Iglesias Vs. vacunas

En Europa y Estados Unidos, gran parte de sus habitantes ya no usan barbijos porque fueron vacunados.

Esta persona se dedica a distribuir panfletos contra las vacunas.

Esta persona se dedica a distribuir panfletos contra las vacunas. Foto: Correo del Sur

En Europa y Estados Unidos, gran parte de sus habitantes ya no usan barbijos porque fueron vacunados.

En Europa y Estados Unidos, gran parte de sus habitantes ya no usan barbijos porque fueron vacunados. Foto: El Potosí


    Redación ECOS
    Ecos / 14/07/2021 19:55

    Evelyn Campos López ECOS y Guillermo Bullaín Íñiguez

    En Europa y Estados Unidos, gran parte de sus habitantes ya no usan barbijos porque fueron vacunados. En Chuquisaca y Potosí, la inmunización enfrenta varias barreras, entre ellas la desinformación. Incluso se dice que alguna secta habría prohibido que sus fieles se vacunen. Esto estaría considerado como un delito de acuerdo con el inciso 9 del artículo 216 del Código Penal. 

    Hasta el 6 de julio, en Chuquisaca recibieron la primera dosis de la vacuna contra el covid-19, 165.210 personas. Representan el 30% de la población objetivo a la que se pretende inmunizar, que alcanza a 403.187 sujetos de 18 años para arriba.  

    En tanto, la segunda dosis fue aplicada a 117.690 habitantes, que representan el 11% del total estimado, informa el responsable del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) del Servicio Departamental de Salud (Sedes) Chuquisaca, Franklin Morales. 

    En el municipio de Sucre hay días con más afluencia de personas que se vacunan y otros con menos. En las provincias, la situación es diferente, porque hay mucha gente que está en contra de la vacuna.  

    “Hay muchas barreras culturales. Los pobladores tienen otra forma de pensar. Son renuentes a ser inmunizados por la mala información que tienen. Estamos trabajando en las mañanas, tardes, noches, fines de semana y en feriados para que la vacuna llegue a todos”, dice. 

    El objetivo del proceso de inmunización es vacunar al mayor porcentaje de población, llegar por lo menos a un 80%.  

    El responsable del PAI indica que en varios países europeos la gente ya sale con tranquilidad a las calles, parques y plazas, sin usar barbijos, porque ya está vacunada.  

    “Agradezco a las instituciones públicas y privadas, a la universidad San Francisco Xavier, a la alcaldía, la gobernación y el personal del Sedes que se sumaron a esta cruzada, instalando más puntos de vacunación. Incluso hay hospitales privados que están colaborando”, resalta.

      

    Cierta secta… 

    Extraoficialmente se supo, de boca de algunas personas que asisten a cierta secta, que los líderes les prohibieron que se vacunen, porque si lo hacen estarían creyendo más en el hombre y desconfiando del poder sanatorio de Dios y de su voluntad divina.  

    La negativa hacia la vacuna no solo se basa en una mezcla de fe religiosa, también está presente la desconfianza en la ciencia convencional, las creencias culturales y la fuerza que cobran las teorías de conspiración en las redes sociales.

    La Iglesia Católica 

    El arzobispo de La Plata, monseñor Ricardo Centellas, dice que todos están conscientes de que la pandemia es una enfermedad que ha generado un fenómeno social muy fuerte en el mundo y que hay distintas formas de enfrentarla.  

    Indica que uno de los caminos indispensables es la prevención mediante la vacunación, que ahora alcanza a personas hasta de 18 años. Por eso aconseja no descuidarse y participar del programa de inmunización que se realiza en distintos lugares de la ciudad.   

    Manifiesta que es urgente vacunarse pues, si la mayoría de la población no lo está, sigue en alto riesgo de contagiarse.  

    “Creo que con la vacuna no ha se ha llegado ni al 50 por ciento. Yo insto a todos a que se hagan vacunar para enfrentar cualquier situación en esta pandemia”, manifiesta.  

    Aclara que la religión es una cosa y la cuestión humana otra. En este caso, dice que la enfermedad responde a una debilidad humana y está afectando a todos; entonces, lejos de cuestiones religiosas, hay que responder a ese ataque a través de criterios humanos, de la ciencia y la medicina.   

    “No podemos entrar en exageraciones y absolutizaciones para mezclar las cosas, ya que una cosa es la fe, otra la enfermedad y otra es la cuestión humana. Si todos estaríamos fuertes contra toda adversidad, entonces no habría enfermos, pero los hay cada día, con pandemia y sin ella”, reitera Centellas.  

    Iglesia Cristiana 

    Respecto a la vacunación contra la covid-19, uno de los pastores de la Iglesia Cristiana de Sucre, Martín Gómez, indica que no se debe obligar ni prohibir vacunarse a los miembros de la iglesia. Sostiene que es una cuestión conciencial y de responsabilidad de cada persona. 

    Las iglesias serias no van a caer en ese tipo de abusos de autoridad. No hay un argumento espiritual que impida la vacunación de los hermanos, sostiene. 

    Indica que la población está confiando en el criterio mayoritario de los científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).  

    Agrega que cada persona debe tomar la decisión de vacunarse o no en base a la información que considere necesaria. De hecho, actualmente hay gran desinformación que circula en las redes sociales en uno y otro sentido. 

    “Por ejemplo, yo me vacuné porque amo a mi familia y a los que están en mi entorno. Gracias a Dios no me estoy enfermando, guardo las medidas de seguridad, uso barbijo todo el tiempo, mantengo distanciamiento social y salgo solo para lo muy necesario”. 

    Añade que el fin es vacunarse, pero “en realidad no estoy seguro de llamar así a la vacuna contra el covid, porque no inmuniza; sin embargo, creemos que, en el caso de contraer la enfermedad, los efectos serán mínimos, siempre y cuando la persona no tenga otras patologías de base”. 

    Código Penal 

    El artículo 216 del Código Penal, Delitos contra la salud pública, contiene 11 incisos y/o vertientes que describen diferentes conductas, que se adecúan a la descripción objetiva del tipo penal, lo que quiere decir que basta con adecuar la conducta humana a uno solo de los incisos para cometer el delito, explica Marcelo Conchari, abogado especialista en materia penal. 

    El profesional sostiene que analizando el caso concreto de que alguna secta religiosa estuviese prohibiendo vacunarse a sus seguidores, el líder de esa secta, adecúa su conducta al inciso 9 del artículo 216:  “Incurrirá en privación de libertad de uno (1) a diez (10) años, el que: realizare cualquier otro acto que de una u otra manera afecte la salud de la población”. 

    En caso que las víctimas pertenezcan a una nación o pueblo indígena originarios en situación de alta vulnerabilidad, la pena será agravada en un tercio. 

    “Si bien es cierto que nadie puede obligar a nadie a vacunarse, no es menos cierto que, al persuadir con tintes religiosos a no vacunarse, no sólo afecta a la salud de los seguidores de esa religión, sino que la afectación es a la población en general, afectando de manera directa a su salud, consecuentemente esa conducta es punible”, finaliza el abogado •

    Los anti-vacuna están contra la vida

    Carlos Pereira (nombre ficticio) es un joven de clase media a punto de terminar una carrera universitaria y sus vecinos y compañeros le conocen como reservado y hasta serio en su trato a la gente, lo cual atribuyen a su condición de miembro de una iglesia evangélica de la corriente pentecostal.

    Él, como el resto de sus hermanos de religión, asiste al culto dos veces a la semana y se les ve en sus actividades sin barbijos, aunque en la calles los usan solo para no ser confrontados por la gente.

    Los pastores (guías espirituales) les dijeron que no se debían hacer “pinchar” la vacuna contra el coronavirus porque esa es una acción inventada por los malos espíritus para poner a los hombres “la marca de la bestia”.

    Otro joven de apellido Gutiérrez camina por las calles sin barbijo entregando unos boletines con el rótulo de Acción Humanista Revolucionaria (AUR) en los que se detalla que el “coronavirus” es una enfermedad inventada por los poderosos para someter a las naciones, por lo cual el pueblo debe levantarse contra “los infra-criminales de la cleptocrática elite”.

    Ellos dos son algunos de los que rechazan las vacunas contra la covid-19, uno por religión y el otro por política, pero, en ambos casos, el resultado es el mismo: influyen en las personas para que se queden indefensos ante el virus y corran el riesgo de perder la vida debido a la presencia de cepas más feroces.

    Guerra

    El director del Servicio Departamental de Salud de Potosí (Sedes), Eloy Tirado, denunció que algunos segmentos de la sociedad están en plena guerra contra la gente al postular el rechazo a las vacunas, poniendo en riesgo a grandes sectores de la población.

    “Vemos con mucha pena que en el WhatsApp y el Facebook existen grupos religiosos y políticos a los cuales conocemos como anti-vacunas porque convocan a no colocarse el inmunizador”, dijo Tirado.

    Comentó que está probado que las vacunas ayudan a la gente a no caer en las salas de terapia intermedia e intensiva con el riesgo de perder la vida.

    Destacó que los inmunizadores prácticamente crean los anticuerpos dentro la persona y, cuando llega el virus, está en condiciones de resistir el embate de la enfermedad.

    Muertos sin vacunas

    En Potosí ya se superó la cifra de 700 muertos por el coronavirus, en las tres olas, de los que muchos eran jóvenes que llegaron a fallecer por no contar con la suficiente cantidad de anticuerpos.

    El director del hospital Daniel Bracamonte, Vladimir Camacho, informó que, durante la tercera ola, se registra jóvenes de entre 20 a 40 años que están perdiendo la vida en el centro covid de la avenida Sevilla.

    Camacho explica que, durante la tercera ola, el proceso de la enfermedad es más corto, la cantidad de muertes es mucho mayor y, lamentablemente, correspondiente a pacientes jóvenes.

    El galeno explicó que del análisis de los datos de defunción se establece que prácticamente los fallecidos son jóvenes que no habían sido vacunados mientras que los mayores ya no están cayendo a terapia intensiva porque se cuidan más y accedieron a las dos dosis de las vacunas.

    En Potosí, el 25 por ciento de la gente ya habría sido vacunada y se espera llegar al 70 por ciento de la misma para conseguir la “inmunidad de rebaño”. Los datos del Sedes hacen referencia que cerca de 140 mil ciudadanos de los 558.954 que corresponde a la población de 18 años hacia arriba ya fueron inmunizados.

    Proceso a los anticovid

    Cada vez es mayor la demanda social de que las autoridades del Sedes o la Gobernación identifiquen a todos aquellos que incitan a no vacunarse porque con ese acto se pone en riesgo la salud y la vida de las personas.

    En el artículo 216 del Código Penal Boliviano se establecen las acciones que constituyen “delitos contra la salud pública”, los cuales están penados con sanciones de 1 a 10 años de reclusión.

    El inciso 9 de ese artículo señala  define como autores del delito de atentado a la salud pública a quien “realizare cualquier otro acto que de una u otra manera afecte la salud de la población”.

    El “sabotaje” al proceso de vacunación estaría considerado como una de las acciones que ponen en riesgo la salud de la gente y los ciudadanos demandan cumplir la ley.

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