Un mueble llamado bargueño
Muebles personales exquisitamente fabricados por ebanistas famosos surgen y se expanden a lo largo y ancho de las urbes que alcanzaron el auge económico, fruto de la conquista expansionista
Muebles personales exquisitamente fabricados por ebanistas famosos surgen y se expanden a lo largo y ancho de las urbes que alcanzaron el auge económico, fruto de la conquista expansionista, utilizando decoraciones con diversos matices mitológicos, lacados y taraceados con hueso y marfil, variedad de gavetas e infinidad de cajones que guardaban objetos valiosos que evidencian la máxima expresión en el arte del mueble.
Estos muebles que al principio eran muebles de campaña de batalla que iban llenos de documentos y dinero se trasladaban a lomo de mula a manera de maletas de la época.
De su origen
Aunque existe gran controversia con respecto a los orígenes del bargueño, probablemente lo introdujeron los árabes durante la ocupación de la península ibérica, como también puede ser de origen chino, que ganaron fama y popularidad debido a la intensa práctica en el comercio de ultramar.
Los ejemplares más antiguos se encontraron en Cataluña alrededor del siglo XV, como arquillas de novia que contenían sus joyas, dinero o cartas de pago, por lo que la historiografía sitúa su origen en España.
Fue durante el siglo de oro español cuando el bargueño se instauró como elemento decorativo esencial de los hogares españoles más pudientes viviendo su época de máximo esplendor en los siglos XVI y XVII. Este mueble que hace las veces de escritorio secretero, por el sistema de cajonería estratégicamente ubicado y finamente decorado, dotan aún de elegancia en todo el mundo como la delicia de anticuarios de antaño, artesanía convertida en arte.
De estilo mudéjares, renacentistas, barrocos o con influencia del romanticismo, muy pronto los bargueños empezaron a formar parte del mobiliario más exquisito de las mansiones que el nuevo imperio planetario español tenía repartidos por Europa y américa.
Dependiendo del uso se le daba diferente nombre como cabinet, arquilla, escritorio papelero, contador, arquimesa o finalmente mueble secreter. Se caracterizan por su sistema de pasadores que abre y cierra puertas o tapas principales y pequeños cajones que apenas se pueden ver.
Del nombre
Si bien el término bargueño se utilizó por primera vez en 1872, cuando el catalogador de objetos artísticos españoles Juan Facundo Riaño, del Museo Nacional de Arte Decorativo VICTORIA and ALBERT, ubica uno del siglo XV trabajado por el ebanista toledano Vargas.
Monarcas como Felipe II y Felipe III decoraban sus palacios con este tipo de muebles, los cuales estaban también sujetos a los movimientos artísticos intelectuales de la época, lo que supuso una revolución en su diseño con la llegada del barroco.
Sobre arte e historia son inseparables los artesanos más destacados, creadores y reproductores de bargueños.
Una hipótesis centra la localización de su origen en Toledo, a pocos kilómetros de la capital, en la alquería de Bargas, en la misma zona. Es atribuido a las manos artesanales de un ebanista toledano de apellido Vargas y de ahí aparezca el nombre de Bargueño con B o V indistintamente.
La opulencia que dio la riqueza argentífera de Potosí produjo un insospechado movimiento social, económico, artístico y religioso y con ello la búsqueda de una vida confortable de los ambiciosos foráneos en estas tierras prósperas y, como consecuencia, la expansión del comercio de ultramar posibilitó la introducción de éste y una infinidad de enseres domésticos y personales que muy pronto los indígenas reprodujeron mejorando y diversificando sus diseños con su propia expresión artística artesanal.
El museo de la Casa Nacional de Moneda conserva algunas de estas reliquias antiguas como muestra de que en Potosí se vivió también la denominada época de oro.
En la sección de muebles se encuentra algunos de estos bargueños extraordinariamente diseñados, de importación europea sin duda y algunos ya tardíos con aporte sincrético de elementos mitológicos propios de estas regiones, en muchos casos taraceados con piedras preciosas, semipreciosas a las que se añade enchapes de plata. Estos muebles en Potosí se catalogaron como bargueños secreteros •