Doce proyectos para El Palmar
Desde 2017, el Programa para las Naciones Unidas del Desarrollo (PNUD) Bolivia invirtió en El Palmar 372 mil dólares en 12 proyectos que se realizan en nueve comunidades, beneficiando a 800 familias.
Desde 2017, el Programa para las Naciones Unidas del Desarrollo (PNUD) Bolivia invirtió en El Palmar 372 mil dólares en 12 proyectos que se realizan en nueve comunidades, beneficiando a 800 familias.
Entre esa docena de proyectos, uno de los que más destaca es el denominado “Resiliencia en la Producción Socio-Ecológica de Paisajes”. Se desarrolla con una inversión de 627 mil bolivianos y participan 73 familias, con una cobertura de 365 personas.
Se entiende por resiliencia a la capacidad de un sistema para soportar el cambio y continuar desarrollándose, sobreponiéndose a los impactos (shocks) y a las perturbaciones que son utilizadas para catalizar la renovación y la innovación.
El objetivo del proyecto mencionado es que la comunidad de El Palmar pueda aumentar su capacidad para responder a las presiones y choques sociales, económicos y ambientales, mejorar sus condiciones ambientales y económicas, incrementando así la resiliencia social y ecológica de sus paisajes o, en última instancia, avanzar hacia la realización de una sociedad en armonía con la naturaleza.
Mermet visita El Palmar
En pasados días llegó a Sucre Luciana Mermet, representante residente del PNUD Bolivia, para visitar el Área de Manejo Integrado de El Palmar, ubicado en el municipio de Presto, provincia Zudáñez (Chuquisaca), a 141 kilómetros de Sucre.
En coordinación con el Gobierno boliviano este sitio fue priorizado por el PNUD para brindar cooperación mediante el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD), del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), ejecutado por el PNUD en 150 países.
La visita de Mermet, de origen argentino, a la comunidad El Palmar tuvo el propósito de establecer contacto con las familias participantes del proyecto “Resiliencia”, que se implementa con financiamiento del PPD del PNUD y el apoyo de tres organizaciones no gubernamentales Prodeco (implementación de tres sistemas de riego), Lider (fortalecimiento comunitario) y ACLO (implementación de sistema de agua para consumo humano).
“Es una visita de reconocimiento a beneficiarios y comunidades que trabajan de la mano del PPD para entender cuáles son sus inquietudes, para escuchar directamente cuales son los problemas y sugerencias que pueden tener para una próxima fase del PPD”, aclara la profesional.
20 años apoyando a Bolivia
Mermet dice que desde hace más de 20 años que operan en Bolivia por fases y que cada una tiene una duración de entre dos y cuatro años. Trabajan en la Chiquitanía, El Pantanal, en todas las áreas de manejo integrado y los parques nacionales.
“La lógica no es reemplazar las estrategias que ya tienen esas áreas como los planes de manejo, sino reforzar la implementación de esos planes para que las comunidades que habitan en esas áreas puedan tener mejor capacidad para adaptarse a los fenómenos del cambio climático, una real conservación de la biodiversidad que los rodea y oportunidades de generaciones de medios de vida”, explica la Responsable del PNUD Bolivia.
Al margen de la implementación del proyecto de Resiliencia en El Palmar, otras nueve comunidades también son beneficiadas por el PNUD, incluidas en el ANMI El Palmar, a través de diferentes intervenciones.
Entre los 12 proyectos para El Palmar está el denominado Cocinas de eficiencia energética, que reducen la emisión de CO2 y también la carga de leña.
Mermet conoció en el lugar la experiencia de las mujeres que aplicaron medidas innovadoras para la reducción del uso de leña. Un aspecto importante sobre todo en las comunidades que habitan en zonas protegidas, donde un recurso tradicional para la energía ha sido el uso de la madera y la leña.
También se desarrolla el proyecto de fortalecimiento de la producción de chirimoya y de electrificación limpia a través de la instalación de sistemas de paneles fotovoltaicos. Otro está relacionado con la gestión sustentable de los recursos naturales, por ejemplo, con el uso del fruto de la palmera llamado “janchicoco” y sus productos derivados.
“Muchos de esos proyectos se trabajan con la comunidad, identificando los desafíos que hay. Los fondos no superan los 40 mil dólares. No financiamos grandes infraestructuras como carreteras, pero se dan soluciones para el agua, o proyectos sostenibles alrededor del uso de bosques”, aclara Mermet.
Contraparte
Por lo general, una comunidad tiene contraparte en cada proyecto. Por eso coloca mano de obra, algún bien capital u otra contraparte, de manera que el proyecto tenga un fuerte empoderamiento y arraigo en la vía comunitaria.
Otro proyecto que destaca es el de la cosecha de agua, sobre todo después de los incendios ocurridos en 2019 en la Chiquitanía, entrando en épocas de calor y de sequía. Este consiste en generar infraestructura para recoger el agua que cae en época de lluvias usando sistemas básicos fotovoltaicos conectados con pequeños pozos.
“Hay muchas soluciones con tecnología básica que no son tan costosas pero que pueden generar mucho cambio”, agrega Mermet.
Palmera endémica
Asimismo, se desarrolla otro proyecto dentro del área protegida El Palmar donde hay un bosque natural formado por las palmeras endémicas Parajubaea torrallyi o “janchicoco”, únicas en el mundo.
Están especialmente en las quebradas, entre los 2.400 y los 3.200 metros sobre el nivel del mar. También sobresalen los pinos de monte, las kewiñas, el aliso y el caraparí, entre otras especies botánicas.
Allí hay una casa comunitaria a la que el PPD entregó casi 30 mil dólares para tener una base de turismo comunitario. En ese lugar se pueden albergar los turistas interesados en el ecoturismo. Simultáneamente, es un punto de venta para los productos provenientes de El Palmar.
Mermet indica que se debe mejorar la infraestructura y poner en valor a las palmeras colocando una buena señalética y generar una buena narración del sendero.
Potencial de El Palmar
“Bolivia tiene un gran potencial en ecoturismo, turismo, senderismo y turismo para todos los perfiles turísticos, pequeñas rutas asociadas a las capitales departamentales. El Palmar tiene un gran potencial para los segmentos de turismo que están dispuestos a viajar hasta Bolivia”, sostiene la responsable del PNUD.
Normalmente los proyectos que se financian son de dos años y tienen un monitoreo riguroso del personal del PPD, lo que hace que sean un éxito porque las comunidades que reciben los fondos se comprometen a lograr ciertos hitos en el marco de la implementación.
Según Mermet, tener los marcos del monitoreo es un valor agregado que brinda el PNUD y el PPD a la hora de estudiar el impacto.
“Es un modelo muy exitoso, quiero destacar que esta implementación se hace con la intervención del Ministerio del Agua, no es una intervención exógena del PNUD. Nosotros hemos acordado con el Estado boliviano cuáles son las áreas donde el PPD debe intervenir”, concluye la Representante Residente del PNUD Bolivia •