Madre de todos

La Virgen María es la madre de Jesús pero este, cuando agonizaba en la cruz, expresó su voluntad de que lo sea también para toda la humanidad.

El dolor de la Virgen a los pies de su Hijo.

El dolor de la Virgen a los pies de su Hijo. Foto: Laura Paz Leaño España

La Virgen María es la madre de Jesús

La Virgen María es la madre de Jesús Foto: Laura Paz Leaño España

La Visitación de la Virgen Maria a su prima Isabel.

La Visitación de la Virgen Maria a su prima Isabel. Foto: Laura Paz Leaño España

La huida a Egipto.

La huida a Egipto. Foto: Laura Paz Leaño España


    Laura Paz Leaño España
    Ecos / 30/05/2022 20:56

    La Virgen María es la madre de Jesús pero este, cuando agonizaba en la cruz, expresó su voluntad de que lo sea también para toda la humanidad.

    El episodio se encuentra en los versículos 26 y 27 del capítulo 19 del Evangelio de Juan:

    “Y cuando vio Jesús a su madre y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.

    “Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”.

    Con esta expresión, revela a María la cumbre de su maternidad: en cuanto Madre del Salvador, también es la Madre de los redimidos, de todos los miembros del Cuerpo místico de su Hijo.

    Cuando Jesús, agonizante, hace esos anuncios, Juan representa a la humanidad entera, la que recibe a María como a su madre, la madre de todos. 

    La Virgen acoge en silencio la elevación a este grado máximo de su maternidad de gracia, habiendo dado ya una respuesta de fe con su "sí" en la Anunciación.

    Jesús no sólo recomienda a Juan que cuide con particular amor de María; también se la confía, para que la reconozca como su propia Madre.

    Culto Mariano

    En razón de su dignidad de Madre de Dios, la Santísima Virgen María fue, desde el primer momento de su concepción, preservada de toda mancha del pecado original. Esto supone en María la ausencia de pecado, la presencia de la gracia santificante, virtudes y dones y ausencia de la inclinación al mal. Por eso también se la llama Inmaculada.

    En relación a los elementos integrantes del culto mariano, se considera a dos:

    - La veneración, que es el reconocimiento de la excelencia de la Madre de Dios, fundamento del culto mariano, que lleva a la piedad fiel como madre nuestra. 

    - El amor, que se desprende del conocimiento íntimo de lo que es María y de lo que ella supone en la vida cristiana de cada hombre. Ella es la Madre amable, la Madre del Amor.

    El sujeto más importante

    La escala jerárquica, usada con frecuencia en la Edad Media, se destaca representando al sujeto más importante, la Virgen María, en este caso, como la figura más grande sobre sus súbditos. La Virgen María aparece siempre retratada como la madre de Dios, sentada con el Niño Jesús en su regazo, la llamada “Divina Majestad”, de pie sosteniendo al niño Jesús en sus brazos y señalándole como “Camino de Salvación”. Diferentes escenas de las vidas de los santos decoran también los muros de las Iglesias, como por ejemplo de vida dedicada a defender los principios del cristianismo.

    Madre amorosa y protectora

    La figura de la Virgen María representa la forma más pura del amor incondicional y se distingue como la que alimenta compasiva y misericordiosa a la comunidad cristiana. La Virgen María también es considerada la madre amorosa y protectora de toda la humanidad. Sus fieles creen que solo ella puede comprender íntegramente el sufrimiento, las pasiones y la felicidad humana, ella perdona, intercede y consuela, y es la conexión entre los seres vivos y Dios

    La vida de la Virgen María ofreció a los artistas muchas oportunidades de pintar o esculpir temas marianos. Una de las polémicas entre el poderoso sacerdocio masculino era el asunto de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Los padres de la Iglesia proclamaron que María había nacido pura, sin la mancha del pecado original.

    La virgen en el arte

    Los artistas produjeron muchas pinturas referentes al tema de la Inmaculada Concepción durante el siglo XVII. Puesto que la veneración por María siempre fue especialmente intensa en España, los artistas de este país se destacaban en sus interpretaciones sobre el tema. Después le seguían los italianos, cuya devoción a la Virgen era el resultado de una tradición profundamente arraigada.

    Episodios de su vida

    La adoración de María inspiraba temas específicos en las artes visuales. Los artistas formularon claramente varios mitos que acentuaban sucesos marianos importantes. Estos temas incluían episodios de su infancia, su compromiso con José, la Anunciación del arcángel Gabriel de la Concepción de su hijo Jesús, la visita de María a Isabel, el Nacimiento de Jesús (la Natividad), la Huida a Egipto, el Lamento de María sobre el cuerpo de Cristo, su Muerte, su Asunción al Reino Celestial, su coronación como Reina de los Cielos y sus múltiples apariciones. Con el paso de los siglos, los artistas medievales crearon muchas imágenes de María, sus ideas y fórmulas, más tarde fueron adaptadas a las necesidades de las estructuras sociales que vinieron. En el transcurso de los posteriores doscientos años, los artistas europeos produjeron innumerables pinturas y esculturas que representaban a la Virgen María, pero el énfasis cambió hacia la glorificación de su papel como Madre de Jesús y con frecuencia era representada en condiciones más humanas

    Bibliografía

    Biblia Mariana

    Evangelio de San Juan

    Thomas de Celano (Vita Prima, Ch. 30)

    Revista Franciscana “En Fraternidad”, Boletín Provincial N° 98. Pág. 10-11.

     

    (*) Laura Leaño es socia de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).

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