Palacete de El Guereo
Imponente, hermoso y delicado, así es el Palacete de El Guereo de estilo ecléctico. El director de la Escuela Taller Sucre, Domingo Izquierdo, sugiere hacer un trabajo de restauración serio para recuperar la autenticidad de esta joya arquitectónica.
Imponente, hermoso y delicado, así es el Palacete de El Guereo de estilo ecléctico. El director de la Escuela Taller Sucre, Domingo Izquierdo, sugiere hacer un trabajo de restauración serio para recuperar la autenticidad de esta joya arquitectónica.
Por determinación del alcalde, Enrique Leaño, esta infraestructura patrimonial categoría A dejó de funcionar como oficinas administrativas del Gobierno municipal de Sucre, para que funcione como un centro cultural y turístico.
El 8 de junio de este año, el secretario municipal de turismo y cultura, Juan José Pacheco, realizó el lanzamiento del recorrido turístico en los predios de la infraestructura patrimonial, con el propósito de ofrecer una nueva alternativa turística cultural en la ciudad.
La compra del inmueble ubicado en la zona de El Guereo fue proyectada por la Alcaldía en 2012 con miras al establecimiento de la Casa de Cultura Iberoamericana.
En noviembre de 2013 recién se completó su adquisición con Bs 14 millones, durante la gestión del alcalde Moisés Torres Chivé. Está situado en la avenida del Ejército, en una superficie de terreno de 8.280 metros cuadrados.
En ese entonces, la Escuela Taller Sucre hizo una inspección y tomó algunas fotografías del estado en el que estaba.
Cabe recordar que, hace casi seis años, el entonces alcalde Iván Arciénega decidió trasladar sus oficinas y otras reparticiones ediles al palacete de El Guereo, indicando que lo hacía para desconcentrar la administración pública, mientras se construía un nuevo edificio municipal.
“Se determinó de manera precipitada hacer una refacción rápida en la que no intervino la Escuela Taller. No actuaron de manera respetuosa: retiraron piezas originales del piso, así como piedras y aplicaron vidrios Blindex en diferentes partes. No hicieron cambios mayores estructurales, pero sí de revestimientos originales”, detalla Izquierdo.
En criterio del experto en restauración y patrimonio, es recomendable hacer un trabajo de restauración con criterios serios que se basan en una serie de teorías de la restauración, para recuperar la autenticidad del edificio.
Asimismo, recomienda la eliminación de algunos añadidos que se fueron colocando con el tiempo, como piezas de vidrio o el garaje, que le quitan perspectiva al edificio.
Por otro lado, aplaude la decisión anunciada de retirar el muro perimetral y colocar una reja sencilla para que se aprecie la belleza del palacete desde afuera, con la debida iluminación artificial para potenciar el atractivo turístico.
Embellecer los jardines
“El edificio está rodeado de jardines estupendos. Habría que hacer un trabajo paisajístico. Cuando fue construido, estaba de moda el modelo de jardín inglés que se usaba en muchas plazas de Sucre, pero también puede ser de estilo parisino”, comenta el arquitecto.
También sugiere embellecer los jardines, volverlos en un vergel con distintas especies, aprovechando los ojos de agua permanentes que hay en el lugar (datan desde tiempos prehispánicos), así como el agradable clima que tiene Sucre, donde, pese al invierno, los jardines permanecen verdes.
Izquierdo explica que es una obra de gran calidad arquitectónica de estilo ecléctico. Posee una torre mirador, que no es muy frecuente en las villas. Piensa que era una exigencia de la familia Argandoña Urioste. Tiene la misma calidad constructiva del castillo de La Glorieta y otros edificios patrimoniales. Está trabajada con ladrillo, cal y piedra, calicanto y revestimiento de solaque que se usaba en ese entonces.
Explica que ya tuvo algunas restauraciones hechas por la familia de Gustavo Urioste, último propietario del edificio antes de que se vendiera a la Alcaldía. “Usaron criterios muy personales, mantuvieron sus características, pero también eliminaron sus vestigios originales”, dice.
El color original es del revoque solaque (en el mismo revoque se ponía el color que era ladrillo). Para averiguar cuáles son los estratos cromáticos originales hay que hacer calas. Ahora el edificio es de color rosado.
Características arquitectónicas
De acuerdo con la publicación “Bolivia Sucre Chuquisaca” Sevilla-Sucre 2012, editada y financiada por el Gobierno Municipal de Sucre, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y la Junta de Andalucía, este edificio residencial fue proyectado a fines del siglo XIX, inicialmente como una casa de hacienda. Se encuentra al sureste del centro histórico de Sucre, en la actual zona del Guereo, donde ocupa la parte central del predio.
La tipología arquitectónica tiene relación con las características de las campiñas francesas. La fachada dirigida al área verde está conformada por dos cuerpos que rematan en entablamento (conjunto de piezas que gravitan inmediatamente sobre las columnas en la arquitectura arquitrabada), techumbre y linterna (elemento en forma de tubo dispuesto como remate sobre una cúpula, que mediante huecos permite la iluminación y la ventilación del espacio interior del edificio).
En el primer cuerpo, el tratamiento de vanos (espacio vacío en construcción) es con arcos de medio punto y los paramentos son decorados con aparejo (forma, estructura o disposición constructiva de un muro) y junta rehundida. Un cornisamento sencillo a nivel del entrepiso recorre perimetralmente el edificio.
En el segundo cuerpo, los bloques laterales se decoraron con pilastras pareadas que enmarcan los balcones cerrados formados por vanos adintelados con molduras, frontoncillos y balaustres.
En el bloque central una hilera de columnas corintias delimita la terraza y sostiene el entablamento que está compuesto por una moldura a manera de arquitrabe sobre el cual se encuentran pequeñas cartelas flanqueadas por molduras en recuadro.
Las cartelas sostienen la cornisa con gárgolas metálicas y el parapeto está decorado con jarrones. La planta con forma de cruz es típica de la influencia europea para este tipo de arquitectura que se emplaza en medio de espacios verdes.
El patio principal al que se accede por un pórtico con columnas cuenta con un mirador de vitrales policromados en el tercer nivel, sobre una torre linterna de planta octogonal.
La delicadeza del proyecto se percibe tanto en los elementos de orden corintio como en la exactitud del trazo ortogonal
Otras referencias
Juan Carlos Daza, técnico de la Dirección de Turismo, explica que esta edificación fue construida en 1872 a los pies de los cerros Sica Sica y Churuquella. A un inicio fue una hacienda de propiedad de la familia de Juan Melgarejo Archete.
Se encuentra al sureste del centro histórico, en la antigua zona de Santa Ana, en el barrio El Guereo, con ingreso desde la avenida del Ejército, que es una de las cuatro vías de entrada y salida de la ciudad.
Posteriormente, en 1897, la familia Argandoña Urioste hizo construir el palacete con el famoso arquitecto suizo italiano Antonio Camponovo, quien también edificó el palacio de La Florida, el Castillo de la Glorieta, el teatro Gran Mariscal y el Banco Nacional de Bolivia, entre otros.
Los terrenos antes llegaban hasta la centralía Tacos (camino hacia el aeropuerto Alcantarí), el inicio de la avenida de las Américas y la avenida Chaco.
El palacete tiene una capilla de estilo renacentista, copia de la capilla Sixtina, donde el Sagrado Corazón es la imagen principal. Cuenta con una torre cuyas gradas de acceso tienen forma de caracol y están trabajadas en madera cero.
La infraestructura está decorada en varios lugares con tréboles de cuatro hojas como adornos. Cuenta con más de diez habitaciones cuyos usos tienen que investigarse.
En el patio externo se observan unos túneles que son para transportar el agua de las vertientes, desde los cerros hasta la propiedad. En los jardines hay pinos cipreses (se dice que uno de ellos tiene más de 450 años de antigüedad), sauces llorones y cedros.
En este centro cultural todos los sábados se desarrollará expresiones culturales de música, danza y canto en vivo. El lugar abre sus puertas al público de martes a domingo, de 9.00 a 15:00. Por ahora, el ingreso es gratuito •