Colquechaca: San Miguel de Aullagas

Los descubrimientos de vetas de plata de las minas de “San Bartolomé” y “La Gallofa” dieron origen a Colquechaca como pueblo. Las primeras casas de la población fueron edificadas en la región de Cruz Pata; es decir, en las proximidades de la bocamina de San Miguel, hasta que en poco tiempo fueron delineándose las calles y Colquechaca, por su importancia minera, comercial y poblacional, llego a tener, fuera de ser capital de la provincia Chayanta, el rango de ciudad por ley de la república. .

Se cuenta que, de dicho mineral, como era de buena cotización y preciado, los mineros habían optado realizar toda clase de artimañas, pero los serenos siempre los encontraban por lo cual y por la codicia de tan rico mineral, los mineros, para no ser vencidos, prepararon algo así como supositorios y se introducían en su ano. El robo del metal se reprimía mediante ejercicios gimnásticos que se hacía practicar a los mineros a la salida del socavón, en la barra, totalmente desnudos pues se descubrió que se hurtaba el metal en embutidos en tripa de llama o de cerdo que introducían en el ano, con un peso aproximado de siete libras de plata en polvo. Al hacer contorsión en la barra, saltaba la tripa del trasero. De ahí el apodo de “Colquechaqueños siqui maquinas siete libras”.  según don Rene Quintana, llegaban “al punto que para el carnaval los patrones bajaban al pueblo portando guirnaldas de plata en sus cuellos”. 

Por influjo de las minas de plata, las grandes casas comerciales florecieron y se multiplicaron en el pueblo, donde circulaba la libra esterlina. Estos negocios eran importadores de ultramar. En Colquechaca circularon los primeros periódicos obreros de Bolivia. Se importaba cerveza alemana de la región de Baviera; el champán francés, el vino de Portugal; el industrial minero vestía casimir inglés y las damas lucían la ropa francesa impuesta por la moda de aquellos tiempos. La fiebre de plata, genero grandes amores y crímenes, como se puede encontrar en los archivos de la Casa de Justicia de Colquechaca.

El nombre de Colquechaca, el pueblo que forjó la plata, deriva de Culqui chaca. la palabra aymara y quechua que quiere decir “Puente de Plata”. Se le puso este nombre porque ha sido edificada sobre ricos filones argentíferos, fue uno de los centros mineros que contribuyó a la producción de la Plata en el Perú y en el Alto Perú eran los centros más importantes de la época junto a las minas de Porco y Potosí, que jugaron un papel determinante para dar el inicio de la Revolución Industrial en Inglaterra. Colquechaca, antes de su creación y cuando las famosas boyas, habían contado con 40.000 habitantes.

Si bien su origen se remonta a la colonia, al ser asiento minero —y por ello carente de acta de fundación—, el pueblo de Colquechaca fue creado por decreto supremo del 9 de febrero de 1877, cuando la presidencia de Hilarión Daza. La provincia Chayanta fue creada por la Ley del 3-IX-1880. Más tarde, la ley de 30 de noviembre de 1882 erige a Colquechaca como capital de la provincia Chayanta. Posteriormente, por el crecimiento poblacional y por la importancia económica de la región, Colquechaca es elevada a rango de ciudad por ley de 5 de diciembre de 1.906, bajo la presidencia de Ismael Montes.

Cada casa contaba con un pozo de agua potable y un sótano para concentrar minerales de plata. Los sótanos están convertidos en depósitos, pero los aljibes de los pozos ya no se usan. La importancia de esta población queda patentada debido a que la riqueza de Colquechaca atrajo a los hombres más célebres de aquellos tiempos. Al hacer un recuento por los nombres de los personajes históricos que transitaron por sus callejuelas de piedra, ávidos de fortuna y en distintas épocas; entre ellos, figuras de la política nacional como Tomas Frías, Hilarión Daza, Agustín Morales, José Manuel Pando, Aniceto Arce, Gregorio Pacheco e Hilarión Daza (fueron presidentes del país). Y empresarios como Francisco Argandoña (príncipe de La Glorieta) y Simón I. Patiño.

 

 

Templo de San Miguel Arcángel

Se empleó año y medio en el acabado del templo, luego se consiguió un sagrario de madera y, finalmente, la talla mayor del arcángel San Miguel, que fue trasladada desde Lima, para luego ser consagrado el templo con el nombre de este príncipe celestial; momento desde el cual el pueblo de Aullagas tomó la denominación de “San Miguel de Aullagas”, hecho ocurrido el año de 1556.

Actualmente, está ciudadela se halla en ruinas junto a su sagrado templo que fue destruyéndose de a poco y llevado a la capital provincial de Colquechaca. La imagen religiosa de San Miguel Arcángel permanece allí con la devoción ofrecida por los colquechaqueños. Hasta la década de los 70, el templo se conservaba intacto. A pesar de que Aullagas era una población fantasma. Acuden hasta esa iglesia pobladores de los ayllus Macha y Pocoata para cada festividad principal de San Miguel. Cuenta la historia oral que, en esa época, el templo fue incendiado, con lo que se dio un golpe fatal a esa población pues nadie más volvió a habitarla.

La fiesta de San Miguel 

En el pasado, Aullagas fue un famoso santuario donde cada 29 de septiembre de cada año se veneraba con solemnidad a San Miguel arcángel que es considerado patrono de los mineros.

El espacio situado al extremo norte de la ciudad de piedra, Aullagas, es el lugar de ceremonia del tinku diablo. Este espacio estaba destinado a que los bailarines se disfracen en dicho lugar para cualquier festividad de la región.

Es importante aludir que se hacía previa ceremonia junto con el párroco; posteriormente procedían al respectivo incienso a las vestimentas de los bailarines, luego de aquello, los bailarines se vestían inmediatamente para luego proseguir con el baile de tinku, de igual manera, al término de cada fiesta patronal u otro acontecimiento, cada bailarín llegaba al mismo lugar denominado cancha diablo para desvestirse y hacer la misma ceremonia para dejar de bailar. Es como pedir permiso para usar dicho traje.

Luego se hace una pausa hasta la próxima fiesta patronal más importante, para el señor arcángel de San Miguel de Aullagas. Cabe rescatar también que estos bailarines iban a bailar en Fanacachi (provincia Bustillo), Virgen de Surumi, Santuario de Chairapata junto con los Llojmas que quiere decir “cuando la granizada viene con fuerza y tormentas”. Son lugares donde comparten.

La ibéricos y nativos de la región, como ser las ceremonias religiosas en el contorno de la población como es la procesión del santo, las ch’allas correspondientes en las wacas y que se lo conoce como capillas, el preparado de los altares, los cargamentos y los arcos de plata como símbolo de poderío de la región. Esto lo hacían para poseer dinero. Le decían “mi abonador”. 

Descripción iconográfica de San Miguel arcángel

El nombre significa “Quién como Dios”. Es príncipe de los ángeles, vencedor de lucifer, protector de la iglesia invocado en las tentaciones e invocado a la hora de la muerte. Durante el siglo XIV comienzan a vestirle traje de guerrero con armadura y alas. Sus atributos personales son: un largo palo que termina en cruz, una lanza, espada, las balanzas, y uno o más diablos. En un principio, el arcángel se ocupa en pesar las almas (que se ven en forma humana dentro del platillo de las balanzas) antes de llevarlas al cielo, mientras el demonio intenta variar el peso para arrebatárselas. 

La fiesta de San Miguel es de gran relevancia por ser santo patrón de Aullagas. Se remonta al siglo XVI con la llegada de los españoles, identificado como el patrono del bien contra del mal, a partir de ello, los aullagueños rinden y hacen la petición al arcángel San Miguel y a través del tiempo fue creciendo con diversas costumbres entremezcladas •

 

 

(*) Shirley Cruz es socia postulante de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí..