonces era plena”.
Y luego complementó: “en el mundo global que nos tocó vivir hay mucho que decir, hay mucho que componer y hay mucho que expresar valientemente”. En realidad, no solo fue la última presentación que realizó el maestro, sino también una última y profunda entrevista periodística.
Gestor
Maestro de Filosofía, no ejerció de manera permanente; el arte y la música pudieron más. En su devenir artístico formó parte de la tradicional orquesta “Música de Maestros”, donde puso en evidencia su apreciada voz.
Además de su dedicación exclusiva a la creación musical, también fue gestor de una serie de iniciativas que de igual modo dejaron entrever su compromiso militante con la cultura. En Sucre lo recuerdan por su valiosa participación en la implementación del Festival Internacional de la Cultura (FIC), que al finalizar del siglo pasado se implementó como política de Estado para su realización tanto en la capital como en Potosí, simultáneamente. Su buen trato, fuerte personalidad y compromiso siempre le valieron buenos resultados.
El año 2000 fue director ejecutivo del FIC en Potosí, donde tuvo la oportunidad de poner en práctica toda su experiencia como gestor cultural, dando resultados positivos en toda la programación. Esa vez el FIC se denominó “A Cielo Abierto” y se destacó la apertura de los templos para la difusión de música sinfónica sacra; el encuentro de ayllus en proceso de pacificación, mostrando la variedad indiscutible que tiene el departamento de Potosí en el campo de la etnomusicología, fue otro número destacado.
La democracia
Si bien fue un conocido trovador en busca de justicia y democracia, pocos conocen de su paso como funcionario de Educación Ciudadana en la Corte Electoral de Potosí en los momentos más destacados en la consolidación de esta forma de gobierno, oportunidad en la que se destacó en la difusión de los valores democráticos.
En las ciudades intermedias de Llallagua, Uncía, Tupiza, Uyuni y Villazón, su presencia generaba todo un acontecimiento festivo en los talleres de capacitación destinados a los notarios y jurados electorales. Estas actividades se organizaban anunciando la actuación de Carlos López, recordando a Savia Nueva, lo cual generaba asistencia masiva de la población en general. Participó en la filmación de mensajes alusivos a la democracia y compuso dos temas a propósito.
Será algún biógrafo de oficio, o alguien de su familia, quien pueda detallar los datos específicos del cantautor potosino. Solo nos permitimos recordar que nació un 15 de noviembre de 1949 en Potosí y murió el 21 de diciembre de 2019 en Cochabamba; tuvo dos hijos; fue un gran compañero y sincero amigo.
Honrando su memoria, solo nos permitimos reflejar algunos apuntes de su amplia trayectoria y dejar en evidencia su destacado aporte cultural en su paso por esta vida. Así lo recordarán la mayoría de los músicos y artistas que fueron sus amigos y lamentaron profundamente su partida •
* Carlos Zárate es periodista.