Las pilas de Sucre
Una fuente de agua brinda tranquilidad, el cantar de la fuente relaja y su circulación hace que los ambientes de lugares públicos y privados se purifiquen. En las plazas, esos elementos embellecen el lugar y brindan frescura.
Una fuente de agua brinda tranquilidad, el cantar de la fuente relaja y su circulación hace que los ambientes de lugares públicos y privados se purifiquen. En las plazas, esos elementos embellecen el lugar y brindan frescura.
La colonización española trajo consigo diferentes estilos arquitectónicos, como la fuente de agua en el patio central de una casa; empero, esa influencia fue heredada de otras culturas ya que los conquistadores también sufrieron invasiones en su tierra.
En Sucre hay varias fuentes de agua emblemáticas que, con el transcurso de los años, sufrieron varios cambios cuando fueron “restauradas”: se les añadió varios elementos que incluso no van con su entorno.
El historiador sucrense Iván Gutiérrez Achá manifiesta que se podría revertir los daños ocasionados a esas piezas históricas, tratando de devolverles su aspecto original, utilizando fotografías originales para ver los detalles.
Fuentes, piletas y pilones
Gutiérrez, explica que existen diferencias entre las palabras fuentes, piletas y pilones. Las fuentes son receptáculos de agua que generalmente están labrados en piedra. Son elementos decorativos de plazas, plazuelas y patios de inmuebles públicos y privados.
Pueden ser circulares, octogonales y de otras formas, que se ubican en la parte central de un patio. Dentro de la fuente puede haber una columna decorada con platos en distintos niveles o estatuaria bella, de ahí emerge el agua.
También pueden prescindir de la columna central y tener a un costado una estatua o un grifo que alimente con agua al receptáculo.
En cambio la pileta es un contenedor de agua más pequeño, también es de piedra y normalmente está adosado a un muro.
Mientras que el pilón es un receptáculo grande, que generalmente está en huertas; sus aguas se reutilizan para regar sembradíos y plantas. También se usa como lavadero y bebedero de animales •
La Peregrina
Es la fuente más antigua de Sucre. Fue esculpida en el siglo XVI por un español de apellido Oviedo. Estuvo en varios lugares hasta llegar a la plaza Pedro Anzúrez (zona de La Recoleta), donde se encuentra ahora.
En un principio estaba en la Plaza de Armas, ahora llamada 25 de Mayo. Estuvo ahí hasta 1909. Cuando se conmemoró el centenario del 25 de Mayo de 1809 se decidió colocar un monumento en honor al mariscal José Antonio de Sucre, que inicialmente debió estar frente al Palacio Legislativo, pero se reconsideró la idea y se determinó ubicarlo en la parte central de la Plaza de Armas, por ser el lugar más adecuado.
Entonces, se desató un gran debate entre los grupos de “pilistas” y “no pilistas” porque, para tal efecto, se la tenía que retirar de la plaza principal. Finalmente, después de acaloradas reuniones se decidió emplazar el monumento en el lugar de la fuente.
Como se aproximaba el 25 de Mayo, se la desmontó en partes para instalar el pedestal de la estatua que llegó de Europa (la pieza fue encargada al escultor francés Emmanuel Fontaine). Los contrarios a esa idea amenazaron con levantar al pueblo porque la fuente alimentaba con agua a la zona central de la ciudad, pero no hubo altercados.
Así, el receptáculo de agua se trasladó al Paseo del Prado frente a lo que hoy es la Corte Suprema. Posteriormente, se la reubicó a un costado del Rosedal (en el mismo Prado) y años después se la llevó a La Recoleta, donde permanece.
Plaza 25 de Mayo
La fuente del Parque Bolívar, conocida como de Las Musas, se llama “Elena”, ese es su nombre original en honor a Elena Fuente Seca viuda de Sainz. Cuando el parque cobró un aire afrancesado, la familia Saiz donó la fuente que estaba en una de sus haciendas, fue para el Centenario de la República que se celebró en 1925.
Siguiendo esa influencia, la Plaza de Armas de Sucre entró en la categoría de parque. Las cuatro fuentes laterales que tenía originalmente estaban adornadas con piedra rojiza horadada proveniente del cerro Churuquella (piedra con características peculiares que fue utilizada para embellecer el ornato público). Tenían bases de piedra en forma de trípode y encima estaban los receptáculos de bronce, con delfines y serafines. “Hace unas décadas hicieron una remodelación de la plaza 25 de Mayo y, lastimosamente, no sé con qué criterio, retiraron la estructura original con las piedras del cerro Churuquella y transformaron las fuentes, aumentando su altura” detalla el historiador.
“La restauración no muestra todas las piezas originales. Ya no están los delfines, los serafines están pintados y el bronce no se pinta. Eso hace pensar que no son los originales”, interpreta.
Fuente de los Cisnes
La Fuente de los Cisnes estaba justo al frente del castillo de La Glorieta, donde ahora está el Liceo Militar “Teniente Edmundo Andrade”, flanqueada por figuras ecuestres de los príncipes de La Glorieta. Tenía varios elementos decorativos, como serafines en la parte central, cisnes en el contorno y tortugas.
“Todo el conjunto debió ser uno de los atractivos más lindos del castillo. Ahora solo queda la estructura central mínima de la fuente, todo lo demás desapareció”, evoca el historiador.
Fuente del Inisterio
Desde tiempos antiguos, según la tradición oral, se decía que las aguas de la fuente del Inisterio (que provenían de una vertiente natural), dotaban de cierto grado de inteligencia a quienes la bebían. Por eso, muchos estudiantes de la Universidad San Francisco Xavier ingerían el líquido elemento, que contenía fósforo.
La fuente original tenía cuatro serpientes de piedra. Cuando se hizo el mantenimiento y remodelación de la plazuela, solo instalaron tres serpientes en la fuente y, al parecer, no son las mismas. La diferencia se nota al comparar con fotos antiguas.
“El agua tampoco es la misma. Fue desviada y tiene otro tipo de instalación. Lastimosamente, en varias ocasiones la fuente sufrió actos vandálicos, destrozaron el plato de la columna central. Habría que dar más importancia a esta fuente histórica”, sugiere Gutiérrez.
Cementerio General de Sucre
En el pasado, en lo que hoy es la plazuela Jaime de Zudáñez, se encontraba una fuente de gran tamaño trabajada en piedra que posteriormente fue trasladada al Cementerio General de Sucre.
“Muchas personas se confunden con los datos y aseguran que La Peregrina también estuvo en el cementerio y en la plazuela Zudáñez. No fue así, nunca pasó. Esa monumental fuente es uno de los adornos más lindos que tienen los jardines del emblemático camposanto”, comenta el estudioso.
Fuente de Las Musas
La fuente del Parque Bolívar, conocida como de Las Musas, se llama “Elena”, ese es su nombre original en honor a Elena Fuente Seca viuda de Sainz. Cuando el parque cobró un aire afrancesado, la familia Saiz donó la fuente que estaba en una de sus haciendas, fue para el Centenario de la República que se celebró en 1925.
Todo el contorno de la fuente tiene mármol Verona. La parte central se divide en tres cuerpos y cada una tiene un plato. En el primer cuerpo hay cuatro rostros de seres mitológicos, entre el segundo y tercero hay un niño que sostiene la parte superior y a los costados están dos bellas musas traídas desde Europa.
Museo Charcas
Hace muchos años, una fuente de piedra arenisca procedente del cerro Churuquella estaba emplazada en el patio de tubérculos del Mercado Central, donde las carniceras afilaban sus cuchillos.
Para frenar el daño se trasladó la fuente al patio lateral del museo Colonial Charcas (donde permanece hasta ahora), que antiguamente fue la casa de la familia Molina Achá. El desgaste originado por el afilado de cuchillos es notorio.