Maravilla de la naturaleza

Espectacular, enorme y frondoso. Tiene unos 30 metros de alto, un tronco con un diámetro de unos 20 metros de ancho y raíces de unos 15 metros de largo; así es el gomero tricentenario que está en la comunidad Zamora del municipio de Aiquile, Cochabamba. 

Maravilla de la naturaleza

Maravilla de la naturaleza Foto: Ignacio Duarte

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Maravilla de la naturaleza Foto: Ignacio Duarte

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Maravilla de la naturaleza Foto: Ignacio Duarte

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Maravilla de la naturaleza Foto: Ignacio Duarte

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Maravilla de la naturaleza Foto: Ignacio Duarte

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Maravilla de la naturaleza Foto: Ignacio Duarte

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Maravilla de la naturaleza Foto: Ignacio Duarte


    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 22/11/2021 21:09

    Espectacular, enorme y frondoso. Tiene unos 30 metros de alto, un tronco con un diámetro de unos 20 metros de ancho y raíces de unos 15 metros de largo; así es el gomero tricentenario que está en la comunidad Zamora del municipio de Aiquile, Cochabamba. 

    Esta maravilla natural es un Ficus elástica, comúnmente conocido como árbol del caucho o gomero. Es una especie perennifolia del género Ficus, nativa del nordeste de India (Assam), oeste de Indonesia (Sumatra y Java).  

    Fue introducida en Europa en 1815 como planta de interior y de ahí, con el tiempo, se introdujo en gran parte del mundo. 

    De acuerdo con la bibliografía existente sobre esta especie de árbol, en el mundo se ha encontrado ejemplares de más de 200 años, pero cultivados en maceta, y en interior es raro que vivan más de diez. 

    Cómo llegar 

    El singular ejemplar del que hablamos en esta edición se ubica a 105 kilómetros de Sucre, en el camino asfaltado hacia Cochabamba.  

    Está entre la comunidad Zamora, a seis kilómetros antes de llegar a la comunidad Quiroga, se dobla por la mano izquierda y se cruza la quebrada El Novillero, de ahí queda a 35 kilómetros del municipio de Aiquile, del Departamento de Cochabamba.  

    Desde Sucre, yendo en vehículo particular, se llega hasta donde está el árbol en dos horas, a una velocidad moderada disfrutando del lindo paisaje del entorno.  

    Cabe señalar que el puente Arce es el límite entre los departamentos de Chuquisaca y Cochabamba. 

    Impresionante ejemplar natural 

    Las medidas que mencionamos sobre este increíble árbol las hizo, “a ojo de buen cubero”, Ignacio Duarte, activista del cuidado del medio ambiente, la flora y fauna, que disfruta del aire libre, las actividades deportivas, campestres, caminatas, paseos y todo lo relacionado con la aventura.   

    Lo más impresionante son las raíces que sobresalen del suelo cual laberintos y se extienden a una distancia de entre diez a 15 metros del centro del árbol. Miden casi cuatro metros de alto en las partes más elevadas. 

    Para que este gomero haya llegado a ser tan colosal se piensa que influyó la tierra del lugar, la temperatura (entre 28 y 30 grados), la altura y el agua. 

    El dueño del terreno donde está enclavado el gomero es el agricultor Francisco Acosta, que compró esa tierra en 1994. 

    Ficus elástico de 325 años  

    Según los datos que proporcionó Acosta en varias oportunidades, ese mismo año llegaron al lugar representantes de la Asociación Sucrense de Ecología (ASE), para realizar un estudio del ejemplar. 

    Luego de hacer una prueba de carbono-14 (C14), calcularon que el gomero tenía una antigüedad de 298 años. Basándonos en esa referencia, en 2021 habría cumplido 325 años. Por eso le dicen tricentenario.  

    Como prueba de esa acción hay una plaqueta colocada en las faldas del árbol que dice: 

    “La Asociación Sucrense de Ecología CUTMAC, la Secretaría Regional de Agricultura SDF a sugerencia y con apoyo de la Cervecería Boliviana Nacional S.A. declaran este árbol tricentenario Ficus elástica ‘Monumento natural protegido’, piden su cuidado. Taperillas, Día del árbol, 1994. Ase- Lidema-KAS.” 

    Sin embargo, no queda claro quién sembró el árbol en ese lugar y cuándo. A decir de Acosta, ese terreno formaba parte de la hacienda del expresidente Aniceto Arce (1824-1906), quien gobernó la República de Bolivia entre 1888 y 1892. Sus beneficiarios la fraccionaron y la vendieron por partes.  

    Varios comunarios piensan que el expresidente Aniceto Arce plantó esas especies exóticas en su hacienda junto con otras, pero es imposible que haya sido así ya que no hay relación entre el periodo en el que vivió Arce y los supuestos 325 años que tendría el gomero. 

    Como no hay pruebas ni documentos referenciales sobre el tema, el ingeniero Rolando Barrera piensa que otros propietarios mucho más antiguos que Arce habrían sido los que plantaron esas especies exóticas. 

    A unos 50 metros de distancia del gomero está un eucalipto de características especiales: sus hojas parecen plateadas y son diferentes de los eucaliptos que hay en Sucre, donde sus hojas son semicoloradas y tornasoles. Se presume que ambos árboles tienen la misma edad. 

    Más allá, a unos 200 metros de donde están los macizos, permanecen inmutables las ruinas de una señorial hacienda con porches alrededor de ella, desde donde sus habitantes podían observar cómo salía el sol cada mañana. Ahora esa construcción está en un proceso de deterioro total, alerta Duarte. 

    Irradia energía positiva 

    Por suerte, el gomero está dentro de una propiedad privada y eso le da ventaja para su preservación. Sin embargo, es posible visitar el lugar pidiendo previamente la autorización respectiva a su propietario y pagando 5 Bolivianos. 

    Duarte y Barrera coinciden al expresar que el lugar donde está el gomero es mágico porque es sanador y está lleno de buenas energías. 

    “Es mi octava vista. Llevé a un grupo de 30 amigos. El lugar es maravilloso. Voy a tomar las buenas vibras y dejo las malas. Salgo renovado de ese lugar”, comenta Duarte. 

    Por su parte, Barrera relata que llevó hasta el gomero a su madre (tiene más de 80 años) y la dejó sola allí. Entre ambos llegaron a la conclusión de que, estando entre sus raíces, se siente el esplendor de un ser vivo con una gran cantidad de años. 

    “La vibración y la energía que tiene es muy positiva. La sombra que da, combinada con el viento, irradia pureza”, sostiene. 

    Necesita mantenimiento y cuidados 

    Con todo, este monumento natural no está exento de sufrir daños. Duarte y Barrera indican que, el año pasado, una rama de unos cuatro metros de diámetro se desgajó por el peso que tiene. 

    Duarte recomendó al dueño quitar con mucho cuidado la enorme rama. Lo hizo hace poco, pero solo una parte. Al caer, la rama dañó una parte de la raíz.  

    “Me he comprometido a colaborar para preservar el árbol. Iré dentro de una o dos semanas. Ya hablé con algunos entendidos para llevar un producto que protegerá al árbol de infecciones, plagas o bichos dañinos”, asegura. 

    Por su parte, Barrera dice que la Alcaldía de Aiquile debería tomar cartas en el asunto y hacerse cargo de su preservación, aunque esté en propiedad privada, porque es un monumento natural, y no debería dejarlo a la deriva.  

    Duarte aconseja a los visitantes no dejar basura, no contaminar el lugar porque la naturaleza debe estar libre de los desechos que dejan los humanos. 

    Asimismo, pidió a Acosta no dejar ingresar a los visitantes con sus vehículos o motocicletas. Recordándole que él mismo le contó “que los dueños de terreno, los verdaderos dueños: las abejas y avispas, se enojan cuando hay mucha bulla y ruidos…”. 

    Los interesados en conocer el árbol pueden comunicarse con Acosta, llamando al teléfono 71441124 •

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