Tras las huellas del Síndrome del explorador o adicción a aprender
Desglosamos un pódcast de “Entiende tu mente”, interesante propuesta comunicacional de contenidos psicológicos.
Se trata de personas que necesitan variar su vida cada determinado tiempo. “Necesitan explorar nuevos mundos, necesitan algo que les dé color a su vida. Cuando llevan tiempo sin una nueva experiencia es como si estuvieran en blanco y negro, y de alguna manera lo que están buscando es como una oleada de color”, grafica el psicoterapeuta y escritor Luis Muiño.
“¿Has oído hablar del síndrome del explorador? ¿Te atraen los nuevos retos? ¿Te cansas de hacer siempre lo mismo? ¿No estás cómodo en los trabajos rutinarios?”.
Con este gancho atrapa el pódcast «Entiende tu mente (ETM)», que realizan desde España Molo Cebrián, Mónica González y Luis Muiño, antes de empezar a hablar del «Síndrome del explorador». Algunos lo llaman también: «Adicción a aprender».
Lo interesante de los pódcast (piezas generalmente de audio con producciones más o menos largas, distintas temáticas y que se difunden por internet) es que suelen ser amenos, quizá, por el tono coloquial. Tal el caso de ETM.
“Apertura a la experiencia”
El psicólogo Marvin Zuckerman definió un patrón de personalidad llamado “apertura a la experiencia”, comienza Luis Muiño, psicoterapeuta y escritor, con una orientación desde el aspecto técnico.
¿De qué se trata?
Él mismo dice que de personas que necesitan variar su vida cada determinado tiempo. “Necesitan explorar nuevos mundos, necesitan algo que les dé color a su vida. Cuando llevan tiempo sin una nueva experiencia es como si estuvieran en blanco y negro, y de alguna manera lo que están buscando es como una oleada de color”, grafica mejor.
¿Cada cuánto necesitamos una nueva experiencia?, se pregunta Muiño a continuación, porque él se confiesa como alguien con síndrome del explorador.
Entonces, vuelve a citar a Zuckerman, que también es neurólogo: cada 5, 6 o 7 años, hay personas que necesitan hacer algo nuevo. Algo que les “abra un mundo”.
Esto tiene cosas buenas y, como todo, también malas.
Rasgos
Entre los rasgos de quienes presentan el conocido por “síndrome del explorador” destacan: odio a la rutina, gusto por lo nuevo o lo diferente, miedo al aburrimiento, placer por los aprendizajes, huida de los procesos.
En otras páginas de internet agregan algunas características más: odio a las etiquetas, amor a los comienzos.
Los realizadores de ETM aseguran que estas personas “sienten que pierden el tiempo si se quedan en la rutina”.
Les pasa, por ejemplo, cuando en su trabajo ya no encuentran nada nuevo, como si necesitaran de algún estimulante. Y con esto recién les volviera la pasión y la energía para levantarse y seguir adelante.
En distintos ámbitos
Mónica González, coach e ingeniera, complementa en el pódcast que los ámbitos de quienes tienen este síndrome son variados. Menciona algunos: la gente que se prende (y no suelta) los (rebuscados) videojuegos. O aquella que estudia en YouTube tutoriales de todo. O la gente que se inscribe a cursos, y ni bien acaba uno ya se está inscribiendo a otro.
Pero el trabajo podría ser, tal vez, el espacio más apto para explicitar este síndrome.
Como se les cree “fanáticos del aprendizaje”, Mar Abad en www.yorokobu.es dice de ellos que “son más creativos porque la creatividad requiere exploración”. Pero lo resume así: no pueden parar de aprender.
Solo dos ejemplos de personas con este síndrome: el pintor Leonardo da Vinci y el basquetbolista Michael Jordan.
Hay en ellos un interesante punto de exploración y de conquista.
Los “problemas”
Estos exploradores suelen crearse un mal carácter. En general, tienden a enojarse con el mundo que les aburre (con su trabajo, por ejemplo).
Otro “problema” que enfrentan es el tedio. Se aburren más rápido que los demás.
Muiño directamente habla en primera persona del plural: “Nosotros enseguida estamos ya pensando en otra cosa”. Y “como amigos, somos muy buenos escuchadores mientras la otra persona nos resulta estimulante. Pero en el momento en que comienza a contar más de lo mismo, pues, solemos ser muy malos escuchado res (...) Eso lo hacemos y no, no está bien”.
En el pódcast de ETM, que tiene un tiempo bien definido también: “20 minutos para entenderTE mejor”, tal cual su presentación, González lo complementa así: “A veces les entra un sentimiento de culpa o de duda: ‘Esto me había encantado, pero esto se ha hecho tan poco estimulante que ya no lo quiero’.
Entonces te dices: “¡Pero qué caprichosa!”. Pero no, yo creo que no hay que ser tan críticos con nosotros mismos sino saber que tenemos ciertos rasgos, que tiene su parte más clara y su parte más oscura y que, además, lo tiene mucha gente; no son bichos raros los exploradores, simplemente es una forma diferente de vivir como la que tienen otros. Como tampoco son bichos raros los que les encanta la rutina”.
Lo “bueno”
Un aspecto positivo a tomar muy en cuenta es que, a nivel laboral, los abiertos a la experiencia son los que más éxito tienen. “Ahora, la rutina no es tan necesaria en la mayoría de los trabajos”, enfatiza Muiño.
Hay una frase que lo resume todo: “Para estas personas, la exploración no es un medio; es el fin”.
Si usted está interesado en escuchar este pódcast de ETM, puede ingresar a: https://entiendetumente.info/sindrome-del-explorador/ •
Recomendaciones para los “exploradores”
- Conócete a ti mismo. Analizar tus propios ciclos. Descubre qué es lo que te ha pasado habitualmente. ¿Te ha pasado en algunos otros trabajos, en otras cosas que has intentado aprender? Esos serán tus ciclos y rasgos, quítate culpas por eso. Decirse: qué afortunado o afortunada por cerrar un ciclo y abrir otro.
- Respétate. No interpretes el «me estoy aburriendo» como algo frívolo. No, es algo profundo. Empieza a hacer el duelo y cambia: lleva tiempo, no esperes hacerlo de la noche a la mañana, pero hazlo.
- Disfruta de la libertad que te da la exploración. Valora la capacidad de elegir y de poder cambiar, porque decides que algo no está siendo gratificante en tu vida.
- Ayuda profesional. Si te atascas, siempre puedes pedir ayuda a un psicólogo. Fuente: Enciende tu mente