La fiesta de la Cruz y el Tinku en Macha
Es muy probable que el Tinku haya tenido su origen en los juegos rituales o las peleas de entrenamiento que buscaban preparar a los jóvenes soldados para las guerras.
La pelea ritual del Tinku y a Fiesta de La Cruz, son parte del patrimonio intangible de Norte del Departamento de Potosí que con el paso del tiempo llegaron a adquirir un significado mucho más complejo.
En tiempos precoloniales, el norte del Departamento de Potosí y otras regiones enclavadas entre la puna y las cabeceras de valle, comprendían los territorios pertenecientes a la gran confederación Charcas – Q’ara q’ara que, según el Memorial de Charcas, estaba compuesto por las siguientes siete naciones: los Charcas, los Q’ara q’aras, los Soras, los Quillacas, los Carangas, los Chuis y los Chichas. Estas naciones tenían una estructura dual tipo ayllu, liderada por los Charcas que eran aransayas (mitad superior) y los Q’ara q’aras que eran urinsayas (mitad inferior).
Según Tristan Platt (2006), la unión de estas naciones facilitaba su colaboración mutua para hacer frente a las constantes guerras en las que se encontraban inmersos y cada nación contaba con un vasto ejército de guerreros perfectamente adiestrados para los enfrentamientos bélicos. Estas naciones llegaron a constituirse en la fuerza de ataque más letal y la elite guerrera del conjunto de los señoríos aymaras.
A mediados del siglo XV, los guerreros Charcas – Q’ara q’aras son incorporados al gran ejército de los señores Incas, coadyuvando en sus campañas de expansión y conquista. Además, los mejores soldados llegaban a formar parte de la escolta personal de los reyes incas.
Durante la época colonial, Macha, capital de la nación Q’ara q’ara, se convierte en un centro de reducción católica y de recolección de mano de obra para los forzados trabajos en las minas de Potosí. Fue precisamente en el año de 1770 que el curaca Tomás Katari, natural de San Pedro de Macha, decide reivindicar la naturaleza guerrera de estos ayllus, haciendo frente a los españoles en contra de los abusos cometidos en la mita y las encomiendas, marcando un hito en las sublevaciones independentistas.
LA PELEA RITUAL DEL TINKU
Es muy probable que el Tinku haya tenido su origen en los juegos rituales o las peleas de entrenamiento que buscaban preparar a los jóvenes soldados para las guerras, como lo indica el padre Ludovico Bertonio en su Vocabulario de la Lengua Aymara (1612), donde el vocablo Tinkuña es entendido como: “Encontrarse los ejércitos o bandos contrarios en la guerra o en los juegos, venir a la batalla; comenzar la pelea y cosas semejantes”. Con el paso del tiempo, el Tinku llega a adquirir un significado mucho más complejo, siendo practicado en la actualidad por varios motivos como ser: a) En conmemoración a la Cruz Andina o Chakana que el 3 de mayo se alinea en posición cenital formando una cruz perfecta en el cielo, marcando la culminación de la temporada de cosecha y el inicio del tiempo de secas. b) Es un Ayni (reciprocidad) con la Pachamama pues la sangre derramada y hasta las vidas que se pierden en las peleas rituales sirven para agradecer a la Pachamama por la cosecha recibida. c) Es el escenario de un encuentro amoroso, entre los Huaynuchos (jóvenes solteros) y las Imilla Wawas (Señoritas solteras). Los primeros demuestran su valor y vitalidad mientras que las mujeres hacen gala de sus mejores prendas de vestir, elaboradas por sus propias manos. d) Es un catalizador que sirve para solucionar los problemas que continuamente se generan entre las comunidades. e) Sirve para afianzar la identidad con el ayllu; así, la gente que participa en el Tinku demuestra su compromiso y reafirmación cultural con su comunidad.
LA FIESTA DE LA CRUZ
Entre los días y aspectos más relevantes de la Fiesta de la Cruz se tienen los siguientes:
El 2 de mayo, los alférez (pareja de pasantes) y mayuras (autoridades de la fiesta) ultiman detalles para brindar un buen servicio a sus invitados. En la noche, la gente se congrega en el calvario, donde se realizan las veladas al Tata Wila Cruz, que es una simbiosis entre la chakana y la cruz católica, pues se trata de una cruz de madera ataviada con el poncho, las chalinas y la montera del Tinku, pero que lleva en la parte central el rostro sangrante de Jesucristo.
El 3 de mayo, al son de la música de los jula julas y los charangos afinados en temple cruz, se realiza diversas ofrendas y libaciones al Tata Wila Cruz, que luego es trasladado a la casa de los alférez. En este lugar, los pasantes invitan a los presentes hojas de coca, chicha de maíz y la tradicional k’anka (carne cocida acompañada con mote, papa y chuño). A los Pies del Tata Wila Cruz se dispone productos agrícolas, papas, maíz, etc.
El 4 de mayo, desde tempranas horas, las comunidades realizan su ruidoso ingreso a la plaza de Macha (plaza T’alla), dirigiéndose primeramente a la Torre de la iglesia o Torre Mallku donde realizan sus ch’allas. Al concluir la misa en el modesto templo, las comunidades empiezan a dar vueltas por la plaza, deteniéndose en cada esquina para formar un circulo en el que, al son de los charangos y las jula julas entonan las tonadas típicas del norte Potosí, además de ejecutar los zapateos y los briosos saltos. Más adelante inician las peleas rituales en las que dos personas en igualdad de condiciones se enfrascan ferozmente, teniendo los nudillos envueltos con ñuqus, cintas de grueso tejido o cuero de vaca, para causar el mayor daño posible al momento de propinar el “Warakaso” o golpe fulminante que involucra la fuerza de todo el cuerpo en un solo movimiento. Es común que estas peleas concluyan con un abrazo fraterno entre los dos valerosos combatientes.
Cuando las peleas suben de intensidad y desembocan en las chajwas (pelea sin control entre comunidades), los mayuras tratan de apaciguar los ánimos utilizando los trenzados de cuero de vaca, mientras los policías recurren al uso de gases lacrimógenos para evitar alguna fatalidad.
El 5 de Mayo, en los rostros golpeados y las manchas de sangre derramada en el piso se puede evidenciar la ferocidad de las peleas del día anterior, teniendo que lamentarse el deceso de una o varias personas a consecuencia de las golpizas. Este día, aún se puede apreciar algunas peleas; sin embargo, ya por la tarde, la gran mayoría de hombres y mujeres exhaustos emprenden el retorno a sus comunidades donde continuarán con las celebraciones destinadas a la fiesta del 3 de mayo.
(*) Flores Peca es presidente de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).
BIBLIOGRAFÍA
Bertonio, Ludobico (2011). Transcripción del Vocabulario de la lengua Aymara de 1612. La Paz, Bolivia: Instituto de Lenguas y Literaturas Andinas-Amazónicas.
Disponible en:
httpwww.illa-a.orgcddiccionariosLudovicoBertonioMuchosCambios.pdf
Flores, P., Marco A. (2018). Memorias Culturales de la Villa Imperial de Potosí. Potosí-Bolivia: Gobierno Autónomo Municipal de Potosí.
Platt, T., Bouysse – Cassagne, T., y Harris, O. (2006). Qaraqara – Charka, Mallku,
Inka y Rey en la provincia de Charcas (siglos XV-XVII). La Paz, Bolivia: IFEA,
Plural Editores, FBCB, University of St. Andrews.