Fotógrafa internacional
La fotógrafa sucrense Paola Lambertín recibió el primer premio del Concurso internacional de fotografía Miradas de Iberoamérica “Mujeres migrantes: experiencias solidarias”, organizado por el programa Iber-Rutas.
La fotógrafa sucrense Paola Lambertín recibió el primer premio del Concurso internacional de fotografía Miradas de Iberoamérica “Mujeres migrantes: experiencias solidarias”, organizado por el programa Iber-Rutas.
Paola Susana Lambertín Murillo ganó el concurso con el ensayo fotográfico: “El equipaje de las mariposas” en el que habla sobre la migración femenina y los equipajes internos que cargan las mujeres latinas migrantes.
El programa Iber-Rutas recibió un total de 239 proyectos, 64 de ellos cumplieron con los requerimientos solicitados y fueron evaluados por un jurado especializado.
Paola relata a ECOS que desde muy pequeña sintió atracción por la fotografía. El primer taller que pasó fue a sus nueve años. La fascinación por la imagen estuvo siempre presente en su vida. “La fotografía es mi pasión y una manera de proyectar mi voz y reflexiones”, sostiene.
“Este premio reafirma en mi vida mi camino en el arte, me impulsa a seguir reflexionando a través de la fotografía sobre temas que me interesan y me atraviesan en algunos casos”, manifiesta.
El ensayo con que el que ganó el concurso todavía está en proceso de desarrollo, así que piensa continuar con ese proyecto. Esa obra se publicará pronto en la página de Mira Latina y en la del programa Iber-Rutas, anuncia.
Formación académica
Esta profesional es egresada de la carrera de Sociología de la Universidad Mayor de San Simón, en Cochabamba. Desde que inició esa carrera, también se dedicó a la fotografía.
También estudió hasta quinto semestre la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Católica Boliviana, en esa misma ciudad.
Luego de culminar sus estudios, con el objetivo de profundizar más en el medio fotográfico, realizó un diplomado en fotografía en la Universidad Evangélica Boliviana en Santa Cruz y luego se marchó a la Argentina para hacer un posgrado en fotografía de moda y dirección de arte (donde también realizó otros cursos), en la Escuela de Fotografía de Buenos Aires.
Su trayectoria
Su primera exposición fue el 2005 en Cochabamba y, desde ese entonces, expone y produce arte desde la fotografía.
En Bolivia ha expuesto muchas veces en las ciudades de Sucre, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Participó en la Bienal Internacional de Arte de Santa Cruz, en la Bienal Conart de Cochabamba y en la Bienal Internacional de Arte Siart de La Paz.
Actualmente vive en la ciudad de México donde trabaja de manera independiente en el campo de la fotografía de moda y publicidad.
Paola relata que su trabajo comercial se publicó en revistas de Bolivia, Argentina, México, Francia, Estados Unidos, Alemania, Suiza, Italia e Inglaterra.
“Mis fotos están publicadas en el libro ‘Fotografía Boliviana’ editado por Acción Cultural y actualmente estoy desarrollando proyectos para llevar a cabo en Bolivia de manera independiente y otros junto a mi colectiva fotográfica de mujeres WarMi Photo”, relata.
Indica que su trabajo comercial le permite conectarse con la gente y entender más sobre la naturaleza humana mientras que su trabajo artístico le permite expresarse de manera más genuina, mediante metáforas y poéticas visuales a partir de las reflexiones e investigaciones que hace.
No obstante, reconoce que lo que realmente le apasiona y muestra su verdadera voz es la fotografía artística contemporánea. “A través de poéticas visuales hago reflexiones sobre conceptos que indago, como en este último caso fue el concepto de la migración”, expresa.
Según Paola, las imágenes por las que más apego siente son las que tiene con su familia, algunas fotos que le tomaron de niña y un par de imágenes que carga desde siempre, donde está pequeña junto a su mamá y hermana. “Para mí es muy importante la relación de la fotografía con la memoria”, revela •
El equipaje de las mariposas
Es una serie de fotografías que hablan sobre la experiencia femenina de migrar, a partir de los equipajes que uno carga, pero no los físicos, sino más bien los simbólicos y emocionales. Además, cuestiona el tema de las fronteras y las barreras, así como los obstáculos con los que nos enfrentamos las mujeres.
Mis equipajes
Esta serie de fotos nace de la reflexión sobre mi experiencia como migrante y sobre el equipaje que cargo. Me mudé de ciudad y viví lejos de mi familia desde los 16 años y, desde entonces, en todos los traslados he llevado conmigo un par de portarretratos con fotos de mi familia más cercana y un textil indígena que era de mi madre.
Eso me hace pensar que, a pesar de estar lejos, por más de 20 años igual sigo cerca y añorando; eso forma parte de mi equipaje emocional que a veces es pesado y otras liviano.
También me he topado con otras mujeres que me han relatado sus experiencias y veo que una no solo carga con miedos, traumas, sueños y esperanzas, sino que tiene que enfrentarse a las duras realidades de estos tiempos y del migrar, peor si tenemos la condición de mujer.
Al investigar, he leído sobre el síndrome de Ulises, un conjunto de síntomas muy parecido al estrés postraumático, que sufren los migrantes y sobre cómo la nostalgia fue reconocida médicamente como una de las primeras emociones a tratarse, ya que afectaba a los marineros portugueses que se enfermaban por abandonar su tierra, entre los primeros casos de estudio o cómo la nostalgia se convirtió en algo epidémico, durante las guerras revolucionarias y napoleónicas provocando suicidios. Todas estas patologías relacionadas a la migración.
El tema de la migración ha sido abordado principalmente desde lo social pero no tanto desde lo personal, simbólico y emocional. Es por eso que nace mi necesidad de indagar más sobre este concepto, desde otro lado, buscando realizar una poética visual de mis reflexiones.
Tránsitos femeninos en la migración
Migrar no implica solo un traslado físico hacia otro territorio sino un proceso que estará atravesado por distintas emociones y experiencias al dejar un espacio conocido.
Al migrar se puede cargar con equipaje físico o no, pero el que es inherente a la persona es otro equipaje que no se ve, que es el emocional, cargado de los recuerdos de la vida, la historia familiar y personal que se está dejando atrás, los apegos, las costumbres, la nostalgia, los miedos y la incertidumbre de estar en un lugar nuevo, además de todo el bagaje cultural y social que lleva implícito como parte de su identidad. Este equipaje invisible es lo que hace al migrante y pienso que la misma experiencia de migrar ya transforma de por sí a la persona.
Como mujeres, considero que nuestra experiencia es distinta a los hombres, empezando porque tenemos una naturaleza distinta y finalizando porque vivimos en un sistema patriarcal que beneficia al sexo masculino, es por eso que creo que nuestros equipajes son distintos también.
Narrativas secundarias
Realidades con las que uno se enfrenta al migrar: los peligros que una está expuesta por el hecho de ser mujer, la discriminación, el estigma y el machismo.
Legalidad y fronteras: el pasaporte boliviano como uno de los peores de Latinoamérica, el problema de las visas, la dificultad de conseguir un permiso de trabajo.
Nostalgia e identidad en la migración: La constante añoranza de las cosas buenas que tenía el lugar de origen como la familia y amigos, el clima, la comida, la comodidad de lo conocido o zona de confort.
La transmutación de la identidad a causa del proceso migratorio y por la necesidad de adaptación al nuevo entorno, que va desde el lenguaje, el acento hasta actitudes personales.
FUENTE: Paola Susana Lambertín Murillo