Messi et les millions
París tiene su Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el museo del Louvre... y a Leo Messi: el chico de Rosario, convertido en emblema del FC Barcelona, ha comenzado escribir un nuevo capítulo de su leyenda, esta vez en francés y en las filas del París SG.
París tiene su Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el museo del Louvre... y a Leo Messi: el chico de Rosario, convertido en emblema del FC Barcelona, ha comenzado escribir un nuevo capítulo de su leyenda, esta vez en francés y en las filas del París SG.
El avión que lo llevó a París despegó de Barcelona el martes, en el momento en que era retirada la imagen gigante del argentino en el Camp Nou.
Para Messi y para el Barça es el final de un matrimonio de 21 años. El jugador se despidió el domingo en un conferencia de prensa que comenzó con lágrimas, en la que recordó que sus tres hijos eran tan catalanes como argentinos.
Mientras que su ídolo Diego Maradona lo era todo tanto en Nápoles como en Buenos Aires, Messi era antes que todo un ícono azulgrana, mucho más que albiceleste.
Si con el FC Barcelona conquistó 35 títulos, su primer título con Argentina, la Copa América-2021, no llegó hasta sus 34 años... Y durante mucho tiempo estuvo asociado a los fracasos de la selección, especialmente en la final del Mundial-2014.
Messi hizo crecer al Barça al mismo tiempo que se volvía inmenso. Tanto que el pequeño atacante ganador de seis Balones de Oro, al que muchos consideran el mejor de la historia, se hizo demasiado grande para una institución muy endeudada, incapaz de asumir el salario de la estrella planetaria, a pesar de que él afirmó que había aceptado rebajarlo a la mitad.
"El matrimonio de Messi con el Barça dio mucho a los dos (al club y al jugador), mucha alegría a nuestros aficionados", reconocía el año pasado el director deportivo culé Ramon Planes. "Hay que tener un respeto enorme por lo que es Messi y por su historia".
Quizá sólo el neerlandés Johan Cruyff, otro Balón de Oro, acumuló un aura planetaria parecida así como una vinculación con Cataluña. Pero antes de regresar al Camp Nou como técnico de éxito, el neerlandés tampoco acabó su carrera de jugador con la elástica azulgrana.
"Será difícil verlo con otra camiseta que no sea la del Barça, pero a veces se dan estas circunstancias", admitió en una entrevista a la AFP su antiguo compañero Andrés Iniesta.
A sus 34 años, Messi quizá ya no posee la chispa que le hacía gambetear rivales como si fuesen conos por las canchas de España y Europa, como en su antológico eslalon contra el Getafe el 18 de abril de 2007, elegido hace dos años por los socios como el gol más hermoso de la historia del club.
Pero el argentino sigue siendo una máquina de jugar, marcar y establecer récords, además de una atracción para turistas en la ciudad.
Valor futbolístico
Es, con diferencia, el máximo goleador de la historia del Barça (672 goles en 778 partidos), de LaLiga, el máximo goleador en el fútbol profesional en un año natural (91 en 2012) o el jugador más laureado con el Barça, donde levantó cuatro Ligas de Campeones (2006, 2009, 2011, 2015).
Messi atesora asimismo seis Balones de Oro, más que Cristiano Ronaldo (5), Cruyff, Michel Platini o Marco Van Basten (3).
Pero más allá de las cifras, el argentino deja un recuerdo imborrable en el aficionado culé, sobre todo por sus actuaciones en los clásicos contra el Real Madrid, desde su triplete en 2007 a aquel 6-2 en el Bernabéu en 2009, pasando por la 'manita' (5-0) lograda un año después en el Camp Nou.
Y es que el Barcelona se ha sustentado en gran medida en el prodigio llegado en 2000, profesional desde 2004, aun cuando fue rodeado de inmensos jugadores como Samuel Eto'o, Luis Suárez, Xavi, Andrés Iniesta o Neymar.
A lo largo de los años, el Barça, que se autodefine como "más que un club", quedó ensombrecido por este delantero convertido en "más que un jugador". Algo que ya tiene nombre en Barcelona: la 'Messidependencia'.
Cuando el planeta fútbol descubrió a Messi, se emocionó por el destino de un chico que abandonó Rosario para encontrar en el Barça un club que financiase su tratamiento médico para solucionar sus problemas de crecimiento.
Y esa imagen apenas ha cambiado a pesar de su condena a 21 meses de prisión (que no tuvo que cumplir) y la multa de 2,1 millones de euros en 2017 por fraude fiscal, semanas antes de su boda con Antonella, su novia de toda la vida, madre de sus tres hijos (Thiago, Mateo y Ciro).
Con residencia en la localidad de Castelldefels, a las afueras de Barcelona, Messi parecía haber encontrado un equilibrio familiar y profesional en Cataluña, pero ahora será con otra elástica como tratará de prolongar su leyenda. En París su reto es dar a su nuevo empleador su primera Liga de Campeones, que sería la quinta para él.
Valor económico
Incluso antes de haber firmado por el PSG, el atacante había hecho humear las calculadoras.
Con un salario evaluado por la prensa francesa en unos 40 millones de euros netos por año (47 millones de dólares), Messi se movería en los mismos niveles que Neymar (36 millones de euros; 42 millones de dólares). El brasileño era hasta el momento el futbolista mejor pagado de la historia en Francia.
A escala global no hay muchos a la altura del argentino: la revista especializada Forbes le sitúa segundo entre los deportistas mejor pagados en 2021, por detrás de la estrella de MMA Conor McGregor.
La 'Pulga' con ingresos de gigante (110 millones de euros en total), patrocinada por Pepsi y Adidas, supera a Cristiano Ronaldo, LeBron James o Roger Federer.
"Estamos en otro planeta, es estratosférico", la llegada de Messi es "un evento que solo ha pasado una o dos veces en el fútbol, con Maradona cuando firmó por el Nápoles o cuando Zidane fue al Real Madrid", dijo Virgile Caillet, delegado general de Union Sport et Cycle.
Aunque ya tenía un vestuario lleno de estrellas, el PSG dobló la apuesta e hizo hueco al astro argentino, encontrando la solución de una difícil ecuación financiera •
Política de superestrellas
¿Qué hizo el PSG para fichar a Messi?
La clave se encontraba en el bolsillo del rico propietario catarí QSI (Qatar Sports Investments), lo suficientemente sólido para compensar los cientos de millones de euros en pérdidas provocadas por la pandemia de la covid-19 (125 millones de euros solo para la temporada 2019-2020).
Pero este fichaje también es posible por el cambio en las reglas del 'fair play' financiero, que prohibía a los clubes europeos gastar más de lo que ganan.
"Eso deja más margen que antes", analiza Christophe Lepetit, responsable de estudios económicos del Centro de Derecho y de Economía del Deporte (CDES, por sus siglas en francés) de Limoges.
Messi también es la promesa de "desarrollar nuevos horizontes de marketing. Encaja perfectamente en la estrategia del PSG", agrega el experto.
"Messi es un seguro. Desde que lo contratas tienes un número de ingresos adicionales casi automático: productos derivados, boletería, patrocinios. Es infalible", apunta Virgile Caillet.
A diferencia de Neymar y Kylian Mbappé, fichados por más de 400 millones de euros (470 millones de dólares) en el verano (boreal) de 2017, el PSG no ha tenido que pagar nada al FC Barcelona: el jugador tiene la carta de libertad.
"Para la amortización solo cuenta el salario, es mucho más asequible", añade Caillet.
Llegado en 2011, QSI apostó por la fama de las estrellas, a las que paga a precio de oro, para aumentar la potencia de su marca, de David Beckham a Mbappé, pasando por Zlatan Ibrahimovic y Neymar.
Peso pesado
En la actualidad, el club parisino, que se jacta de ser el de la nueva generación, forma parte de los 50 equipos deportivos más valorados del mundo, según Forbes. Real Madrid, Barça, Bayern de Múnich o Manchester City están por delante.
Messi puede cambiar las cosas. Caillet calcula que el argentino podría lograr que vendan de "200 a 300.000 remeras más".
"Puede resultar paradójico por su edad (34 años), pero Messi representa el futuro del PSG, tanto económico como deportivo", prosigue el experto. "Su llegada juntaría tres marcas icónicas: París, Jordan (proveedor del PSG, marca subsidiaria de Nike) y Messi".
El fichaje del argentino también sería una buena noticia para el fútbol francés, que ha atravesado meses malos entre los estadios vacíos y los derechos de televisión renegociados a la baja.
Messi podría dar esperanzas sobre un aumento de los derechos de televisión internacionales (unos 80 millones de euros por año), donde la Ligue 1 está muy por detrás de sus rivales extranjeros.
El fin de un romance
¿Se puede imaginar Barcelona sin su Sagrada Familia, sus Ramblas, su parque Güell... y sin su Leo Messi? Llegado a los 13 años, el delantero argentino parecía destinado a terminar su carrera en Cataluña, donde se convirtió en leyenda. Pero ahora el genio se expresará en otro lugar, quizá en París.
Su conferencia de prensa de despedida de hace una semana estuvo regada con lágrimas. Después la 'Pulga', niño de Rosario, en Argentina, contó su llegada en la adolescencia, recordó que pasó más de la mitad de su vida junto al Mediterráneo y explicó que sus hijos eran tanto catalanes como argentinos.
Mientras que su ídolo Diego Maradona lo era todo tanto en Nápoles como en Buenos Aires, Messi era antes que todo un ícono azulgrana, mucho más que albiceleste.
Mientras que con el FC Barcelona conquistó 35 títulos, su primer título con Argentina, la Copa América-2021, no llegó hasta sus 34 años... Y durante mucho tiempo estuvo asociado a los fracasos de la selección, especialmente en la final del Mundial-2014.
Messi hizo crecer al Barça al mismo tiempo que se volvía inmenso. Tanto que el pequeño atacante ganador de seis Balones de Oro, al que muchos consideran el mejor de la historia, se hizo demasiado grande para una institución muy endeudada, incapaz de asumir el salario de la estrella planetaria, a pesar de que él afirmó que había aceptado rebajarlo a la mitad.
"Me toca despedirme, llevo toda mi vida aquí. Después de 21 años, me voy con mi mujer, con tres catalanes argentinos y no puedo estar más orgulloso de todo lo que hice en esta ciudad. Pasados los años, voy a volver. Esta es nuestra casa. Y se lo prometí a mis hijos también", recalcó un Messi que habría quedado despedirse de otra manera. "Extrañé mucho no poder jugar con gente en el campo, tenerlos cerca, su aliento, festejarlo con ellos, una ovación que coreen mi nombre. Me hubiera imaginado un estadio lleno, estando cerca de la gente y pudiéndome despedir de ellos bien. Se dio así, y quiero agradecerles el cariño de todos estos años. Ojalá pueda volver en algún momento, de alguna forma, para aportar algo para que este club siga siendo el mejor del mundo", insistió.
"El matrimonio de Messi con el Barça dio mucho a los dos (al club y al jugador), mucha alegría a nuestros aficionados", reconocía el año pasado el director deportivo culé Ramon Planes. "Hay que tener un respeto enorme por lo que es Messi y por su historia".