Pruebas de Tumusla

Cada vez que llega el 1 de Abril, resurge el debate sobre la Batalla de Tumusla por una razón: existe una corriente empeñada en negar la veracidad de ese hecho histórico

Busto de Carlos Medinaceli en Tumusla. Al fondo está la columna de homenaje.

Busto de Carlos Medinaceli en Tumusla. Al fondo está la columna de homenaje. Foto: Juan José Toro Montoya

Homenaje del Ejército de Bolivia a la Batalla de Tumusla.

Homenaje del Ejército de Bolivia a la Batalla de Tumusla. Foto: Juan José Toro Montoya

Carta de Sucre a Medinaceli.

Carta de Sucre a Medinaceli. Foto: Juan José Toro Montoya

Encabezamiento de la Capitulación de Tumusla.

Encabezamiento de la Capitulación de Tumusla. Foto: Juan José Toro Montoya


    Juan José Toro Montoya
    Ecos / 11/04/2022 02:03

    Cada vez que llega el 1 de Abril, resurge el debate sobre la Batalla de Tumusla por una razón: existe una corriente empeñada en negar la veracidad de ese hecho histórico y, si se admite que ocurrió, entonces se lo minimiza diciendo que no fue una batalla propiamente dicha sino un motín encabezado por el coronel Carlos Medinaceli o, en el mejor de los casos, un combate de corta duración.

    Lejos de lo que muchos puedan creer, existe abundante documentación, coincidente en la mayor parte de su contenido, que prueba la existencia de esa batalla. Es más, el parte de esa acción bélica fue publicado el 2 de mayo de 1825 en “El Argos de Buenos Ayres”. 

    En la publicación se lee que el parte está firmado por el general que comandaba las fuerzas libertadoras del sur, José María Pérez de Urdininea, y en él dice lo siguiente:

    “En circunstancia que marchaba sobre Tumusla, en auxilio del coronel don Carlos Medina Celi, ahora que son las 12 de la noche, acabo de recibir parte de dicho señor por conducto de su ayudante don José Martínez, que a las siete de la noche de ese día triunfaron completamente trescientos valientes chicheños contra setecientos enemigos serviles, en el punto de Tumusla. No se sabe aún el número de muertos y heridos, excepto el general (Pedro Antonio de) Olañeta, que fue el primero que mordió la tierra más, en el campo de batalla, doscientos y tantos prisioneros, inclusos veinte oficiales. El fuego se principió a las tres de la tarde, y se concluyó a la hora indicada”.

    Además de ese parte, en el libro copiador de Antonio José de Sucre, que está custodiado en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB) existen cartas en las que el gran mariscal felicita a Medinaceli por su triunfo y también comunica este hecho a otros oficiales.     

    Así, ya encontrándose en Potosí, Sucre le escribe a Medinaceli una carta que comienza con estos párrafos:

    “Señor coronel:

    “Acababa de escribir el oficio adjunto para V.S. cuando recibo su carta del 2 de abril con el detalle de la destrucción y muerte del general Olañeta. Este suceso ha puesto término a la guerra y V.S. ha hecho un gran bien a su patria. El Perú dará a V.S. bendiciones que harán el placer de su corazón”.

    En la misma fecha, le dirige otra carta a Pérez de Urdininea comunicándole lo siguiente:

    “El señor coronel Carlos Medinaceli me ha remitido el oficio original de V.S. del 31 de marzo en Tupiza en que le avisa marchar con su división para protegerlo. Ya antes había sabido la aproximación de V.S. y tuve la honra de escribirle hace tres días. También me ha participado el coronel Medinaceli que puso en conocimiento de V.S. su expedición a Escara, y ahora acabo de recibir el parte de la completa victoria que éste obtuvo en Tumusla en la tarde del día 1º de cuyas resultas murió el general Olañeta de una herida al siguiente día”. 

    Agregaba que “este suceso importante ha terminado la guerra, pues aunque queda por destruir el coronel Barbarucho, su fuerza no excede de 400 hombres”.

    Capitulación

    La acción de Tumusla tuvo que ser tan importante que se labró y firmó una capitulación que está firmada por Pérez de Urdininea.

    Ese documento no es de reciente aparición, pues ya era conocido por los investigadores. Su contenido fue publicado en 1983 en el compilatorio “Documentos sobre la independencia de Bolivia” que el Banco Central de Bolivia mandó a imprimir con la colaboración de la Academia Nacional de Ciencias.

    Su encabezamiento dice lo que sigue:

    “A consecuencia del desgraciado suceso del día de hoy en que las tropas del Ejército Real del mando del Sr. Mariscal de Campo D. Pedro Antonio de Olañeta, han sido batidas por las libertadoras al mando del Sr. Cnl. Dn. Carlos Medina Celí, con muerte del expresado Sr. Olañeta y recaído el mando en el Tte. Cnl. Del Regimiento de Infantería de la Unión Dn Gregorio Miguel…”. 

    El original forma parte de los documentos de Pérez de Urdininea y es custodiado por el Archivo y Biblioteca de la Universidad Mayor de San Andrés, donde también están otros documentos de ese periodo. Este repositorio garantiza la autenticidad de los manuscritos a su cargo.   

    Las fuentes

    En el caso de las fuentes primarias, la enumeración que acompaña a esta nota no toma en cuenta a aquellos documentos sobre los que pesa la sospecha de que se trata de falsificaciones, y, para enarbolar la autenticidad de los que menciono, acudí a las instituciones que los custodian y todas dan fe de su credibilidad. En ese afán, conseguí, también, las signaturas actualizadas.

    Ahora bien, tratándose de las fuentes secundarias, la enumeración incluye las publicaciones más próximas a los hechos y, entre estas, figuran libros o diarios escritos por protagonistas de la Guerra de la Independencia. Por tanto, estos autores escribieron sobre hechos en los que participaron o fueron testigos directos.

    Como se ve, la Batalla de Tumusla es un hecho histórico que, a diferencia de muchos otros, cuenta con mucha documentación de respaldo, así que es incomprensible por qué existe tanta tozudez en cuestionar su veracidad.

    Lo que falta

    Aunque la documentación auténtica ha sido identificada, resta por determinar por qué Carlos Medinaceli, y la Batalla de Tumusla, fueron marginados por la cúpula del ejército libertador al extremo de haberse puesto en duda esta gesta.

    Otro detalle que no está claro es la forma en la que murió Olañeta, ya que la mayoría de versiones coinciden en que le dispararon por la espalda y murió por las heridas. Al respecto, existe una carta de Medinaceli en la que él refiere que “tuvimos unos cuantos tiros con el general Olañeta”. La fecha de la carta es 31 pero, por el deterioro del documento, el mes es ilegible, aunque, por el contexto histórico, se presume que haya sido marzo.  

    Tampoco existen referencias precisas sobre el destino que tuvieron los caudales que Olañeta saqueó de la Casa de Moneda de Potosí. Hay documentación que demuestra el saqueo, y por ella se sabe que salió de la Villa Imperial con esa riqueza, pero esta desaparece en el trayecto hacia Tumusla. Es improbable que Medinaceli se haya apoderado de los caudales, porque su fortuna no se incrementó hasta su muerte.

    Se realiza gestiones en la Asamblea Legislativa Plurinacional para declarar patrimonio histórico de Bolivia a la Batalla de Tumusla. Esperemos que esta publicación contribuya a coronar ese propósito •

    (*) Juan José Toro es presidente 2018-2020 de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).

    Documentación

    Estos son los documentos y publicaciones tempranas sobre la Batalla de Tumusla:

    FUENTES PRIMARIAS

    Documentos en la Casa de Moneda

    Anales inéditos de Potosí, libro V.

    Documentos en la biblioteca de la umsa

    Parte oficial de la Batalla de Tumusla

    Notas de Carlos Medinaceli a Olañeta

    Capitulación de Tumusla

    Inventario del equipaje y bagajes del general Olañeta

    Correspondencia de José María Pérez de Urdininea 

    Documentos en el ABNB   

    Libro copiador de Antonio José de Sucre

    FUENTES SECUNDARIAS

    Primeras publicaciones:

    El Argos de Buenos Ayres del 2 de mayo de 1825

    Gazeta de Lisboa, 2 de enero de 1826.

    OTRAS PUBLICACIONES:

    Libros con proximidad temporal al hecho:

    Memorias del general Guillermo Miller al servicio de la República del Perú (1929), de John Miller. 

    Historia de la Revolución Hispanoamericana (1829-1830), de Mariano Torrente.

    Documentos para la historia de la guerra separatista del Perú (1895-1898), de Fernando Valdés Héctor Sierra y Guerrero, conde de Torata.

    Memorias del general García Camba para la historia de las armas españolas en el Perú (1916), de Andrés García Camba.

    Etiquetas:
  • Bolivia
  • Tumusla
  • Compartir:

    También le puede interesar


    Lo más leido

    1
    2
    3
    4
    5
    1
    2
    3
    4
    5
    Suplementos


      ECOS


      Péndulo Político


      Mi Doctor