Fuentes y piletas de Potosí

Se requiere elaborar un proyecto de rescate de fuentes y piletas para que estas obras de arte trabajadas en piedra y metal recobren su originalidad y vuelvan a lucir la calidad que tenían en el pasado, como un valor agregado al apreciado Patrimonio Cultural de Potosí. 

Fuente de bronce estilo rococó, ubicada en la plaza 10 de Noviembre.

Fuente de bronce estilo rococó, ubicada en la plaza 10 de Noviembre. Foto: Cristóbal Corso

Fuente de metal antropomorfa, situada en la plaza 10 de Noviembre.

Fuente de metal antropomorfa, situada en la plaza 10 de Noviembre. Foto: Cristóbal Corso

Fuente de piedra instalada en el primer patio de la Casa de Moneda.

Fuente de piedra instalada en el primer patio de la Casa de Moneda. Foto: Cristóbal Corso

Fuente de piedra minimalista emplazada en la plaza Tumusla.

Fuente de piedra minimalista emplazada en la plaza Tumusla. Foto: Cristóbal Corso

Fuente de piedra y bronce zoomorfa, colocada en la plaza España, barrio San Juan.

Fuente de piedra y bronce zoomorfa, colocada en la plaza España, barrio San Juan. Foto: Cristóbal Corso


    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 20/08/2021 02:55

    Se requiere elaborar un proyecto de rescate de fuentes y piletas para que estas obras de arte trabajadas en piedra y metal recobren su originalidad y vuelvan a lucir la calidad que tenían en el pasado, como un valor agregado al apreciado Patrimonio Cultural de Potosí. 

    En la cotidianidad del diario vivir, la mayor parte de la gente tiene bien establecida una ruta de tránsito, entre su hogar y lugar de trabajo. Para algunos esa circulación se puede volver tan rutinaria que, sin darse cuenta, dejan de prestar atención a su entorno. 

    Ya no se fijan en las fachadas de las casas y sus detalles, los balcones, los colores de las puertas, los pisos de loza, de adoquín o de cemento; el diseño de una ventana, así como alguna fuente de agua que permanece por el lugar desde tiempos antiguos.   

    Alguna vez se preguntó ¿cuál es su historia?, ¿qué función cumple?, ¿desde cuándo está ahí? Son interrogantes a las que intentaremos dar una respuesta mediante esta publicación. 

    Un poco de historia 

    Según algunas investigaciones, la palabra piscina proviene del latín piscis que originalmente se utilizaba para designar a los pozos que tenían peces de agua dulce o salada. También se usó para designar los depósitos de agua conectados a los acueductos. 

    Los primeros cristianos utilizaron la palabra piscina para designar a la pila bautismal. También se afirma que el origen de las fuentes está en la Edad Antigua, cuando el agua procedía de fuentes naturales situadas en zonas montañosas.  

    La ciencia ha demostrado que el agua es vital para la existencia de los humanos, los animales, las plantas y todos los seres vivos en general. Sin ella no hay vida. Es por eso que las fuentes de agua siempre ocuparon un lugar importante en las poblaciones.  

    El propósito fundamental era trasladar el líquido vital a las ciudades, purificándolas de impurezas (piscina limaria) mediante acueductos.  

    La piscina limaria era un depósito donde se limpiaba de limos el agua antes de que entrara en el acueducto, evitando así que los sedimentos se quedaran en el tramo alto, más difícil de limpiar. 

    En este sentido, los datos históricos indican que el origen de las fuentes se remonta en la Edad Antigua, periodo en el cual solían situarse en el centro de las plazas, ubicación que también servía como lugar de encuentro de los habitantes de cada ciudad.  

    Esa construcción también servía para dar de beber a los ciudadanos, para saciar la sed del ganado y para uso casero.  

    Su puesta en valor

    Es así que las fuentes cumplían la función básica de suministrar agua, pero de a poco aumentó su importancia y perduraron a lo largo de la historia por su belleza, convirtiéndose en mucho más que un objeto funcional.  

    Pasaron a ser obras de un formidable valor artístico, principalmente durante el Renacimiento, tiempo en el que los artistas competían por diseñarlas.  

    Fue precisamente durante ese movimiento cultural que los españoles llegaron a América y establecieron la Villa Imperial de Potosí, trayendo consigo la costumbre de construir fuentes y piletas. 

    Cristóbal Corso Cruz, escritor, historiador y actual presidente de la Sociedad Geográfica y de Historia Potosí, relata que los conquistadores construyeron las fuentes y piletas durante la colonia y parte del periodo republicano.  

    “Se proveyó a la ciudad del agua almacenada en las lagunas del KariKari, a través de la ‘Caja de Agua’ que está emplazada en el barrio de San Juan, situado en la zona alta de la ciudad. Tenía como función distribuir el agua al resto de las piletas y fuentes que había en la Villa Imperial”, explica a ECOS. 

    Conservación necesaria 

    Actualmente, en la ciudad de Potosí todavía existen varias fuentes y piletas talladas en granito y piedra, donde los maestros canteros y fundidores plasmaron su arte. 

    Así, decenas de fuentes perduraron a lo largo de los siglos, son parte del patrimonio cultural que embellece la ciudad de Potosí. Están presentes en plazas, plazuelas, instituciones y casas particulares.  

    Corso explica que la mayor parte de las casas coloniales aún conservan sus fuentes. Como en el pasado no había agua potable en los domicilios, la dotación del líquido elemento se hacía, necesariamente, mediante pozos abiertos en los patios. 

    Por ejemplo, en el atrio del templo San Benito se conserva una fuente de gran dimensión, tallada en piedra granito. Indica que fue parte de la restauración integral de este repositorio religioso. 

    La plaza 10 de Noviembre también tiene una hermosa fuente tallada en piedra, donde resalta como adorno una garza fundida en metal. 

    Asimismo, en la plazuela 16 de Julio, situada al frente al templo Nuestra Señora de la Merced, se conserva la histórica fuente denominada “Pichincha pila”. Según la tradición oral, esa pileta nunca se secaba, siempre había agua, incluso en tiempos de sequía. 

    También está la fuente de San Bernardo en la plazuela Aniceto Arce o la fuente San Juan Bautista, en la plaza España. Corso afirma que esa obra es muy particular porque ostenta como ornamento leones de bronce fundidos. 

    No se puede dejar de mencionar a la fuente de la Casa Nacional de Moneda, que está instalada en el primer patio, donde el agua cristalina fluye permanentemente y es parte de la decoración de ese magnífico edificio histórico. 

    Corso destaca que hoteles y hostales también cuentan con hermosas fuentes y jardines, como parte de su ornamentación y patrimonio arquitectónico. 

    Fuentes destruidas 

    Según el presidente de la Sociedad Geográfica y de Historia Potosí, la empresa de agua potable de Potosí “tuvo la desacertada política de retirar y destruir muchas fuentes y piletas, con el pretexto de que se estaba malgastando el agua potable”. 

    En la plaza Alonso de Ibáñez, la Alcaldía de Potosí, con la intención de “hacer cambios para mejorar”, trasladó la fuente de su lugar original para instalarla en la plazuela ubicada frente al templo mercedario. 

    Según Corso, “la intervención no fue buena porque se sustituyeron las esculturas originales por otras de fibra de vidrio sintético, incluyendo aguas danzantes que nunca funcionaron de buena manera”. Según el también escritor, se desfiguró la esencia original colonial de esa plaza. 

    Del mismo modo, recuerda que hace pocos años se destruyó una bella fuente de piedra ubicada en la plazuela Emiliano Colque. “Por eso es importante la elaboración y ejecución de un proyecto de rescate de fuentes y piletas”, manifiesta.  

    También cita a la plaza Godínez, ubicada en la calle Millares, que tiene una fuente bastante deteriorada. “Los ladrones robaron la escultura clásica de una musa fundida en metal, que era parte componente de esa hermosa fuente de agua”, protesta •

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