Un cholet para una reina: Entrevista a Freddy Mamani, creador de la arquitectura andina

El creador de la arquitectura andina nos revela sus desafíos en tiempos de pandemia


Raykha Flores Cossío/Correo del Sur Radio para Ecos
Ecos / 19/06/2021 11:31

Han pasado más de 15 años desde que los cholets irrumpieran en El Alto. En 2021 son menos las personas que los tildan de exóticos o kitsch, mientras crece su fama, tanto que hace poco fueron rodadas en uno, escenas de la serie de Telemundo “La reina del sur”, con la actriz Kate del Castillo.

Freddy Mamani, el creador de los cholets y la arquitectura andina, puso en la mesa varias opciones. No sabe por qué eligieron el Crucero del Sur, como se llama el edificio donde filmó la cadena internacional, pero no le extraña que su arquitectura fuera tomada en cuenta.

“¿Qué opinaría respecto a la visita de esa gran artista? Nada extraño porque muchos artistas han visitado nuestras obras de diferentes países (…) Es un aporte que estamos dando en la ciudad de El Alto, promocionando El Alto, promocionando el país”.

El albañil, ingeniero civil y ahora arquitecto me responde a la pregunta que le envío vía WhatsApp de forma atenta, tal como atendió mi solicitud de una entrevista en El Alto, en el último cholet que entregó.

No me corrige cuando uso el término cholet –contracción del francés chalet y "cholo"– que él considera despectivo, según ha dicho en otros medios. Y es que es el más usado, hoy de forma más identificativa que peyorativa.

Segundo año de la pandemia. Freddy Mamani ha sentido la crisis provocada por el coronavirus, que golpeó a Bolivia cuando apenas salía del conflicto político y social de 2019, que terminó con la renuncia de Evo Morales a la presidencia.

“El bajón de las construcciones ha empezado con la crisis política, después del golpe. Yo creo que ha bajado todo, la economía más que todo, en función a eso las construcciones han bajado bastante, pero ahora ya de nuevo estamos empezando a recuperar”, manifiesta.

Empezó a construir su primer cholet en 2002 y lo entregó en 2005. Más de 15 años después, supera las 70 obras en El Alto, y el centenar sumando otros departamentos y edificaciones fuera del país.

Ese primer cholet, que se alza frente a la Universidad Pública de El Alto, surgió casi como una provocación a la academia. Coincidieron la sugerencia de un cliente y el convencimiento de que El Alto no tenía una identidad arquitectónica.

¿Qué ha cambiado desde el nacimiento de la arquitectura andina?

“Cada obra que voy realizando, año que pasa siempre va evolucionando, así como sus habitantes van evolucionando. Para mí la arquitectura que estoy haciendo es dinámica, así como sus habitantes, porque a medida que van pasando los años uno siempre va mejorando, pero sin olvidar las iconografías del pasado, lo que nos representa, nuestras raíces”.

No tiene una obra favorita, o al menos eso dice cuando estamos en la casa de cuatro plantas de Dionisio Flores, más moderna y minimalista que otros trabajos de su estilo, me dice él. Colores vibrantes, flores, otros elementos naturales y toques andinos, “plasmando lo que es Tiahuanaco”, se ven en el inmueble casi acabado, donde los propietarios y sus hijos observan la entrevista, tan tímidos como orgullosos.

ESTILO QUE SE EXTIENDE

Más de una decena de contratistas que trabajaron para Freddy Mamani se independizaron y ahora aplican lo aprendido.

Pregunto sobre el cholet alteño que incluye una vistosa réplica de la Estatua de la Libertad. Me aclara que no le pertenece, pero que no tiene problemas con quienes construyen fuera de su sello.

“Esta arquitectura se va enraizando a través de ellos también, porque no es una arquitectura fortuita ni fugaz, por eso ha trascendido a nivel internacional incluso”.

EL FUTURO

El futuro de la arquitectura andina, para su creador, pasa por plasmar obras públicas y potenciar más el turismo combinando los cholets con la gastronomía, la danza y la música.

¿Qué obras públicas le gustaría trabajar?

“Podría ser coliseos, estadios, puede ser centros culturales, museos, centros de recreaciones infantiles. O sea hay mucho que trabajar, si se da la oportunidad”, me responde cuando insisto.

En la actualidad, agencias turísticas ya ofrecen recorridos por los cholets de El Alto, pero para Freddy Mamani falta potenciar ese rubro.

“Nos falta hacer que nuestra ciudadanía tenga un lugar donde los turistas puedan llegar, hospedarse, entonces en eso estamos trabajando, que en estas propias obras haya pues la gastronomía, promocionar nuestra música, nuestra danza”.

Dionisio y su familia ya recibieron su hogar, situado a unas ocho cuadras de otra obra de Freddy Mamani, construida hace siete años.

No será el único trabajo entregado este 2021. Hay unos seis en obra gruesa. Además, habrá una obra “estrella” hasta fin de año. El creador de la arquitectura andina se guarda los detalles: “ya se van a estar enterando”.

El Alto seguirá creciendo y los lunares, que son los cholets, multiplicándose y enraizándose.

 

  • Costo promedio De 100 a 200 mil dólares en promedio. Depende de la superficie construida y de lo que el propietario pida. Al importador de repuestos de camiones Volvo Dionisio Flores, su casa le costó entre 70 mil y 80 mil dólares.
  • Ni Tarija ni Sucre Freddy Mamani todavía no ha construido en Tarija y Sucre. Tiene obras en los otros siete departamentos del país, Perú y Brasil.
  • Ofertas Tiene propuestas de trabajo en Nueva Jersey, California (Estados Unidos), en el norte de Chile, de Argentina, Sao Paulo (Brasil), México, Ecuador y Colombia; todas frenadas por la pandemia.

 

Esta nota fue publicada en la revista dominical Ecos que circula con CORREO DEL SUR y el Potosí, el domingo 13 de junio.

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