Fiesta de prosperidad
Objetos en miniatura elaborados por hábiles artesanos, desde animales, gastronomía, juegos, vehículos y casitas, utensilios de cocina, herramientas de trabajo, billetes de Bolivianos y dólares, periodiquitos, y todo cuanto se puede imaginar…
Objetos en miniatura elaborados por hábiles artesanos, desde animales, gastronomía, juegos, vehículos y casitas, utensilios de cocina, herramientas de trabajo, billetes de Bolivianos y dólares, periodiquitos, y todo cuanto se puede imaginar… así es la feria de Alasitas, una de las manifestaciones costumbristas potosinas que en la actualidad busca su identidad, ante la fama de la que es celebrada en la sede de gobierno.
Las alasitas potosinas
La Villa Imperial celebra esta expresión en dos momentos muy cruciales, la fiesta de Pentecostés, conocida popularmente por la población como la fiesta de Espíritu, y la Fiesta de la Virgen de Guadalupe. El primero generalmente en el mes de junio en la zona baja de la ciudad y el segundo en el mes de septiembre, en la zona alta de Potosí.
Las tradiciones costumbristas de esta manifestación han sido poco escudriñadas; de hecho, uno de los pocos historiadores que ha realizado una búsqueda respecto a la realización de esta feria es el desaparecido historiador potosino Walter Zavala Ayllón. En la primera parte del libro Costumbres y Tradiciones de Potosí refiere que en la última y primera década del siglo XIX y XX, respectivamente, el escenario de esta feria fue la Plaza 10 de Noviembre, en cuyo espacio, el día de Pentecostés, se realizó de forma consecutiva. Se empezó a realizar solo el día domingo y no tardó mucho tiempo y la feria empezó a crecer así que tuvo que realizarse en la Plaza Alonso de Ibáñez y el Pasaje Boulevard, llegándose a ampliar hasta la plaza 6 de Agosto. Zavala arguye que, durante ese periodo, las alasitas se celebraban sólo un día, pero el día lunes y martes contiguo a Pentecostés, esta feria se desplazaba a la zona de San Cristóbal. En esta feria se expendía objetos en miniatura relacionados a bienes que en esa época eran muy característicos, como los lotecitos de terreno, ingenios mineros, casitas de haciendas y otros referidos a los bienes y objetos de trabajo, justamente debido a que, en esa zona, se encontraba una población importante de trabajadores mineros.
Posteriormente, en el segundo tercio del siglo XX, la feria se traslada a la Plaza 25 de Mayo. Entonces, todas las calles adyacentes se convertían en una zona muy comercial, ya que arribaban comerciantes de diferentes áreas de las poblaciones rurales de Potosí.
Durante los años 80, la feria se traslada la Avenida Camacho, ampliándose posteriormente al Pasaje Regimiento Chichas y la calle Fortunato Gumiel hasta la Plaza Simón Bolívar. Desde el año 2008, la feria se establece en la Calle Gabriel René Moreno y calles adyacentes a la Plaza de los Conciertos, ubicada en la zona de San Clemente.
En la actualidad, esta feria se realiza durante cinco domingos consecutivos: inicia el domingo de Pentecostés y culmina la primera semana de julio. Varios comerciantes asociados se encargan de realizar esta manifestación, ya que los hay también de artesanos venidos de otros Departamentos del país, como el caso de los comerciantes en miniatura de la ciudad de La Paz.
Otra feria tradicional de Potosí es la feria de las alasitas que se realiza en ocasión de celebrar la fiesta de la Virgen de Guadalupe, que se celebra en la zona de San Juan en alrededores de la Plaza España. De acuerdo a datos de Zavala, es celebrada desde el año de 1906, aunque enfatiza que, en los inicios, esta feria se realizaba en las calles Bustillos, entre Ayacucho y Bolívar, y se desconoce los motivos que habrían gestado su traslado al barrio de San Juan. En la actualidad, esta feria es bastante singular que, dicho sea de paso, presenta elementos que diferencian a las alasitas de Pentecostés como el expendio del misk’i o dulce de empanizado y el pan de grano.
Características de la feria de alasitas de Potosí
La artesanía en arcilla cocida es una de las principales características de las alasitas potosinas, las k’unchitas, ollitas, p’uñitos, cucharitas de palo, animalitos de corral y barritas de plomo, menciona Zavala pero, además, la pastillería y repostería en miniatura típica de Potosí.
Para el abogado e historiador José Luis Pérez Coro, la fiesta de las alasitas de antaño demostró una costumbre cuyas miniaturas eran objetos cotidianos de uso permanente, como el caso de los animalitos que en otrora era el medio de transporte masivo que imperaba en la región, además de otras bestias diminutas como llamas, vacas, mulas, alpacas o caballos acompañados de pequeños arados, picotas y palas.
A estos se sumaban los periodiquitos y revistas en miniatura, cuyo contenido era netamente de sátira a los políticos y autoridades políticas de turno.
Influencia de las alasitas paceñas
Desde mediados de los años 75, las alasitas celebradas en Pentecostés empiezan a sufrir influencias paceñas, por la intromisión de estos comerciantes, el ingreso del “ekeko”, el dios de la abundancia, los billetes del dólar y el Boliviano, denominados como los billetes de la fortuna. Las casitas y autitos de yeso y hojalatería, los títulos y documentos de identidad, contratos de matrimonio, maletas de viaje, los pasaportes, visas, boletos en avión y otros muy innovadores, se fusionan con los elementos culturales de la alasita potosina •
(*) Es socio de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).