Estatua de Alonso

Las ingentes cantidades de vetas de plata del Cerro de Potosí originaron la obtención de grandes beneficios y la aparición de engreídos acaudalados, un descontento social cada vez más conflictivo.

Foto antigua del monumento.

Foto antigua del monumento.

Cambios y destrucción de la plazuela alonso de Ibáñez – esculturas originales remplazadas por otras de fibra de vidrio.

Cambios y destrucción de la plazuela alonso de Ibáñez – esculturas originales remplazadas por otras de fibra de vidrio.

Copia de esta escultura de bronce niño Memphis, de la fuente, fue robada y perdida hasta el presente.

Copia de esta escultura de bronce niño Memphis, de la fuente, fue robada y perdida hasta el presente.

Esculturas de bronce, musas alegóricas perdidas, fueron reemplazadas por mamarrachos de fibra de vidrio.

Esculturas de bronce, musas alegóricas perdidas, fueron reemplazadas por mamarrachos de fibra de vidrio.


    Sucre/CORREO DEL SUR
    Ecos / 25/04/2022 01:17

    Las ingentes cantidades de vetas de plata del Cerro de Potosí originaron la obtención de grandes beneficios y la aparición de engreídos acaudalados, un descontento social cada vez más conflictivo. Los andaluces, extremeños y criollos combatían el poder económico y político de los vascongados que lograron hegemonías con el mando de la cosa pública. Surgió en la opulenta ciudad un fervoroso cabecilla: Alonso Yáñez (A quien todavía se sigue denominando Alonso de Ibáñez)  

    Según el patricio Luis Subieta Sagárnaga: en los primeros años de la década del 1900; estuvo en actividad en la ciudad de Potosí la agrupación que se denominó “Sociedad Vicuñas”. El 15 de mayo de 1909 se fundó esta Sociedad sin ruido alguno y con el patriótico objeto de hacer justicia a la olvidada memoria de un mártir de la libertad, erigiéndole un monumento con obreros y materiales del país, la primera obra de este género que iba a ver Bolivia. Hoy, el monumento aún se conserva y se destaca en la Plaza que lleva el mismo nombre: “Alonso de Ibáñez”. La iniciativa y la realización de la obra se deben a los patrióticos esfuerzos y sacrificios de un honrado e inteligente artesano, don Félix Loayza fundador y presidente de la “Sociedad Vicuñas”. 

    Con el motivo de elegir un modelo para el monumento, se convocó a un certamen departamental, organizando un tribunal especial para el efecto, el que se manifestó en favor del proyecto presentado por los distinguidos artistas Luis Cabero y Patricio Zelaya. Las esculturas se modelaron bajo la dirección técnica del Sr. Caussín. Los  señores Félix Loayza y Pablo Gómez fueron los que llevaron a cabo la fundición de las esculturas de bronce en los hornos del Real Ingenio. Es importante hacer mención especial a los potosinos residentes en la ciudad de Sucre y del Comité del Centenario presidido por el Sr. Néstor Gutiérrez. Para realizar la obra, contribuyeron con importantes donativos, total 7.000 bs.; costo del primer monumento nacional.

    Descripción del monumento

    Sobre un pedestal; prisma cuadrangular de seis metros de altura, descansa la escultura pedestre de Yáñez, con la cabeza erguida, en actitud marcial, contemplando las montañas que fueron el teatro de sus célebres hazañas y en las que hizo flamear por vez primera en el continente el pendón de la Libertad, la cruz de su espada desenvainada estruja sobre su pecho como signo de redención; el brazo derecho descansa sobre una adarga en la que se ve una espada de donde caen gotas de sangre y una descripción que dice: “Por la libertad se derrama”, fue la adarga con que, según la leyenda, Alonso se presentó en la Plaza del Regocijo retando al poder español a la cabeza de los escuadrones de Vicuñas. La escultura mide dos metros 20 centímetros y pesa 14 quintales.

    En la parte inferior del monumento, sobre una plataforma, se encuentra un grupo alegórico formado por dos esculturas clásicas de tamaño natural, musas griegas. Una está sentada y sostiene sobre la rodilla derecha un libro y, con estilo, escribe la historia de los hechos del denominado Alonso de Ibáñez. La otra escultura de pie; con la mirada hacia el protomártir, presenta una corona de laurel, que simboliza la gloria del patriota. El elegante monumento se rodeó con una verja de hierro forjado por los hermanos Parra, notables herreros de la ciudad. Este monumento nacional fue fundido con el bronce de los cañones tomados del enemigo español, que recuerdan la sangre derramada, las lágrimas de las madres, las maldiciones de los huérfanos. Este monumento es el fruto del trabajo y de la paz, bañado con el sudor del minero en las entrañas del Cerro Rico de Potosí. 

    Atentado y destrucción 

    Las Instituciones oficiales custodios de la urbe potosina al parecer no tienen conciencia del valor y la importancia de su cultura: Son tres los factores principales que ponen en peligro el Patrimonio Cultural: La ignorancia, el afán de lucro y un mal entendido concepto de los que es progreso. 

    La ignorancia sobre el valor de los bienes culturales. Un primer atentado durante el siglo pasado fue el retirar de la mencionada plaza la fuente denominada “Pichincha pila”. Por la tradición oral se conoce que nunca faltaba el agua en esa fuente. Otro atentado al monumento fue quitar la capa original protectora del conjunto de esculturas. A consecuencia de ese atentado, hoy se encuentra en un estado acelerado de deterioro por el fenómeno de la corrosión, con la desintegración del metal (bronce) cuyas condiciones están expuestas al sol, lluvia, viento, gases de dióxido de carbono, compuestos de plomo y sulfuros, producidos por los miles de motorizados. Por la corrosión acelerada del metal, una escultura, la musa pedestre, sufrió la pérdida del brazo izquierdo. Luego, la Alcaldía, con el pretexto de restaurar hizo que se retiren las esculturas y llevadas a un taller de fundición en proximidades del Cementerio General. (Mencionado por el historiador Wálter Zavala, Q.E.P.D., que en ese entonces trabajaba en la Alcaldía). A partir de ese hecho nunca más aparecieron las esculturas de bronce; en la actualidad fueron sustituidas por otros “mamarrachos” que no tienen la misma concepción plástica de los originales clásicos griegos. Esas esculturas de reemplazo se realizaron con fibra de vidrio. Similarmente fue sustituida la escultura de bronce de un NIÑO MEMPHIS que se encontraba en la fuente, también perdida y sustituida por otras esculturas de fibra de vidrio. En síntesis, la Plaza llamada Plazuela de “los Sastres”; Plazuela “Pichincha”, fue destruida y cambiada bajo el Slogan político de convertir a Potosí en una “Ciudad Modelo” con el proyecto de instalar en la fuente “aguas danzantes, que en la actualidad se encuentran en el olvido •

    (*) Cristóbal Corso Cruz es Presidente de la Sociedad Geográfica y de historia “Potosí”

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