El bárbaro Viaña
En el centenario de Gesta Bárbara Potosí, nos permitimos presentar al poeta, novelista, ensayista, periodista y educador José Enrique Viaña Rodríguez (JEV), un bárbaro potosino, ocasión para evocarlo en vida y obra.
En el centenario de Gesta Bárbara Potosí, nos permitimos presentar al poeta, novelista, ensayista, periodista y educador José Enrique Viaña Rodríguez (JEV), un bárbaro potosino, ocasión para evocarlo en vida y obra.
Nació en Challapata (antigua provincia de Paria, hoy Avaroa, Oruro), el 17 de abril de 1898, de la unión matrimonial de Luis Viaña Moncayo y Silvia Rodríguez Corminola. Falleció en Potosí el 16 de septiembre de 1971.
Al concluir sus estudios en el Colegio San Calixto de La Paz (1910-1915), ingresa en la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Oruro, pero por razones familiares y económicas no pudo concluir y se vio en la necesidad de abandonar sus estudios para trabajar.
A la edad de 20 años (1918) se incorpora como trabajador minero en el Ingenio Velarde de la Compañía Minera de Potosí (luego Compañía Minera Unificada del Cerro de Potosí), desde peón, a moledor de muestras, mesero, ayudante de fundición hasta alcanzar el puesto de jefe de lixiviación y de Ingenio, donde “se forjó en los socavones, en las plantas de flotación y en las canchaminas. Vivió junto a los hombres del subsuelo y llegó a ser el mejor intérprete amanecido de sus angustias y sus anhelos, y por eso Potosí dio el poeta revolucionario más humano y más nuestro”. En un paréntesis ocasionado por la Guerra del Chaco, en 1935 se reincorpora como “jefe de punta” (turno), en el que permanece hasta 1937, cuando fue echado de la empresa por los nuevos patrones. Esta vivencia le permite conocer al poeta revolucionario, de tendencia y convicción socialista, las penurias del trabajador de las minas, cuya temática se revela en su poesía de hondo contenido social, de denuncia e injusticia, que le indujo a Carlos Medinaceli afirmar: “Tú no sólo que eres el único poeta de nuestra generación, cosa que ha comprobado el tiempo, sino el único, hablando en rigor crítico, que ha producido Potosí” (Carta personal, 1937).
Gran parte de su actividad la desarrolla en Potosí (por lo que se lo considera potosino), donde participa activamente del movimiento cultural y artístico “Gesta Bárbara” (surgido en junio de 1918), junto a otros intelectuales como Carlos Medinaceli, Arturo Peralta Miranda (Gamaliel Churata), Alberto Saavedra Nogales, Walter Dalence Morales, Armando Alba Zambrana, Daniel Zambrana Romero, María Gutiérrez de Medinaceli, Armando Palmero Nava, Valentín Meriles Mena. Gesta Bárbara, que “Vale un Potosí”, dio impulso a una corriente generacional, “renovadora y progresista”, para difundirse a otras regiones del país con un espíritu rebelde, combativo y bohemio, como una gesta (algo trascendente y duradero, de grande acción, como una hazaña memorable, de influencia perdurable en generaciones posteriores) para provocar y despertar de ese estado adormecido, del estado de barbarie en que se hallaban el arte de la poesía, la prosa, la música y la pintura, en el ambiente potosino. Como principal objetivo del grupo se señala “la firme y radical oposición al atraso y estancamiento cultural”; algo bárbaro, como “una hazaña audaz, inusitada, descomunal, monstruosa, heroica, desusada, temeraria, epopéyica en favor de la cultura”, en una cruzada cultural y lucha denodada e insurgente contra lo bárbaro (atrasado, conservador e inculto). De ahí que surge “Gesta Bárbara”, en oposición contestataria con lo antibárbaro.
Fruto de ese espíritu inquieto e idealista, JEV publica su primera obra Jardín secreto, serie de cuentos (1919) y en poesía La Humilde Ventura (1923). Hizo periodismo como redactor y director. Redactor: La Raza (1925), El Día (1927-1930), El Sur (1931-1938), El Intransigente (Órgano de la Legión de Ex combatientes, 1935-1938), La Moneda (1947). Director: El Radical (1922-1932), La Montaña (1923-1925), Pukara (1939), Izquierda (1941) (semanario, órgano del Partido de Izquierda Revolucionaria, fundado en 1940).
Asistió a la Guerra del Chaco (1934-1935: Posiciones: Carandaiti, Capirenda, Campo Rocha, Laguna Lanza, Cañada Cochabamba, Cañada Nelly y Santa Fe), de cuya experiencia publica la obra poética Camino Soleado (En la paz y en la guerra) (1935).
Vocación de maestro: Profesor de literatura y castellano en el Liceo Sucre (1938), Colegio Nacional Pichincha, del cual fue director (1938-1956), y Colegio Juan Manuel Calero”(1942-), de Potosí, para concluir en el Colegio “Hugo Dávila” de La Paz (1968).
Catedrático de Español y Redacción, de Castellano/Gramática y Redacción Comercial de la Universidad Tomás Frías de Potosí; escribe una serie de artículos en la revista Universidad, siendo parte del Comité de Redacción (1947-1948).
Fue director de la División de Extensión Cultural/Departamento de Cultura-UTF, Potosí (1948-1953). Su vinculación con la Universidad le permite publicar una serie de ensayos en Cuadernos Universitarios: Valor social de “Fuente Ovejuna” (1942), Carlos Medinaceli, autor de “La Chascañawi” (1949), Ensayo de Interpretación Dialéctica de la Historia de Potosí (1950), Glosas a las páginas del Ingenioso Hidalgo Don Miguel de Cervantes Saavedra, con ocasión del IV Centenario de su nacimiento (1951). Es de destacar que en el año del centenario del nacimiento del apóstol cubano José Martí, el 28 de enero de 1953 la universidad potosina le rinde homenaje, con varios discursos, los cuales se reúnen en un número especial de la revista Universidad, entre éstos de JEV: “José Martí. ‘El hombre más puro de la raza’”.
En novela publica Cuando vibraba la entraña de plata (Crónica novelada del siglo XVII) (1948), cuya dedicatoria, señala: “A la ciudad de Potosí, tierra de mis mayores, de mi sangra y de mi alma, en el Cuarto Centenario de su Fundación. 1° de Abril de 1945”. En la portada destaca la ilustración del artista Ricardo Bohórquez R. Con motivo de la publicación de la obra, el autor organizó “un sencillo y trascendental acto” en su domicilio particular la noche del miércoles 8 de septiembre de 1948, a la que asistieron personalidades intelectuales y autoridades educacionales, cuya presentación estuvo a cargo del periodista Pedro Subieta Valverde y palabras de agradecimiento de Viaña. Al día siguiente jueves 9, en la quinta “10 de Noviembre”, Viaña fue agasajado en una reunión de escritores, pintores y artistas, con los discursos de Vicente Terán, Ricardo Bohórquez, Daniel Zambrana, Pedro Subieta y Luis A. Fernández.
Ambientada en los tiempos de los vicuñas y vascongados, la obra escasamente tuvo repercusión inmediata, de cuya valoración Hugo Molina Viaña, pondera: “El Potosí gigante se levanta orgulloso de tan sólidos cimientos que le ha echado Don José Enrique Viaña. La maestría en el uso del lenguaje y el amplio dominio sobre el tema hacen que Viaña pinte la profunda filosofía de la vida colonial, con tanta espontaneidad, tanto en sus preocupaciones, como en sus hazañas y en sus andanzas, de aquí se desprende que esta obra es el fruto de una dedicación perenne y de un agudo espíritu que penetró en las manifestaciones sociales y psicológicas del siglo XVII”•
(*) Con el título “José Enrique Viaña: un bárbaro potosino”, la versión completa de este artículo fue presentada por su autor, que es sobrino nieto de Viaña, en el Primer Encuentro Nacional de Escritores e Investigadores que se realizó en Potosí en noviembre de 2017 con motivo del centenario de Gesta Bárbara.