Museo La Carroza, un esfuerzo particular

Lilian Churata Villegas, licenciada en Turismo y Freddy Bolaños Carreño, contador general, son una pareja de esposos muy particular ¡Fuera de serie!

Museo La Carroza, un esfuerzo particular

Museo La Carroza, un esfuerzo particular Foto: Cedida

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Museo La Carroza, un esfuerzo particular Foto: Cedida

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    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 05/06/2021 15:10

    Lilian Churata Villegas, licenciada en Turismo y Freddy Bolaños Carreño, contador general, son una pareja de esposos muy particular ¡Fuera de serie! pues son los felices propietarios del Museo La Carroza situado en la ciudad de Potosí. 

    La galería es un esfuerzo totalmente particular, el acopio de objetos antiguos en desuso inició hace 28 años, cuando este par de enamorados se casaron. La adquisición de objetos vintage continúa hasta ahora. 

    Lilian relata a ECOS que de a poco adquirió el mismo gusto que Freddy tiene por las antigüedades. Entre ambos consiguieron una gran cantidad de cosas, la mayoría en desuso, que luego refaccionaron para conservarlas y exponerlas en su museo.

    Cuenta que los primeros ochos años vivieron en anticrético, luego compraron su casa propia donde Freddy empezó a decorar los ambientes con los objetos antiguos que tienen personalidad.  

    “Yo insisto al decir que Freddy tiene una habilidad y destreza innata para arreglar y refaccionar muebles, adornos antiguos o fabricar otros objetos. Lo digo y reitero siempre”, expresa orgullosa Lilian, al referirse a su compañero de vida. 

    Varias de las antigüedades y piezas de colección que tienen son la herencia que recibieron de sus padres y abuelos. También fabrican piezas con material de reciclaje.

    El resto de los objetos son obsequios de sus amistades que conocen su pasión por las antigüedades; otras piezas las adquirieron de anticuarios, las rescatan de desechos y compran de gente que les va a ofrecer a su casa.

    Lilian asegura que en el trabajo de refacción de las antigüedades participan los cuatro integrantes de su familia, ellos y sus hijos, Freddy Jr. y Andrea. 

    “Ellos, a pesar que cada persona tiene un carácter diferente, encantados aprendieron y se acomodaron a lo que sus padres les ofrecieron durante su crecimiento. Es el legado que les dejaremos para las nuevas generaciones”, manifiesta.

    ¿Cómo es vivir en una casa Museo? 

    Lilian explica que para su familia el hecho de que su casa sea un museo es natural. Dice que como en cualquier otra vivienda, siempre se cocina, lava, plancha y hacen otros quehaceres del hogar, dejando todo limpio y en orden al finalizar cada tarea. “Cuando hay disciplina y orden, todo se puede lograr”, sostiene. 

    Los objetos del museo se exhiben en todos los espacios de la casa. En las áreas sociales, en las privadas y en las de servicio, todo es especial. 

    Hay elementos antiguos, piezas de colección, ornamentos nuevos, pero con estilo vintage en tres alcobas, living, comedor, estudio, sala de motos y un mezzanine acogedor con estilo del viejo oeste. 

    Cada espacio tiene sello personal

    Cada espacio de la familia Bolaños Churata, tiene su sello personal. Son apasionados de las antigüedades. En el museo destacan las piezas de metal, cristalería y platería.

    Freddy, esposo de Lilian relata a ECOS que, durante la pandemia, en los dos primeros meses de la cuarentena rígida, construyó armas a escala con hierro forjado y madera. Entre ellas, una réplica de un fusil Mauser con su bayoneta y un cañón, para ello consiguió información a través de Internet.

    También hizo una mesa central para el mazanine, usando ruedas de carros metaleros (material desechable), obteniendo un bello mueble.

    Tienen una colección de ocho motocicletas, entre ellas resalta una CZ de 1943 (data de la Segunda Guerra Mundial), la adquirieron en la ciudad de Cochabamba y fue restaurada entre los dos hombres de la familia. 

    Otra pieza que destaca es una moto Indian de 1920, está siendo restaurada de a poco, tiene un 80% de avance. Consiguen las piezas mediante internet.

    También forma parte de la colección del museo una bicicleta de rueda grande que data de 1890. Se atribuye la creación de este medio de transporte al alemán, Karl Freiherr von Drais. 

    Asimismo, tienen una colección de varias máquinas de escribir que fueron acopiándolas en sus 28 años de matrimonio.

    Hay otro muestrario de la evolución que tuvieron las máquinas fotográficas, sobresale una cámara Kodak A Fuelle de 1913. Además, tienen radios de lámpara y máquinas de calcular antiguas que se usaban en las oficinas públicas

    Bolaños explica que desde 2020 cuentan con la Colección del Sesquicentenario del periódico Presencia y otra del diario Última Hora, gracias a una donación que hizo la familia Morales Bellido. 

    Igualmente, son dueños de un conjunto de libros antiguos y novelas en alemán e inglés y una colección de fotografías de Potosí de antaño.

    Variedad de objetos

    También cuentan con una gran colección de baúles, petacas, cofres, candelabros, lámparas, espejos con pan de oro y biselados de la época de la colonia. 

    Planchas al carbón y una a kerosene, fruteros, calderas, cubiertos, utensilios y menaje de cocina de cobre y bronce, cocinas, anafres, hornos, maletas, teléfonos, vajilla, bar, bodega, carroza y otros objetos.

    “Adquirir algunos objetos de colección siempre cuesta y bastante. Tenemos que negociar y tomar decisiones como familia, muchas veces nos representa apretarnos un poquito y limitarnos de algunas cosas”, confiesa Lilian.

    El Museo La Carreta participó en la Noche de Museos para apoyar a la reactivación del turismo en Potosí. Abrió sus puertas al público el 7 y 21 de mayo. 

    Según Lilian, recibieron una excelente respuesta de los visitantes. “El museo se volvió número uno según una evaluación que hizo sobre esa actividad el sector de turismo. Se situó a la cabeza de los demás repositorios”.

    “Agradezco a la población potosina por su interés, tenemos mucho patrimonio y riqueza por conocer en nuestra ciudad. También les insto a que valoren los objetos antiguos de sus abuelos y tatarabuelos. La frase vale un Potosí lo dice todo, porque somos muy ricos en todo”, reflexiona Lilian.

    Anuncia que en un futuro abrirán las puertas del Museo La Carroza al público para que realicen visitas periódicas.

     

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