Amor al piano
“El piano es un instrumento caro, pero no por eso se lo debe considerar un objeto decorativo, de prestigio o que refleje estatus. ¡Hay que tocarlo! Los conciertos que doy tienen el objetivo de encender las llamas piloto de la curiosidad, en niños y adolescentes, para que se animen a interpretarlo”
“El piano es un instrumento caro, pero no por eso se lo debe considerar un objeto decorativo, de prestigio o que refleje estatus. ¡Hay que tocarlo! Los conciertos que doy tienen el objetivo de encender las llamas piloto de la curiosidad, en niños y adolescentes, para que se animen a interpretarlo”, expresa el pianista y lutier holandés, Pieter de Raad.
Hace 40 años Pieter se enamoró de Bolivia y decidió quedarse a vivir en Samaipata, donde permanece hasta ahora.
Tiene doctorado en Psicología Clínica, pero pudo más el deseo de ser afinador y técnico de piano y lo consiguió formándose en la ciudad de Ámsterdam.
Durante 50 años se dedicó a ese trabajo, habilidad que le dio grandes satisfacciones en su vida ya que estuvo muy relacionado con el quehacer cultural de Bolivia, conoció a mucha gente, visitó varios lugares y vivió intensas experiencias.
A pesar de ello, este reconocido profesional dejó de ejercer esa actividad hace más de dos años. Cumplió 75 años de edad y viaja poco.
Informa que ahora el francés Remí Constance es el que se ocupa de los arreglos técnicos de pianos y vive en Cochabamba.
“Él es mi reemplazante. Todavía tengo muchos repuestos en casa, para ver qué voy hacer con ellos estoy hablando con el señor Remí. Así veré si está interesado o no en comprar lo que tengo”, explica el holandés.
Lo que nunca dejará de hacer es tocar el piano; continúa interpretando sus composiciones y dando conciertos de cámara en su casa. Cuelga sus videos en la cuenta que tiene con su nombre en YouTube.
“Yo tengo un piano de media cola de 130 años y lo mantengo muy bien porque es mi wawa musical. En mi casa vivo con mis dos amores: mi señora de siempre y mi piano. ¡A los dos los toco todos los días!”, relata con su característico buen humor.
Afirma que el objetivo de sus conciertos es inspirar al público asistente y encender la llama piloto de la curiosidad y creatividad en el interior de cada ser humano, en especial de niños y adolescentes y de aquellos a los que ya se les apagó. “Ese es mi aporte a la cultura”, expresa el músico.
Indica que a las actividades culturales se puede aportar, ayudando y apoyando. Actualmente Pieter y su esposa Margarita apoyan con algunos recursos económicos a proyectos culturales donde la gente de Samaipata realmente quiere formarse en algo.
Cuesta conseguir pianos en Bolivia
Es opinión de Pieter que en Bolivia es difícil conseguir un piano por su costo elevado; todo depende de si la gente tiene dinero para conseguir un piano de cola o uno más sencillo.
Por esa razón, muchas personas optan por comprar un teclado electrónico, que, según sus palabras, no es lo mismo que tener un piano. Comenta que prefiere escuchar los sonidos acústicos y no los digitales o eléctricos.
“Los interesados en conseguir pianos pueden hacerlo de la empresa Yamaha. Los pequeños verticales tienen un costo aproximado de 4 mil dólares. En cambio, uno de media cola o de cola cuesta más de 24 mil dólares”, informa.
Falta de incentivo
En criterio de Pieter, en Bolivia falta mucha atención para incentivar la interpretación del piano. Dice que hay pocos lugares donde se puede aprender a tocar ese instrumento musical. Afirma que en algunos lugares la enseñanza es buena, pero en otros es mala.
En este sentido, el holandés indica que la atención de las alcaldías y gobiernos departamentales al área cultural es decisiva.
En Bolivia, el Departamento que más pianos tiene es La Paz, aproximadamente unos 2.000, calcula; quizá porque la actividad cultural en la sede de Gobierno es más desarrollada en comparación de otras ciudades capitales, sostiene.
Piano ¿Instrumento de elite?
“Me parece que el piano puede ser de elite, porque yo conozco muy poca gente de escasos recursos económicos que tiene un piano. Es la gente pudiente la que mayormente tiene un piano o cuenta con los recursos para comprar uno”, estima.
Recuerda que hace unos 15 o 20 años, en la primera cuadra de la calle Grau de Sucre, que le sigue a la Real Audiencia, las casas eran de gente de clase media para arriba y había tres pianos de cola.
Sin embargo, sus propietarios no se animaron a hacer afinar su piano. “Yo les pregunté qué hacían con el instrumento y ellos decían que ya nadie tocaba y que les iban a dejar a sus nietos o nietas…”.
Añade que “es una pena que la gente no aprecie ese instrumento tan noble, muchos de ellos tienen más de cien años”.
Es un gran desperdicio dejar un piano tirado en un rincón de la casa permitiendo que se llene de polvo. Hay devolverle la vida, venderlo a los que sí lo quieren usar o por lo menos alquilarlo a los que necesitan practicar, propone.
Mantenimiento y afinación
Pieter asegura que el mantenimiento del piano es muy importante para determinar cada cuánto tiempo necesita de afinación. Con ese fin, se tiene que observar aspectos como la condición climática, la temperatura y la humedad del lugar donde está el instrumento.
La temperatura ideal para el piano es de 20 grados centígrados. La humedad no debe ser menos del 50 por ciento ni pasar del 80%.
Si se cuida esos detalles, el piano puede mantener su afinación durante un año, pero si se lo utiliza continuamente necesitará dos afinaciones. El precio básico de una afinación es 1.000 bolivianos, explica el experto.
Los beneficios de tocar el piano
Interpretar el piano tiene múltiples beneficios para la persona que lo hace. Pieter refiere que el solo hecho de tocar ese instrumento representa un acto de cultura, además abre la posibilidad de comunicarse con la gente, especialmente con los niños y jóvenes.
También afirma que tocar piano disminuye la posibilidad de sufrir demencia. ¿Pero cómo es posible eso? Pieter explica que el cerebro se divide en dos partes y para tocar el piano hay que usar ambas manos, o sea, se pone en acción a las dos extremidades superiores.
Entonces, la mano izquierda está activando e impulsando la parte derecha del cerebro. Asimismo, ocurre con la mano derecha, activa e impulsa el lado izquierdo del cerebro.
Así, el cerebro se mantiene activo y esa acción disminuye la posibilidad de sufrir demencia, explica el pianista y lutier holandés.
Tocar piano también disciplina a las personas sean niños o adultos. Si se quiere tocar ese instrumento hay que practicar periódicamente y cumplir horarios. Si no se hace, será vana la intención de aprender a tocar piano, advierte •