Calles potosinas

La ciudad de Potosí mantiene sus calles irregulares. Es notable la calle de “las candelas”, actual calle Ayacucho que, partiendo de la Casa de la Moneda pasa por el antiguo templo de la Compañía de Jesús y concluye en el convento de Santa Teresa

Antigua calle de la Olleria.

Antigua calle de la Olleria. Foto: Cristóbal Corso Cruz

Antigua calle de las mantas.

Antigua calle de las mantas. Foto: Cristóbal Corso Cruz

Actual calle de las mantas o Linares.

Actual calle de las mantas o Linares. Foto: El Potosí

Antigua calle del empedradillo.

Antigua calle del empedradillo. Foto: Cristóbal Corso Cruz

Actual calle de la Olleria o Quijarro.

Actual calle de la Olleria o Quijarro. Foto: El Potosí


    Cristóbal Corso Cruz (*)
    Ecos / 03/08/2022 00:22

    La ciudad de Potosí mantiene sus calles irregulares. Es notable la calle de “las candelas”, actual calle Ayacucho que, partiendo de la Casa de la Moneda pasa por el antiguo templo de la Compañía de Jesús y concluye en el convento de Santa Teresa, creándose así un hermoso escenario perfilado por balcones donde las casas aún conservan numerosos elementos del siglo XVIII, con portadas de piedra con dovelas resaltadas y el balcón de tablero; por ejemplo, de la llamada “Casa del sol”, fechada en 1791. Algunas de estas casas presentan arcos en el patio. Varias casas presentan no solo dos patios, sino otros más conectados por chiflones y pasadizos. En ellas había hornos y panaderías, talleres de herreros, carpinterías, etc. 

    Otra calle interesante, por el trazado caprichoso, es la calle de “las siete vueltas” (hoy Junín) callejón que pudo servir de escenario a las leyendas narradas por Arzáns. Muy cerca se ubicaba la hoy calle Ingavi, denominada calle “de la vihuela”. Allí se apostaban artesanos constructores de instrumentos de cuerda; vihuelas y guitarras de origen árabe. En esa misma arteria, llamada también calle “de los palos”, posiblemente existían almacenes de madera como barracas. No faltó la calle de “la chicha”, se decía “infestada de demonios” porque la gente se embriagaba con la bebida de maíz fermentado. Luego la denominada calle de “la amargura”, también calle de “la expiación” o llamada “del castigo”, actualmente es la calle Matos, que se extendía hacia la zona alta de la ciudad y se denominó calle “cantu mayu”, pues se extendía hasta la ribera de los ingenios. 

    La “calle de la ollería”, actual calle Quijarro, con sus viviendas del siglo XVII y sus hermosos balcones de muchos estilos, mantiene su traza original con grandes patios, zaguanes, fuentes, pozos, hornos de pan. La calle de “las mantas”, denominada así porque sus tiendas estaban divididas con “mantas”, esta calle también fue denominada del “miriñaque”, porque en ella se vendía esta prenda de vestir. Actual calle Linares, fue la calle de “la pelota”, donde se instalaron frontones de “pelota vasca”, deporte de origen español. La calle de “la merced”, denominada “del toril”, actual calle Hoyos. 

    En la actual calle Bustillos se encuentra “la cuesta de Aróstegui”, denominativo que recibió porque Juan Martín de Aróstegui embistió un toro enfurecido que escapó de una corrida de toros que se solía realizar en la Plaza del Regocijo. En la misma arteria estaba la Calle de “las recogidas”, cuadra donde se encuentra el Liceo Santa Rosa.

    “Calle del rastro”, actual calle Oruro; denominada de esa manera porque un martes de carnaval los vicuñas sacaron en procesión a la Virgen de la Candelaria del Templo de Jerusalén, burlando la persecución de los vascongados, los que les perdieron el rastro, de ahí surge el nombre. Esta calle también se denominó de la “coca” o de los “cocanis”. Hasta la fecha aún se encuentran asentados los comerciantes que venden coca, alcohol y velas a los mineros. Otra calle paralela es la del panteón, que conducía a los dolientes hacia el cementerio ubicado en el atrio del templo San Bernardo, actual calle Camacho. 

    Calle “de los césares” actual calle Bolívar, también se denominaba de “los mercaderes”. Otra calle céntrica, “del empedradillo” actual calle Tarija, llamada así por estar empedrada con piedras de bola. Tan solo transitaban por esa calle los españoles. Por esa arteria recorrían las procesiones que salían del templo de San Francisco y se dirigían a la Plaza del Regocijo. Calle “Sica Sica”, final de la actual calle La Paz; denominada calle de “los ingenios”. En ese sector se construyó ingenios hidráulicos, por donde cruzaba los cárcamos de la ribera. 

    “Calle de las siete barretas”, razón de que había una casa con siete barretas en la pared, conocida como “del contraste”, de “los ensayadores”, del “duende oculto”, donde estaba “supay huasi”, actual calle Lanza.  

    Calle “Pilima”, nombre de una montaña donde el guerrillero Miguel Betanzos se atrincheró, hoy calle Simón Chacón.

    Calle de “la ollería”, llamada así porque en las tiendas de esa calle preparaban sabrosas comidas en ollas de barro y ofrecían la chicha en cántaros de cerámica. También se denominó calle de “la herrería”, calle “los lusitanos”, allí se instalaron los portugueses, artesanos herreros en sus talleres; hoy calle Quijarro.

    Calle de “la comedia”, donde estaba ubicado el coliseo y “el corral de comedias” (actual edificio de la Unión Obrera) para representaciones teatrales. Hoy en día es el paseo del Boulevard; al norte se encontraba la calle “las tabernas”; calle “del sol” también denominada “Aullagas”, actual calle Omiste. Calle “de la oreja”, llamada también “La Plata” y de la “cruz verde”, que se cuenta que dejó el padre Franciscano Solano, hoy calle Chuquisaca. 

    Calle “Tarabuco”, actual Porco. Calle de “la amargura”, ubicada entre calles Molins y Uyuni, antiguo barrio de indios. En ese lugar se encuentra otras calles, de “la pólvora” y del “batán”.  

    En la actual calle Millares se encontraba la de “los jampiris”, por estar cerca al barrio indígena. En la misma arteria estaba la de “los santeros”, donde se concentraban talleres de artesanos dedicados a realizar imágenes de santos, en la época colonial muy requeridas, pues las familias solían tener un oratorio para rezar el Santo Rosario. En el Barrio de San Pedro existía la calle “del espadero”, que se prolongaba hasta el barrio de Concepción y fue escenario de luchas de espadachines. Posiblemente en la misma zona se encontraba la calle del “azogue”, lugar de comercio del mercurio, muy requerido para purificar la plata del Cerro Rico. Un denominativo muy llamativo era el callejón “sal si puedes”, posiblemente ubicado en la actual arteria estrecha llamada Lucas Jaimes. 

    Aún resta mucho por investigar sobre la tipología de las calles, que se encuentran escritos en las fuentes documentales existentes en los archivos de los repositorios culturales• 

    (*) Cristóbal Corso Cruz es Presidente de la Sociedad Geográfica y de historia “Potosí”

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