Así es San Cristóbal
¿Se vende o no se vende? Ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Desde que el mismísimo presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Luis Fernando Barbery Paz
¿Se vende o no se vende? Ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Desde que el mismísimo presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Luis Fernando Barbery Paz, anunciara que un consorcio de empresarios cruceños y potosinos estaban comprando la totalidad de las acciones de la Minera San Cristóbal (MSC), la empresa ha dejado en claro solo una cosa: no se estaba vendiendo, en ese momento.
El último comunicado oficial que fue colgado en el cibersitio de MSC es breve y lacónico: “Aunque algunos medios informaron que Sumitomo Corporation vendería sus participaciones en MSC, esto no ha sido anunciado por Sumitomo Corporation y no se ha tomado ninguna decisión”. Nada de lo que dice es estas escasas líneas es discutible: la venta no fue anunciada por la transnacional japonesa y, por lo menos hasta el cierre de edición de esta revista —el miércoles—, no se había tomado una decisión al respecto.
Lo que no se dice ni desmiente es que hay negociaciones. Las consultas que periodistas como Tuffí Aré y Juan Carlos Rocha hicieron con los altos niveles ejecutivos de la empresa en Bolivia revelaron que “hay algo” porque incluso Barbery visitó la planta recientemente, unas instalaciones de alta seguridad a las que es difícil entrar.
Entonces, hay negociaciones y, por alguna razón comercial, tal vez algún juego de especulación financiera, Barbery y su supuesto socio en aquellas, el industrial minero potosino Orlando Careaga Alurralde, decidieron comunicar lo que estaba pasando, aunque la MSC les haya desmentido —a medias— enseguida. Y la verdad es que consiguieron mucho: tanto sectores empresariales como laborales saludaron la posible venta porque, si se efectiva en los términos anunciados, las utilidades de la empresa se quedarían en Bolivia.
¿Qué es San Cristóbal?
La propia empresa lo dice en su cibersitio: “el principal emprendimiento minero de Bolivia” y las cifras lo confirman., El no gubernamental Instituto Boliviano de Comercio Exterior reportó que, hasta julio de 2021, la minería es el principal rubro de exportaciones en Bolivia, con un 52 por ciento que está muy lejos del 22 por ciento que les corresponde a los hidrocarburos. En aquel porcentaje, la Minera San Cristóbal ocupa un primer lugar que también le sitúa a gran distancia de su inmediato seguidor, el proyecto San Vicente. Es, por tanto, la empresa que paga el mayor volumen de impuestos y regalías.
Trabaja en San Cristóbal, provincia Nor Lípez del Departamento de Potosí, en el mismo yacimiento que los españoles no pudieron explotar adecuadamente en los siglos XVI y XVII porque no tenían la tecnología para trabajar a tajo abierto, como la que desarrolla MSC.
De aquellos tiempos queda un templo de piedra y el recuerdo del padre Álvaro Alonso Barba, el que escribió “El Arte de los Metales”, que todavía tiene vigencia, precisamente como resultado de su paso y permanencia en aquel alejado lugar.
A fines del siglo XX, cuando las reservas de plata de San Cristóbal fueron confirmadas, la trasnacional Apex Silver Mines negoció con el gobierno boliviano y la propia gente de San Cristóbal para un emprendimiento que parecía imposible: trasladar todo el pueblo, incluido u templo colonial, 17 kilómetros más allá, porque el yacimiento estaba debajo. El traslado fue, literalmente, pedazo por pedazo, como lo exigen las normas de preservación, y se hizo. Después, Apex Silver Mines vendió la empresa, cuyo valor se había disparado en la bolsa, a la japonesa Sumitomo, que la mantiene —o la mantenía, hasta el miércoles— bajo estrictas normas de calidad, en todo… hasta en la redacción de comunicados que no dicen sí, ni no, sino todo lo contrario. •