La leyenda negra española
Al revisar una serie de trabajos escritos referentes a la conquista española y la época colonial, es inevitable toparse con cronistas, historiadores, etc. cuya intención es magnificar los abusos y excesos cometidos por los españoles. Por ejemplo, el cronista y fraile dominico Bartolomé de las Casas
Al revisar una serie de trabajos escritos referentes a la conquista española y la época colonial, es inevitable toparse con cronistas, historiadores, etc. cuya intención es magnificar los abusos y excesos cometidos por los españoles. Por ejemplo, el cronista y fraile dominico Bartolomé de las Casas en su obra “Brevísima relación de la destrucción de las indias” publicado en Sevilla en 1522 hace mención a una serie de atrocidades perpetradas por los españoles, como ser: mutilaciones, quema de personas en hogueras, personas despedazadas por perros y hasta la matanza de niños: “Tomaban las criaturas de las tetas de las madres y daban la cabeza con ellas en las peñas. Otros daban con ellas en los ríos por las espaldas, riendo y burlando…otras criaturas metían a espada con las madres juntamente”. En cuanto a las víctimas, el fraile señala que, en 45 años de estadía en el nuevo mundo, los españoles habrían dado cuenta de alrededor de 24 millones de personas, dato que desde luego es exagerado y falso al igual que varias aseveraciones que hace el dominico. Más tarde, el artista alemán de origen flamenco Theodor De Bry realiza una edición ilustrada de la obra de De las Casas; dibujos que se convertirían en el imaginario gráfico de Hispanoamérica en Europa durante el siglo XVI y que además ayudarían a plasmar una visión antiespañola que luego sería denominada como La leyenda negra.
Causas de La leyenda negra
a partir de la conquista del nuevo mundo, el imperio español logra en poco tiempo tener un poderío económico y político sin precedentes. Esta época de oro del imperio español genera una suerte de envidia de Europa que busca desprestigiar sus logros.
En su libro “Imperiofobia y leyenda negra”, María Elvira Roca demuestra que se trató de un movimiento propagandístico liderado por Inglaterra, los Países Bajos y los hugonotes franceses, quienes aprovechan la invención de la imprenta para difundir escritos que buscan hacer ver al español como un ser extremadamente cruel, codicioso, intolerante, etc. Para el historiador Alvar A., se trata de una “cuidadosa distorsión de la historia de un pueblo, realizada por sus enemigos, para mejor combatirle. Y una distorsión lo más monstruosa posible, a fin de lograr el objetivo marcado: la descalificación moral de ese pueblo, cuya supremacía hay que combatir por todos los medios.” "Si bien La leyenda negra se basa en la manipulación sesgada de información, logra ser muy efectiva y genera una hispanofobia de grandes proporciones que aún persiste hasta la actualidad”.
La leyenda negra en Bolivia
Dejando a un lado las falsedades de la leyenda negra, es posible hablar de una historia negra española, es decir, que se puede demostrar de manera objetiva y a través de fuentes historiográficas fidedignas una gran cantidad de excesos y actos nefastos que se sucedieron durante la conquista y la posterior época colonial. Sin embargo, los españoles no fueron los únicos en recurrir a estos mecanismos violentos de conquista y sometimiento, sino que se repiten casi inalterablemente en cada momento histórico en el que un pueblo con mayor poder logra someter a otro. Oscar Efrén recordó que “los métodos de dominación y pacificación a los que acudían (los incas) se caracterizaban por un castigo sin templanza. Había mutilaciones feroces, destierros en masa, matanzas colectivas,…”.
Uno de los problemas presentes en la ideología del boliviano es que se sigue confundiendo la leyenda con la realidad, seguimos alimentándonos de leyendas, cuentos, aceptándolos como verdaderos en ausencia de un sentido crítico. No hay que escudriñar mucho para encontrar a quienes piensan que el gran imperio del Tawantinsuyo fue perfecto en todo sentido, y que los españoles fueron una especie de esclavistas que solo trajeron consigo calamidades y nos despojaron de nuestras riquezas (Cerro de Potosí). No se trata de olvidar la historia sino de entenderla tal y como fue, de entender sus aciertos y desaciertos. Como menciona Carlos Mesa, “nuestro futuro es la suma integral e inexcusable de nuestro pasado, con todos nuestros traumas y problemas, pero también con sus glorias y pasos gigantescos hacia adelante”. Es tiempo de dejar de vivir con resentimientos infundados y poder apreciar los maravillosos frutos sui generis del mestizaje, plasmados en la música, arquitectura, literatura, gastronomía, etc. y en cada uno de nosotros •
(*) Flores Peca es vicepresidente de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).