Jucumari en riesgo

Pese a que el oso andino o jucumari está distribuido desde el norte de Sudamérica, se considera que las poblaciones más saludables están en Perú y Bolivia. Se empieza a hacer más estudios sobre este mamífero en Chuquisaca.

Oso jucumari en riesgo.

Oso jucumari en riesgo. Foto: Robert Wallace

Oso jucumari en riesgo.

Oso jucumari en riesgo. Foto: Robert Wallace

Oso jucumari en riesgo.

Oso jucumari en riesgo. Foto: Robert Wallace

Oso jucumari en riesgo.

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Oso jucumari en riesgo.

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Oso jucumari en riesgo. Foto: Robert Wallace

Oso jucumari en riesgo.

Oso jucumari en riesgo. Foto: Robert Wallace


    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 12/07/2022 01:06

    Pese a que el oso andino o jucumari está distribuido desde el norte de Sudamérica, se considera que las poblaciones más saludables están en Perú y Bolivia. Se empieza a hacer más estudios sobre este mamífero en Chuquisaca.

    En nuestro país se registró al oso jucumari en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija. Está en 12 áreas protegidas. 

    Mauricio Peñaranda, biólogo con diez años de experiencia en múltiples proyectos de investigación y conservación con enfoque en carnívoros y docente de la carrera de Biología en la Universidad San Francisco Xavier, asegura que no existe un dato certero de cuántos osos andinos quedan en libertad, pero se presume que en Bolivia son aproximadamente 3 mil ejemplares. 

    Amenazas 

    Las amenazas que enfrenta esta especie en Bolivia son las mismas que en toda su distribución: cacería por retaliación, pérdida de hábitat y tráfico de partes o individuos. 

    En nuestro país, los principales estudios sobre esta especie se hicieron en el norte, principalmente en los parques nacionales de Madidi, Cotapata, Carrasco y Amboró. 

    En el extremo sur de la distribución de esta especie, el estado de su conservación es un misterio. 

    Peñaranda dice que en los últimos años se empezó a evaluar a estos ejemplares en diferentes zonas al sur de su distribución. 

    Oso andino en Chuquisaca 

    Gran parte del Departamento forma parte de la distribución de osos jucumari, principalmente los Bosques Secos Interandinos, los bosques Tucumano-Boliviano y los bosques del Chaco Serrano. 

    Pese a tener tantos lugares donde la especie puede encontrarse, se realizó pocos estudios poblacionales con el oso. 

    En los últimos años, los dos lugares donde más se lo estudió es en el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) El Palmar y en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Serranía del Iñao. También hay otros estudios preliminares en la parte sur del Departamento. 

    La población que está en El Palmar es presumiblemente pequeña y aislada. Se aloja en los Bosques Secos Interandinos y tiene una fuerte relación ecológica con la palmera del janchicoco, que forma parte importante de su dieta. 

    También se presume que es una población que se recupera y cada vez tiene más individuos, con al menos tres osas reproductoras. 

    A decir de Peñaranda, la población de osos presentes en el Iñao debería ser mucho más grande, pues está en parte de la distribución de la especie. El Iñao es considerablemente más grande y tiene los tres tipos de bosques previamente mencionados. 

    Se presume que por la colonización del lugar en los años 70, gran parte de los osos de esa zona fueron cazados. 

    Desde la creación del área protegida, esa población pudo haber aumentado en cantidad, por la protección de los guardaparques. 

    Los últimos estudios muestran que se están en las tres serranías más importantes del lugar: Kaska Orkho, Iñao y Ñahuañanca. 

    Sin embargo, casi siempre se los ve en lugares lejanos a las comunidades y en bajas densidades. Habita junto a dos animales emblemáticos que también se encuentran en pocos lugares: el jaguar y el tapir. 

    Según Peñaranda, la relación de estos osos con las personas suele ser complicada en ambas áreas protegidas. Se los relaciona con la pérdida de ganado vacuno y con ataques a sembradíos de maíz. 

    Esto causó que muchas veces sean perseguidos y otras veces cazados por la gente del lugar, aunque en los últimos años no se tiene registros oficiales de ambas áreas protegidas. La protección de ambas instituciones es crucial para la persistencia de ambas poblaciones, opina Peñaranda • 

    Programa de monitoreo de la Fundación Natura Bolivia 

    Claribel Villarroel Irala nació en Monteagudo. Se tituló como bióloga de la Universidad San Francisco Xavier, dice que tiene pasión por la fauna silvestre y por buscar soluciones al conflicto entre la fauna silvestre y la gente. 

    Trabaja en la Fundación Natura Bolivia y es responsable de la Gestión de Áreas Protegidas Municipales del Chaco chuquisaqueño. 

    Explica que uno de los componentes de la Gestión de Áreas Protegidas Municipales del Chaco chuquisaqueño es el monitoreo de recursos naturales entre los que destacan fuentes de agua, flora, fauna y cómo van cambiando con los años. 

    En ese sentido, tienen un programa de monitoreo que usan de dos maneras: Dejan cámaras trampa en sitios que los comunarios identifican (en el paso de fauna silvestre, en especial de osos jucumari y jaguares), los equipos van arrojando datos durante todo el año, confirmando las experiencias que cuentan los comunarios. 

    Otra forma de realizar el monitoreo es a través de monitores comunales; o sea, eligen comunidades importantes que están amenazadas por petroleras, por la deforestación o son zonas ideales para el oso jucumari. 

    Entonces, proceden con la capacitación de la gente local para que aprendan a usar una herramienta llamada Smart, que les permite recolectar datos por huellas, observación directa y les permite hacer seguimiento a las fuentes de agua o a la dinámica de los bosques. 

    De esa manera, el programa de monitoreo realizado en Villa Vaca Guzmán, Monteagudo y Huacareta, arroja datos importantes sobre la presencia de especies como el jucumari y les da luces sobre las posibles amenazas o factores que puedan desencadenar algún tipo de conflicto con esas especies. 

    Asimismo, están explorando nuevos lugares que les indica la gente del lugar, para ver a esas especies, detalla Villarroel. 

    El programa de monitoreo es parte de la gestión institucional de las áreas protegidas que deberían desarrollar los gobiernos municipales y es impulsada por la Fundación con buenos resultados. 

    Por ejemplo, en el río Parapetí lograron obtener fotos y videos de jucumaris, y de sus huellas en los lugares por donde transitan. Así, ahora se sabe que en el corazón del área protegida y donde se va alimentando el río Parapetí está la especie que juega un rol importante. “Nosotros le estamos llamando el guardián del Parapetí”, sostiene la bióloga. 

    Agrega que tuvieron otra experiencia buena en el Área Protegida Municipal de Incahuasi, Villa Vaca Guzmán, a través del monitoreo comunal. Un monitor del pueblo guaraní empezó a registrar la presencia del jucumari a través de huellas en su comunidad. 

    Si bien se han puesto cámaras trampa, no se logró capturar su imagen, pero los primeros indicios indican que este animal aparece solo en época seca. 

    Al parecer, Incahuasi es un corredor para esta especie y, como en esta época empieza a haber un déficit hídrico crítico, las especies se acercan a las comunidades. Es ahí donde los monitores los registran con mayor frecuencia. Esa es la experiencia que adquirieron en nueve meses de trabajo. 

    “Es satisfactorio saber que esas especies están ahí y tener la evidencia científica es gratificante, pero lo más satisfactorio es lograr involucrar a la gente local en el monitoreo. Que se pregunten por qué buscan tanto al jucumari y empiecen a darle el valor que merece la conservación del jucumari”, concluye Villarroel. 

    Serranía del Iñao 

    Guido García, director del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (PN-ANMI) Serranía del Iñao, indica que el oso jucumari es la especie de mamífero emblemática del PN-ANMI y es uno de los más grandes que hay en el lugar junto con el puma, el jaguar y el tapir. 

    Dice que en el PN-ANMI Serranía del Iñao están haciendo trabajo de monitoreo y seguimiento instalando cámaras trampa. 

    “Con mucha satisfacción podemos afirmar que se ha conseguido muchas imágenes y videos gracias a las cámaras trampa que instalan los guardaparques. Por eso tenemos un buen nivel de conservación y una población importante dentro del área protegida”, expresa García. 

    Sin embargo, asegura que es complicado estimar cuántos individuos hay por allá. Dice que tienen 60 avistamientos de los ursos, pero muchos ejemplares podrían ser los mismos. 

    Asimismo, cuenta que a través de la Gobernación de Chuquisaca se realizó los procesos correspondientes por la caza ilegal del oso jucumari, estos hechos habrían ocurrido en la parte externa del área protegida. 

    Según García, tienen conocimiento de la cacería de cuatro osos jucumari en los últimos años y da la casualidad de que una persona es reincidente; o sea, la primera vez mató a dos osos y en la segunda a uno. El sujeto habría argüido que los osos se comieron a sus vacas. 

    Se capturó al hombre y recibió una sentencia de tres años, pero, por ser la “primera vez” y no tener antecedentes penales, se lo liberó con ciertas condiciones. Si comete otro delito, cualquiera que sea, no se le tendrá ninguna consideración y se tendrá que acoger a la ley. 

    “Eso es muy relativo, a veces se le echa la culpa al oso jucumari de ese daño cuando en realidad es más herbívoro que carnívoro. No se ha demostrado que haya cazado y matado a esos animales”, detalla García. 

    Trabajamos mucho con las comunidades donde la ganadería es extensiva, y eso no puede ser. A veces los campesinos sueltan a sus vacas y caballos al monte, a campo abierto y el ganado ingresa al hábitat del oso y de los felinos donde son cazados si se da la oportunidad. 

    Dice que se crea una situación especial porque se echa la culpa al oso o al jaguar. En este marco, es importante que la gente cuide mejor a su ganado y ver que no vaya a un lugar donde corre peligro. 

    Ese es el principal problema que enfrentan. Respecto a la caza furtiva del oso, la última vez que registraron un caso ocurrió en 2014, pero el acusado demostró que lo hizo en defensa propia. Explicó que el oso llegó hasta su casa aterrando a todos, entonces no le quedó otra alternativa que matar al animal para defender a su familia. 

    “Pedir a la población que nos ayude a conservar la riqueza de la biodiversidad, la flora y la fauna. Nosotros como Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), trabajamos para que se tenga una buena conservación de los preciados recursos naturales”, concluye García. 

    Características del oso andino 

    Única especie de oso en Sudamérica de la subfamilia Tremarctinae, llamados también osos de hocico corto. 

    Junto con el oso panda son las dos especies de oso más separadas filogenéticamente del resto de osos. 

    En el caso del oso andino, se calcula aproximadamente 10 millones de años. 

    Llamado también jukumari, jucumari, ucumari, es una especie de tamaño mediano respecto a otros osos. 

    Los machos son 1/3 más grande que las hembras y miden hasta 1.8 metros erguidos, pueden pesar hasta 175 kilos. 

    Son animales de cuerpo macizo, cola inconspicua, cabeza redonda, hocico corto, orejas pequeñas y es plantígrado. 

    Su principal característica son las marcas faciales en el cuello, hocico y alrededor de los ojos. 

    Las marcas faciales son únicas en cada individuo (sirven para reconocerlos, así como huellas dactilares). 

    Esas marcas faciales pueden sufrir variaciones a lo largo de la vida de los ejemplares. 

    El oso andino se caracteriza por ser una especie de reproducción lenta. 

    Las hembras alcanzan la madurez sexual a los 4 o 5 años, cuidan de sus crías hasta sus dos años de vida. 

    Las camadas pueden ser de una, dos o tres crías, pero normalmente sobrevive una. 

    Se especializó en comer alimentos vegetales muy fibrosos y frutos silvestres, según su disponibilidad. 

    Por esa dieta tienen cráneo grueso y la fuerza de su mordida es más fuerte respecto a otras especies de ursos. 

    Eventualmente pueden alimentarse de carne (como vacas) o ingresar a los sembradíos de maíz. Esto le ocasiona problemas con las personas que suelen matarlo, defienden sus fuentes de ingreso económico. 

    Es diurno, se mueve entre bosques y pajonales (de acuerdo a la disponibilidad de alimento) y es solitario. 

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