Más allá de la invasión

La crisis económica internacional derivada de la invasión rusa a Ucrania puede durar meses o años. Para que Bolivia no sea tan afectada, debe modificar la política económica, tomando en cuenta los cambios de las circunstancias internacionales actuales, aconseja Horst Grebe

Un hombre camina frente a un edificio dañado por los recientes bombardeos en Járkiv, Ucrania.

Un hombre camina frente a un edificio dañado por los recientes bombardeos en Járkiv, Ucrania.

El precio del petróleo alcanzó su valor máximo en siete años, 100 dólares el barril.

El precio del petróleo alcanzó su valor máximo en siete años, 100 dólares el barril. Foto: Internet

Tropas rusas invaden Ucrania.

Tropas rusas invaden Ucrania.


    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 15/03/2022 01:45

    La crisis económica internacional derivada de la invasión rusa a Ucrania puede durar meses o años. Para que Bolivia no sea tan afectada, debe modificar la política económica, tomando en cuenta los cambios de las circunstancias internacionales actuales, aconseja Horst Grebe, economista boliviano quien realiza un análisis sobre este tema. 

    Horizonte incierto 

    La invasión militar de Rusia a Ucrania no es una situación que solo involucra a esos dos países y a las poblaciones vecinas, pues las dos partes en conflicto, Rusia como “agresor” y Ucrania como “víctima”, tienen, cada uno por su lado, una serie de alianzas con organizaciones internacionales. 

    Es un conflicto de repercusión internacional ya que provocó el aumento de la inflación prácticamente en todos los países del mundo, según el análisis que Grebe hace para ECOS, causando un sorprendente incremento en los precios de los hidrocarburos, gas y petróleo (el barril superó los 100 dólares por el conflicto), así como de los minerales y alimentos.       

    Dice que ya había inflación, pero se agudizó severamente por las contundentes sanciones económicas sobre el sistema financiero, el comercio exterior y las relaciones comerciales, impuestas por Estados Unidos y los países que integran la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (llamados países del occidente), sobre Rusia. 

    Por lo tanto, se perfila un gran problema en el horizonte de los próximos meses o quizá años en la estabilidad de las relaciones económicas internacionales, en términos de modificaciones de fuentes de abastecimiento, precios y formas de transporte. 

    También están interrumpidas las rutas aéreas por los territorios de los países de occidente. Eso trae consigo grandes cambios en la estructura del sistema internacional.  

    Cuatro posibilidades 

    Según Grebe, hay la posibilidad de que el conflicto no se solucione a corto plazo y avance hasta el punto de alcanzar un escenario de desastre, en el que Rusia ocupe Ucrania, derroque a su actual gobierno y lo sustituya por uno de su preferencia a ser controlado por Putin.  

    “La situación en Medio Oriente, de Siria o el Líbano, no es de hace un par de meses, data de varios años. Ojalá que esta crisis sea menos corta”, expresa. 

    La otra probabilidad es que se llegue a un punto en el cual los avances adicionales en la ocupación de Ucrania no se cumplan y, por lo tanto, Putin se vea obligado a negociar, para lo cual establecerá condiciones de reconocimiento de la ocupación de Crimea, reconocimiento a las dos repúblicas independientes en la zona de Donbás (región histórica, cultural y económica en el sureste de Ucrania). En su opinión, son términos difíciles de aceptar.  

    “Entonces, están en la mesa de negociaciones temas humanitarios entre rusos y ucranianos, tratan de hacer que funcionen los corredores humanitarios para que salgan los refugiados, pero esas negociaciones no avanzan bien, y tampoco significan un alto al fuego. Se trata de carreteras o ferrocarriles que durante un día o dos tienen la posibilidad de movilizar a la gente que quiere salir de Ucrania. Esa es la etapa humanitaria dentro del conflicto que sigue en curso”, manifiesta.  

    A decir de Grebe, la negociación para interrumpir la prolongación del conflicto, antes de llegar a la ocupación total, es la que en algún momento podría darse y eso ocurriría si las sanciones ya mencionadas que le están aplicando a Rusia le colocarían en la necesidad de negociar.  

    Pero, si la ocupación es exitosa desde la perspectiva de Putin, probablemente surja un problema que ocasione una respuesta bélica de los países vecinos. El mayor riesgo de esa situación es que Putin aplique armas nucleares; sin embargo, el analista afirma que ese riesgo es considerado por los especialistas como algo muy lejano y poco probable.   

    Reputación internacional  

    Grebe sostiene que Bolivia debe cuidar su imagen y reputación internacional. Recuerda que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la Asamblea General de Naciones Unidas, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros organismos e instituciones internacionales, los países se pronunciaron sobre el tema y llevaron a cabo votaciones que condenan la invasión abusiva e injustificada de Rusia a Ucrania. 

    Ahí se vio claramente a los países que apoyan la invasión (Rusia, Siria y Bielorrusia), a los que condenan el hecho (son la mayoría) y las naciones que se abstienen (15).  

    “Entonces, la opinión internacional es contundente en la condena. Es una manifestación de la visión política internacional de todos los países”, manifiesta Grebe. 

    Añade que Bolivia individualmente no puede hacer nada, pues no tiene influencia sobre lo que puede ocurrir, pero debe manifestar su posición internacional sobre el atropello, la invasión y el abuso de una economía y un país muchísimo más grande que el país violentado. 

    Cabe recordar que la Cancillería boliviana señaló en un comunicado que el país “reafirma su posición como Estado pacifista impulsando el diálogo y la negociación político-diplomática, sin condicionamientos de sanciones unilaterales que impacten negativamente en una salida pacífica del conflicto”. 

    ¿Cómo afecta el conflicto a Bolivia?  

    A decir de Grebe, la inflación en general es una circunstancia indeseable porque aumenta los gastos para el abastecimiento de productos de variada índole que hacen las familias, empresas y la población en general. 

    Es decir, los precios suben más rápido de lo que pueden hacerlo los ingresos, salarios, utilidades y actores económicos. 

    Sin embargo, hay que tomar en cuenta que también se incrementará los precios de los productos que Bolivia exporta o que potencialmente podría hacerlo, como el gas, varios minerales y la soya. 

    O sea, a corto plazo aumentarán los ingresos por exportaciones de Bolivia. Pero también se incrementará las importaciones que hace Bolivia en el balance neto que está compuesto por hidrocarburos. 

    Según Grebe, esto es preocupante porque nuestro país no tiene reservas suficientes como para beneficiarse con la subida de precios de los hidrocarburos, pues no hay suficientes reservas de gas natural. 

    Por otra parte, se tiene la necesidad de importar carburantes a precios mucho más altos en comparación a los de antes de la invasión de Rusia a Ucrania.  

    Entonces, se tendrá que gastar más con menores ingresos para mantener el funcionamiento del sistema automotriz y de una serie de actividades que consumen carburantes. Esta es la repercusión inmediata, indica Grebe. 

    ¿Cómo ser menos afectados?

    Según Grebe, hay que modificar la política económica, tomando en cuenta los cambios de las circunstancias internacionales actuales y corregir varios aspectos que ahora ya no son funcionales para el crecimiento, la mejora de la situación social y para encarar la crisis en la educación, salud y el nivel de ingresos de la gente.  

    “Desde hace tiempo necesitamos un acuerdo nacional que nos proporcione un horizonte compartido y común, que solucione las diferencias, las brechas y los odios que han surgido en el país en los últimos años”, manifiesta el economista. 

    Asimismo, dice que hay que enfrentar los diferentes desafíos que genera la crisis energética del país. Solucionar los problemas de empleo, la desigualdad en los ingresos, la carencia de infraestructura en educación, salud, y vinculación caminera, que requiere de grandes inversiones.  

    Además, es necesario llegar a acuerdos para salir del extractivismo y pasar a una economía que aumente la productividad, concluye el analista •

    Bolivia y su relación económica con Rusia y Ucrania  

    Gary Rodríguez, economista y magíster en Comercio Internacional, informa que las exportaciones de Bolivia a Rusia no eran significativas hasta 2021, cuando se logró un récord por 13 millones de dólares, destacando el carbonato de litio con 4,4 millones de dólares; carne y despojos de bovino por cerca de 3 millones; óxido de antimonio por 2 millones y castaña por 1,9 millones.  

    Bolivia vendió a Rusia 23 productos, pero le compró más de 400 por un valor de 68 millones de dólares, destacando: gasolina por 15 millones; alquitrán por 10,5 millones; diésel por casi 10 millones, sulfato de cobre y urea, cada uno por 5 millones. 

    Con Ucrania, el intercambio es marginal: el año pasado Bolivia exportó 570.000 dólares y apenas cuatro productos (maní, café, castaña y fueloil), pero compró 177 bienes por casi 11 millones de dólares, destacando las barras de hierro (9 millones), derivados nitrados y cigarrillos. 

    Rodríguez afirma que el intercambio de todos los países con Ucrania y Rusia se verá afectado, ya sea por los castigos al agresor o por las dificultades para comerciar, pero, más allá de cualquier pérdida económica, la mayor pérdida será, una vez más, las vidas humanas que se empiezan a segar ya, algo que no tiene precio. 

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