Pozo de oro

Hugo Pozo Arias, consagrado como uno de los principales actores del teatro boliviano, festeja medio siglo de carrera artística con la presentación de las cuatro obras más taquilleras de su carrera, en diferentes escenarios del país.

Hugo Pozo Arias

Hugo Pozo Arias Foto: Cedida

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    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 06/06/2022 23:07

    Hugo Pozo Arias, consagrado como uno de los principales actores del teatro boliviano, festeja medio siglo de carrera artística con la presentación de las cuatro obras más taquilleras de su carrera, en diferentes escenarios del país. No piensa en retirarse, dice que tiene varios proyectos para trabajar y mucho para dar todavía. 

    Pozo nació en 1949 en La Paz, en el barrio donde transcurre toda su vida, Miraflores. Estudió durante siete años en el Teatro Nacional Popular (TNP), para ser actor profesional, y comenzó a trabajar en obras teatrales desde 1972 hasta ahora. Cumplió 50 años de actividad artística, no solo en teatro sino también en cine. 

    En medio siglo participó en más de 200 producciones como protagonista y como actor secundario. Asimismo, actuó en 32 películas de producción nacional e internacional.  

    “Un cincuenta por ciento de las películas las hice con cineastas bolivianos y el otro 50 % con cineastas sudamericanos, centroamericanos, muchísimos europeos, norteamericanos y hasta trabajé con un japonés”, relata a ECOS. 

    También es director, productor y dramaturgo. Paseó su arte y genio por escenarios nacionales e internacionales muchas veces.  

    De igual forma, dirigió muchas obras y representó a Bolivia en varios festivales de teatro, no solo en el país, sino en Europa.  

    ECOS (E) ¿Cuál o cuáles son las obras que más le impactaron y qué satisfacciones le han dado? 

    Hugo Pozo (H.P) Uno se enamora y quiere a todos sus personajes. En estos años hice tantos personajes, pero obviamente se destacaron algunos como, por ejemplo, el Warjata, personaje que he creado hace 15 años y me trajo muchas satisfacciones personales. 

    Fue la primera obra en la ciudad de La Paz en que la gente fue a dormir para comprar entradas, hemos estado trabajando en el Cine y Teatro México en esa época. Reunimos 60 mil personas, creo que es un verdadero récord nacional que tanta gente haya ido a ver una obra de teatro.  

    Me sorprendí porque ha tenido un apego total en todas partes, no solo en Bolivia, también se presentó en Brasil y Chile, se internacionalizó. Es el personaje más querido por los niños no solo de La Paz sino en todo el país. 

    El Warjata es un personaje que resume al hombre paceño con sus defectos y virtudes, es bonachón, dicharachero, juguetón y hasta mujeriego, pero en el fondo tiene un corazón muy noble, puede dejar todo para ayudar a sus semejantes. Es muy pícaro, le gusta jugar con todos, por eso se identifican con este personaje especialmente los paceños. En realidad, el nombre de este personaje es Ringo Guarachi Vergara, pero en vez de decirle Guarachi le dicen Warjata como apodo. 

    E. Usted que ha incursionado tanto en el teatro como en el cine, ¿con cuál de estos dos géneros se queda? ¿cuál le encanta más? 

    H.P. Siempre he tenido este dicho: “El teatro es mi vida, el cine es mi pasión”, tiene tanta profundidad esto que acabo de decir, que todos se quedan sorprendidos al escucharme ¡Es la gran pasión que tengo! 

    Imagínate: son 50 años que cumplo con esta actividad, por eso estoy presentándome en los teatros con un resumen de obras. Empecé hace 20 días en la ciudad de La Paz en el Teatro Municipal “Alberto Saavedra Pérez”; hemos volteado taquilla durante cuatro días con la presentación de las cuatro obras más gustadas por la gente. 

    La famosa tragedia “El zambo Salvito”, pero con una versión escrita por mí; la comedia “La sanguchera de la esquina” refleja las vivencias de la gente que se dedica a la venta de comidas en las noches, la vida nocturna es muy diferente a la que se desarrolla durante el día en cualquier parte del mundo. La otra es una comedia, el Padre Zoylo Vergara del Toro, un curita muy pícaro que hace las delicias del público. La cuarta es “El cumpleaños del Warjata” donde nos presentamos con mariachis. El público sale muy contento porque mostramos drama, comedia, música y baile. 

    Otra obra que nos dio muchas satisfacciones es “Santiago de Machaca”, una obra en base a los escritos de Jaime Sáenz”, que hemos presentado en Chile, donde había un aforo de 6 mil personas en el teatro y 35 países invitados de todo el mundo; había actores, críticos y directores de teatro, que estaban observando nuestro trabajo. Hicimos una selección boliviana de actores, conformada por David Mondaca, la desaparecida Norma Merlo y otros actores, yo era el protagonista. Fue tan espectacular que cuando terminamos el público se paró para aplaudirnos de pie durante siete minutos. La prensa ponderó mucho el trabajo de los artistas bolivianos, fue excepcional, hubo mucha aceptación en el extranjero. 

    Llenar los teatros y recibir los aplausos es el mejor alimento para los artistas, pero también es una gran responsabilidad, porque en las entrevistas con los medios no solo te hablan de la obra o tu trayectoria, te hacen preguntas puntuales y generales sobre la situación que se está viviendo en tu país. Por eso, un artista tiene que estar muy bien preparado para poder hablar con propiedad. 

    Tengo muchas satisfacciones, no solo en el teatro sino también en el cine. Por ejemplo, la película “American Visa” donde trabajé junto con Kate del Castillo y otros actores de talla mundial. Estuvimos grabando en Potosí, en Perú y Ecuador. Un 50 por ciento de los actores eran mexicanos, el otro 50% eran bolivianos. Asimismo, un 50 por ciento de los técnicos eran mexicanos y el otro 50% bolivianos. 

    En México presentaron la película como mexicana y en Bolivia como boliviana. Obviamente me favorecí como actor porque mi imagen como Hugo Pozo se proyectó a nivel mundial. 

    E. ¿Cómo evalúa este medio siglo de trayectoria artística? ya que toda actividad se desarrolla entre luces y sombras. 

    H.P. En Bolivia es realmente muy, pero muy difícil poder vivir del arte. Lamentablemente, esto es repetitivo, nosotros somos huérfanos del apoyo gubernamental, departamental y municipal. Siempre ha sido así. Mis antecesores, cuando yo estaba empezando, ya se quejaban de que nunca habían recibido apoyo del gobierno de turno. Pasaron 50 años y sigue lo mismo. Por eso muchos me dicen tu eres un quijote del arte, porque vivir 50 años trabajando en el arte es un logro muy grande en Bolivia.  

    Yo he viajado en varias oportunidades al extranjero, ahí vi cómo los gobiernos de turno tratan a sus artistas, porque ellos muestran las cosas negativas y positivas que puede tener un pueblo o un país. Cuando hemos viajado, hemos tenido realmente muchas satisfacciones.  

    E. ¿En Bolivia se puede vivir del teatro? ¿Usted ha podido hacerlo o se dedica a otras actividades para salir adelante? 

    H.P. Yo soy maestro de Artes Escénicas con título expedido por el Ministerio de Educación. Obviamente que en estos más de dos años de pandemia, los artistas nos hemos visto amarrados de pies y manos porque se cerraron todos los teatros de Bolivia y del mundo. Varios compañeros que se estaban dedicando exclusivamente al arte la pasaron muy mal y otros se fueron con la covid-19, han sido momentos muy difíciles. Muchos de mis compañeros tuvieron que hacer otras actividades, justamente fuera del arte, para poder sobrevivir. Un artista cuando empieza su carrera tiene que seguir el proceso de hacer conocer su nombre, su imagen y ese tipo de cosas. Entonces, cuando nos sorprendió la pandemia gracias a Dios tenía algunos ahorritos con los que puede sobrellevar la situación y mantener a mi familia. También hemos trabajando virtualmente, porque el artista tiene un pequeño defecto: sabe comer. También hemos aprovechado para escribir más obras. 

    E. Coméntenos qué proyectos tiene relacionados con su carrera artística para desarrollarlos más adelante. 

    H.P. Cuando un artista cumple años en su trayectoria artística, no solo lo cumple un día fijo sino es todo el año. Así que en este momento estamos con las presentaciones en los escenarios de los 50 años de Hugo Pozo con las cuatro obras mencionadas. Nos hemos presentado en La Paz y Potosí, también me tienen que confirmar si vamos a Sucre. Iremos a Oruro y Cochabamba en donde hemos recibido muchas invitaciones, o sea directamente vamos a trabajar un trimestre con esto. 

    Además, aproveché el tiempo de pandemia para escribir algunas obras para presentarlas después, ahora que la presencialidad vuelve a la normalidad de a poco, entonces estamos reiniciando nuestras actividades. Normalmente, cuando inicia un nuevo año, hago una planificación de todo lo que voy hacer con mi compañía, no solo en el teatro sino también en el cine, por eso estamos justamente trabajando para ello. La pandemia nos obligó a postergar dos proyectos con los que tenía que trabajar en Cochabamba y Santa Cruz. Mi actividad es muy intensa. 

    E. Cuéntenos un poco quien es Hugo Pozo detrás del telón, ¿qué hace, ¿qué le gusta, tiene otros hobbies?

    H.P. Actualmente estoy casado y tengo tres hijos. Mi hijo mayor, Guery Pozo, me sigue, porque aparte de ser periodista es administrador de mi Compañía de Teatro desde hace 20 años; mi hija es auditora, trabaja en un banco, ellos están casados tienen familia y me convirtieron en abuelo. También tengo a mi última hijita, una niña de 13 años. Los tres son mis amores, ellos están muy orgullosos de su padre, de sus 50 años de trayectoria artística. Con mi trabajo yo los saqué adelante, profesionales a mis dos hijos mayores. Mi hijita sigue en colegio y seguro que más adelante también saldrá profesional. 

    Tengo dos hermanas, primos. Es decir, la familia Pozo y la familia Arias se siente orgullosas de que haya llegado hasta donde estoy, con 50 años de actividad artística. El día del estreno, fue toda mi familia, me dieron flores, ha sido un acontecimiento familiar que me llegó a lo más profundo de mis entrañas, hubo mucha emoción. Mi familia siempre estuvo apoyándome en las buenas y en las malas. 

    Como soy paceño, me gustan el fricasé y el chairo, pero también uno de mis platos preferidos son las papas a la huancaína. Soy bolivarista, siempre he sido futbolista, incluso he estado en equipos semi profesionales y ganaba dinero jugando fútbol en mi juventud, así que siempre me he dedicado al deporte. Normalmente practico ráquetbol, wally y fútbol de salón. O sea, estoy permanentemente con el deporte por eso me mantengo en forma para trabajar. 

    E. ¿Hugo, usted ha considerado en retirarse, más adelante, del mundo de las tablas o no? 

    H.P. A muchos de mis colegas actualmente les falla la retentiva, ya se olvidan, entonces ya no pueden seguir trabajando en el teatro porque uno tiene que trabajar e ir aprendiendo diálogo, es muy complicado para mucha gente, pero en mi caso, gracias a Dios, mi mente está muy lúcida en este momento y para mí es muy fácil aprender letra, por eso tengo muchos proyectos todavía, pienso seguir adelante. 

    Te cuento que yo he sentido un cariño muy grande del púbico junto con David Santalla, estuvimos viajando con él, presentando la última producción Mi socio 2.0. Tuvimos un récord impresionante de público a nivel nacional. Nos llevaron a Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y otros lugares. El público ha sido excepcional, David me decía “cómo nos quiere el público, cómo quiere al teatro nacional y al cine boliviano”.  

    Yo les digo a las nuevas generaciones que quieren entrar al mundo del arte, del cine y el teatro, háganlo, pero siempre tengo una reflexión para ellos. “Si quieres ser un buen artista, se necesita mucha disciplina, puntualidad y entrega al trabajo”. Aquella persona que cumple estas tres condiciones puede llegar muy lejos en cualquier actividad. “El pasado es de los muertos, el futuro de los locos y el presente de nosotros”, finaliza Hugo Pozo.   •

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