Las ciudades y el coronavirus

El espacio público, acceso a servicios básicos y otros ítems que son parte de la vida diaria de los bolivianos pueden incidir en el cumplimiento de medidas de bioseguridad y la protección de las personas frente a la pandemia

El diseño de las ciudades influye en la situación con la que cada persona afronta la pandemia. El diseño de las ciudades influye en la situación con la que cada persona afronta la pandemia. Foto: Correo del Sur

Sucre/ CORREO DEL SUR DIGITAL
Ecos / 31/08/2020 15:01

La estructura, materiales y diseño de las viviendas y las ciudades pueden generar situaciones de vulnerabilidad en la población frente a la pandemia del coronavirus, por ello, urge debatir y reacondicionar lo urbano en el país.

El representante de ONU Hábitat en Bolivia, Sergio Blanco, informa que desde esa entidad analizaron las condiciones de habitabilidad en los 20 municipios urbanos más importantes del país que aglutinan prácticamente al 80% de la población urbana.

En este trabajo se evaluó el acceso a servicios básicos, condiciones de hacinamiento, entre otros aspectos, por lo que se estimó que cerca del 44% de los hogares de estos 20 municipios pueden ser catalogados como parte de barrios precarios.

“El 44% del 80% de la población urbana significan unos 3 millones de personas o más que parten en situaciones de vulnerabilidad. También hemos podido constatar que estas precariedades se concentran en las áreas periféricas de la ciudad”, detalla Blanco en una entrevista con ECOS.

Explica que este análisis es realizado por ONU Hábitat, evaluando los distintos contextos urbanos en diferentes países y continentes, con el fin de identificar algunos problemas y, en el contexto de la pandemia, alertar sobre la situación de las familias que viven en barrios precarios.

“Es cierto que si bien el virus no discrimina porque contagia igual a unos y otros, la situación en las que uno vive puede tener una influencia en cómo uno se pueda contagiar y protegerse del contagio (…) Hemos venido alertando un poco sobre la situación particular de la población que vive en barrios precarios porque hay condiciones de agua, condiciones de la vivienda, de hacinamiento, en las que es muy difícil protegerse del virus”, remarca.

Y es que una familia que no tenga acceso al agua no tiene las mismas oportunidades de cuidarse que una que cuente con este recurso básico de forma segura. Es así como las diferencias de servicios básicos, saneamiento y conectividad obligan a unos más que otros a salir al exterior, abastecerse y enfrentar a la pandemia.

“Estas personas que viven del trabajo informal, dependen de ingresos cotidianos, tienen poca capacidad de ahorro y eso les impide quedarse en casa y les obliga a salir a buscarse el pan de cada día para sus familias”, reflexiona.

Espacios públicos privatizados

Para ONU Hábitat el espacio público es importante porque permite incluso que las personas puedan tener mayor distanciamiento entre sí al momento de salir a las calles, por lo que considera importante no confundir la aglomeración, densidad y el hacinamiento. Sin embargo, a Bolivia le hacen falta gestiones para que esos conceptos realmente se diferencien en sus calles.

La recomendación general es que haya 15 metros cuadrados de espacio público por habitante en un país, sin embargo, en el caso boliviano el promedio es de poco menos de 8 metros en las 20 ciudades que analizaron, de las que, por ejemplo, La Paz tiene un promedio de 6 metros, mientras que Sucre apenas llega a 5,2.

Debate político

Blanco precisa que para las elecciones de octubre analizaron los programas de los distintos partidos y advirtieron que todos los candidatos proponían una agenda urbana como una necesidad a ser abordada en Bolivia.

Precisa que el país se pensó rural porque había una deuda pendiente, pero eso también “invisibilizó a una nueva Bolivia”  que tiene a dos de cada tres bolivianos en las ciudades.

Sin embargo, considera que el debate político de temas urbanos es todavía pobre. “Estuve en algunos de los debates que se organizaron antes de las elecciones de octubre y son pocos datos que manejan adecuadamente en esta temática, tal vez por la complejidad, por la novedad”, comparte.

Entonces ¿cuál es el reto pendiente? Primero, ante la emergencia, se debe pensar una inversión que tenga el enfoque de generar mayor resiliencia “en incidir en algunos aspectos de los entornos saludables, pensando en peatón, bicicletas, desde una perspectiva también más verde”.

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