Políticos en TikTok

El escritor y filósofo italiano Umberto Eco, durante su breve estadía en Turín, expresó: “Las redes sociales le dan derecho a hablar a legiones de idiotas que antes solo hablaban en el bar después de una copa de vino (…), mientras que ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel.

Políticos en TikTok Políticos en TikTok Foto: Internet

T’ikita Wara (*) para ECOS
Ecos / 27/12/2021 01:32

El escritor y filósofo italiano Umberto Eco, durante su breve estadía en Turín, expresó: “Las redes sociales le dan derecho a hablar a legiones de idiotas que antes solo hablaban en el bar después de una copa de vino (…), mientras que ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles”.

El 28 de octubre de este año, en Bolivia estallaron a coro los medios de prensa digital. Desde Facebook hasta Twitter se leía con letras mayúsculas aquellos titulares que fueron leitmotiv para una larga y dura jornada de opinión pública: “Polémico”; “Xenófobo”; “Ridículo”; “No grato”; “Agravio” eran sólo algunos de los adjetivos que transitaban por periódicos, páginas web, comentarios periodísticos foros y discusiones en altas esferas políticas.

Fueron suficientes 12 segundos de video, que días atrás un conocido político: flamante diplomático, embajador de Bolivia en Paraguay había subido a su cuenta de TikTok, para desatar la indignación y por supuesto la crítica respecto al mensaje que transmitía aquel, aparentemente, inocente trend TikTokero. 

En este punto cabe recalcar que, con el boom de las redes sociales, sobre todo en tiempos de pandemia, emergieron comunidades digitales que han establecido nuevos paradigmas de interacción y pertenencia social. Por tanto, se entiende que muchos políticos, con la intención de ser parte de esta compleja manifestación cibercultural, hayan intentado sumarse a esta corriente mainstream para ganar, si no es votos, adeptos.

Lo que sucede con este interés de conseguir votos, militantes y followers a través de las redes sociales es que, si las intenciones no van acompañadas de estrategia y análisis político y social, en su mayoría fracasan dejando recuerdos sumamente vergonzosos para las futuras generaciones. Sin duda este elemento era desconocido para nuestro novato diplomático que probablemente confundió un like con un voto asumiendo que TikTok era una contienda política, o, tal vez, creyendo que su rol para la integración regional radicaba en hacer stand up comedy.

Doce segundos de video; divididos en tres actos, de cuatro segundos cada uno, hacían referencia a lo que podríamos llamar “la transformación de un migrante”, tomando en cuenta las costumbres y tradiciones que se adoptan al llegar a un destino.

Sin embargo, al parecer este video, cuya única intención era la de “mostrar agradecimiento a la cálida acogida”, como mencionó el político tras haber quitado el TikTok de su cuenta a manera de pedir disculpas, tenía una alta carga de contenido xenófobo y burlesco hacia el país vecino de Paraguay y su respectiva cultura.

Cuatro días transcurrieron de la polémica desatada. El 1 noviembre, aquel aprendiz de TikToker, y, por lo visto, de político, presenció en primera fila el hundimiento voraz de su misión diplomática cuando el gobierno boliviano lo destituyó de sus funciones y el Congreso Paraguayo, por decisión unánime, lo declaró persona no grata solicitando la expulsión inmediata de su país.

Twitter, Facebook y hasta TikTok se inundaron de hashtags que cargaban más vergüenza que peso sobre la sien del incomprendido ex embajador:  #Destitución; #CeseDeFunciones; #PersonaNoGrata; #Expulsión; #Verguenza fueron algunas de las descripciones que, como tragos amargos del social media, ahora advierten a nuestros políticos que ser trending topic, definitivamente no es para todos •

 

 

(*) T'ikita Wara es el seudónimo de Lirio Fuertes Mamani.

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