Primera mama curaca mayor
Al ser elegida en 2019 como la primera mama curaca mayor de la Nación Originaria Yampara, Marta Vargas rompió los esquemas tradicionales machistas que imperaban en ese pueblo indígena durante siglos. Sin duda, su nombre quedará grabado en los anales de la historia boliviana.
Al ser elegida en 2019 como la primera mama curaca mayor de la Nación Originaria Yampara, Marta Vargas rompió los esquemas tradicionales machistas que imperaban en ese pueblo indígena durante siglos. Sin duda, su nombre quedará grabado en los anales de la historia boliviana.
Yampara es una de las Naciones Originarias del Estado Plurinacional de Bolivia y se encuentra en Chuquisaca.
Tiene su gobierno originario propio conformado por un Consejo de Tata Curacas y Mama Curacas, elegidas en forma de rotación (muyu) en el Jatun Tantakuy.
Su idioma es el quechua, se autogobierna y determina de acuerdo con sus normas y procedimientos propios.
La gestión de Vargas culminó el 21 de junio de 2021, después de dos años de gestión que quedará plasmada en la memoria histórica, por ser la primera mujer en ejercer ese cargo.
Su historia
Martha Vargas Llaveta (30 años) es originaria del ayllu Angola de la marka Tarabuco de la Nación Yampara.
Sus padres son Martín Vargas Guamani y Ricarda Llaveta Vela. Tiene cuatro hermanos. Está casada con Julio Espíritu Manrique y tiene dos hijos de 6 y 8 años.
Salió bachiller; sin embargo, tuvo que acatar un receso forzoso de tres años ya que no había los cursos que le tocaban y faltaban maestros en su escuela.
Posteriormente, estudió la carrera de Sociología en la Universidad San Francisco Xavier. Egresó el año pasado y le falta escoger una modalidad para su titulación.
“Como mujer escogí estudiar sociología por la humillación, discriminación y marginación que hay hacia los pueblos indígenas; para investigar, aprender y aportar. Gracias al apoyo que he recibido de mis padres, mis hermanos, mi esposo, mis compañeras y docentes, he podido salir adelante”, expresa.
Cuenta a ECOS que hace años, cuando era niña, las organizaciones sindicales no aceptaron a las organizaciones originarias y nos los reconocieron como pueblos originarios indígenas.
“Eso me molestó mucho, por eso he seguido con mi formación y después he asumido como autoridad”, manifiesta.
Cultura machista
La discriminación que la mujer sufre en su cultura es una de las acciones que más le incomoda a Vargas porque impera el machismo.
“Yo he descansado tres años en la escuela, desde cuarto básico. Después ya no me querían mandar a estudiar porque hay esa influencia de los abuelos, los tíos y las tías, que dicen que cuando una mujer quiere ir a estudiar a otra parte, está yendo a buscar pareja”, comenta.
Dice que cuando se hizo joven retomó sus estudios con su propio esfuerzo, ya que sus padres, al ser de escasos recursos económicos, solo pudieron darle a ella y sus hermanos su apoyo moral.
“Esas veces a las mujeres nos tomaban en cuenta como servidumbre. Decían que teníamos que saber tejer y cocinar; si no sabíamos ¡Patada! ¡Eso no es posible!”, expresa indignada y añade: “Yo me preguntaba ¿Si el hombre no hace o no cocina, acaso le voy a dar una patada? Entonces ¿Cuál es la diferencia entre un hombre y una mujer?”, examina.
En esa situación, Vargas se inquirió a sí misma ¿Por qué yo tengo que pasar lo que están pasando otras mujeres? Afirma que por eso se animó a seguir estudiando, a capacitarse en los talleres que dictaban diferentes instituciones y Organizaciones No Gubernamentales (ONGs).
Se formó como líder porque siempre escuchó que en la Organización Originaria las mujeres solo eran acompañantes de los hombres: eran las que preparaban la comida y alistaban la ropa del hombre.
“Si nosotras no cambiamos eso y no actuamos como mujeres, nadie lo va hacer. Entonces tenemos que empezar a hacerlo como líderes; no es fácil dirigir, es complicado, pero así se aprende. Hay que animar a las demás mujeres”, declara.
En junio de 2019, Vargas fue elegida como la primera mujer curaca de los siete ayllus de la Nación Originaria Yampara: Qullpa Pampa, Angola, Jatun Rumi, Puka Puka, Miskha Mayu, Thola Mayu y Pisily.
“Me sorprendió ser elegida. Quedo agradecida por mi origen y agradezco la confianza”, manifiesta emocionada.
Explica que, para llegar a ser la máxima autoridad, primero hay que ser curaca en su ayllu. Cuando ejerció como mama curaca mayor, su presencia causó sorpresa en diferentes espacios, locales, departamentales y nacionales, por el cargo que ostentaba siendo mujer.
Buena gestión
Humberto Guarayo, uno de los líderes de la Nación Yampara, manifiesta que, para Vargas, ser la mama curaca mayor ha sido un gran desafío, que pudo cumplir haciendo una buena gestión.
“A un principio tuvo algunas dificultades manejando a los grupos, pero, poco a poco tomó confianza y después he visto que ha desarrollado su liderazgo, manejando a la Nación Yampara”, expresa con satisfacción el profesional.
Guarayo asegura que siempre apoyó para que las mujeres asuman liderazgos y así rompan el machismo que existe culturalmente en los pueblos indígenas.
“El primer paso con la mama Martha ha sido romper el machismo en el ejercicio del cargo orgánico en el que siempre le dan importancia al hombre”, expresa.
Según Guarayo, el informe de gestión que presentó Vargas en el tantakuy de la Nación Yampara se caracterizó por ser tácito y explícito y fue bien recibido por los comunarios.
Una mama curaca mayor cumple una representación política y orgánica ante el Estado y las instituciones y hace acatar los derechos de su pueblo.
Durante la gestión de Vargas se han interpuesto dos acciones constitucionales. La primera fue la Acción Popular, presentada por organizaciones indígenas y de la sociedad civil, contra los decretos 4232 y 4238 sobre los transgénicos, que afectan la producción de la Nación Yampara. Ella fue una de las que firmó ese documento.
Asimismo, el 26 de noviembre de 2020 enviaron una solicitud al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para ser incluido como pueblo indígena en el proyecto de ley de las sub nacionales, pero la petición fue negada a falta de una serie de requisitos exigidos •